Quieren saber los niños: ¿Les está escuchando Obama?
Los caricaturistas de las páginas editoriales se divierten con exagerar el tamaño de las orejas de Barack Obama, pero las familias que quedan divididas como resultado de las políticas federales de inmigración se preguntan si alguna vez les escuchará.
Con el más reciente intento de reparar el malogrado sistema migratorio nacional, más de 500 niños marcharon frente a la Casa Blanca el 28 de julio para prevenir la deportación de sus padres.
Estudiantes de primaria Jonathan Monterosa y Edgar, quien no reveló su apellido, viajaron desde Chicago para estar de pie y marchar durante más de dos horas bajo el sol abrazador.
"Queremos mantener unida a nuestra familia," le dijo Jonathan a Hispanic Link News Service. Edgar agregó que su padre temía la deportación en lo que describía su terror personal – que se quedaría solo sin bocado que comer.
Se calcula que hay unos cuatro millones de niños ciudadanos que viven en los Estados Unidos, la mayoría hijos de un padre indocumentado, según datos recogidos en el 2008 por el Centro Hispano Pew.
El número de niños en riesgo de perder a sus padres abruma la cifra de 400 mil personas que la Agencia de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) anticipa deportar este año fiscal. Es casi un aumento del 10 por ciento sobre el total del 2008 durante el gobierno de Bush.
Congresista Luis Gutiérrez de Illinois, en un discurso previo a la marcha, reveló la empatía que siente por los niños a la vez que enfatizó la importancia de la reforma migratoria ante un público de más de 1.500 personas. En mayo resultó detenido por incurrir en desobediencia civil junto con 35 defensores a favor de la ley DREAM frente a la Casa Blanca.
"La próxima vez que yo venga ante esta Casa Blanca y tengan que llevarme esposado, no voy a traer $100 para pagar la multa. Yo voy a venir aquí y si tengo que venir y me sueltan de la cárcel, voy a volver, y voy a volver, y voy a volver…
"Si nos sueltan venimos de nuevo a hacer la protesta por estos niños inocentes. Nosotros no vamos a permitir que se queden sin amparo, que se queden sin justicia, que se queden sedientes de tener ese amor de su padre y su madre. A ese logro nosotros estamos comprometidos hasta la última consecuencia".
Los defensores y los niños que representaban organizaciones provenientes de estados de costa a costa – Florida, Maryland, Illinois, Texas, California – agitaban pancartas que rogaban, "Por favor, No deporten a mi mamá" y "Está en sus manos, Sr. Presidente".
Daisy Cuevas, la niña de 7 años que le contó a Michelle Obama en la primavera del estado indocumentado de su madre, llevó energéticamente la delantera de la marcha.
La multitud gritó unísona: "¡El pueblo unido jamás será vencido, Obama escucha, estamos en la lucha, aquí estamos y no nos vamos!".
Así cautivaran los vibrantes discursos a los observadores por las calles, para los padres que anticipan su categorización para la deportación, la marcha fue más que un juego de azar.
Viviana Oxlaj López, madre de seis hijos, se preocupa por el bienestar de sus hijos si resulta deportada a Guatemala. Dijo que se estaban enfermando su hija de 10 años con sólo pensar en la separación. "Ellos me decían: 'No vamos a la escuela porque tú nos vas a dejar y nosotros no queremos vivir con otra gente'", le dijo a Hispanic Link.
Oxlaj López desahogó su frustración: "Yo trabajo en el campo…si yo vengo a este país es para que mis hijos tengan un estudio el cual yo no lo tuve…
"Nosotros valemos también acá; no es como ellos dicen -- que nosotros venimos a quitarles sus trabajos. No, porque los trabajos de ellos son de oficina. Los trabajos de nosotros es vender afuera en el puro sol, vendiendo comida, vendiendo agua y lavando trastes…donde ellos no ponen la mano. Nadie va poner la mano en agua caliente".
(Raisa Camargo es reportera con Hispanic Link News Service en Washington, D.C. Comuníquese con ella a: raisa@knights.ucf.edu).
©2010
LEAVE A COMMENT:
Join the discussion! Leave a comment.