Veredicto: Pónganse a trabajar
Y esa esperanza persiste –esperanza de
que los recientemente elegidos logren la pirueta que el último elenco de
actores arruinó: ofrecer liderazgo.
Cada
experto, político y sus madres han señalado que los votos del Martes no
significan necesariamente que el país haya girado a la derecha. En los días previos al conteo, el
consenso era asombroso –de verdad ¿cuán a menudo se ve a Arianna Huffington y
Jeb Bush ponerse de acuerdo en algo?
El
Huffington dijo a ABC News que los estadounidenses no deben caer en la trampa
de sobre-interpretar la victoria Republicana: "No significa que la nación haya
rechazado a los Demócratas y afirmado a los Republicanos –significa que
rechazan la manera en cómo funcionan nuestras instituciones, que tienen una
profunda desconfianza de toda clase dirigente y que básicamente nuestro sistema
no ha funcionado en beneficio (del electorado)".
Bush,
el ex gobernador Republicano de Florida tenía una perspectiva similar durante
una entrevista con The New York Times: "La victoria que se avizora para los
candidatos Republicanos… no es una validación del partido Republicano en
absoluto." Y continuó diciendo que el mensaje real era de "repugnancia de la
clase política" por no cooperar en echar a andar la economía y devolver a la
gente a trabajar.
Estas
declaraciones no son solo conciliadoras y políticamente correctas en una era en
la que necesitamos civilidad nacional, pero también resultan ciertas. Lo que vimos en Noviembre 2 fue una
oleada de ira, de electores inseguros procurando discernir cuál candidato era
el menor de los males y en muchos casos arriesgando con algunos desconocidos en
lugar de mantener a los mismos de siempre.
No hay
nada de malo en ello –ese es precisamente el objetivo de nuestra democracia, de
poder cambiarlo todo cuando las cosas no funcionan.
Pero
ahora que los ganadores se han erigido por sobre los perdedores, ¿quién
entonces liderará? ¿Quién asumirá
la oportunidad que se le dio para motivar a sus colegas a arreglar nuestra
instituciones públicas y devolver a la nación a la senda de la prosperidad?
Para
los Demócratas, ¿bastarán estas elecciones para que se dejen de culpar a los
Republicanos, y en especial al ex Presidente George W. Bush, por todo, para
ahora enfocarse en cruzar al otro lado del pasillo y lograr soluciones? ¿Formularán finalmente los Republicanos
un plan de acción que involucre algo más que simplemente destrozar al
Presidente Obama para intentar trabajar en pos de cambios significativos por
los que clamaron los votantes?
Veremos quién tiene las agallas.
La enardecida América ya tocó fondo y la única vía es hacia arriba –pero
necesitamos que nos arenguen a ello.
"Lo que
este país necesita es un renovado sentido de unidad, un sentimiento de que
creemos en nosotros como nación nuevamente," me dijo Joe Caruso un experto en
cambio organizacional y autor de "El Poder de perder el control". Este libro debe ser lectura obligatoria
tanto para los nuevos y reelectos legisladores que necesitan guía práctica
sobre cómo dejar el pasado de lado errores pasados y emplear su influencia para
ejecutar cambios.
"Los
estadounidenses solían tener un increíble optimismo, pero se ha apagado en
estos últimos años," dijo Caruso.
"Hoy necesitamos un liderazgo que brinde al pueblo estadounidense no un
complaciente optimismo de 'como en el pasado las cosas mejoraron, por lo tanto
mejorarán nuevamente', pero sí un optimismo con sentido del deber en enfocarse
y trabajar duro."
A los
nuevos y los reelectos líderes no la tendrán tan mal que como se veía el
panorama en Noviembre del 2008, así que no faltarán oportunidades de demostrar
que pueden cumplir sus promesas de ya no más "un gobierno igual que siempre". Después de todo, el pueblo ya se
pronunció y ello era precisamente por lo que todos clamaban.
Traducción AL DIA NEWS - (c) 2010, Washington Post Writers Group
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