Un nuevo reporte de la organización Alimentando América y el Instituto Urbano informa que uno de cada tres niños latinos no tiene acceso a comida.

Casi el 30 por ciento de niños hispanos y sus familias reciben apoyo cada año por parte de los bancos de alimentos de la organización Feeding America. Para comprender mejor las causas y consecuencias del hambre entre las viviendas hispanas, Feeding America colaboró con el Instituto Urbano para evaluar la experiencia de familias hispanas con los programas federales de nutrición y la asistencia de comida de emergencias.

Los resultados confirmaron que las familias latinas tienen mayor índice de hambruna y más dificultad para recibir apoyo de estos programas. También demostró que estas responden diferente al hambre con respecto a las familias afroamericanas o caucásicas.

Las familias latinas son mucho menos probables a participar en el Programa de Asistencia de Comida Adicional (SNAP), pieza clave de los programas de asistencia federales. Alrededor del 41 por ciento de las familias latinas reciben beneficios del programa SNAP, comparados con el 56 por ciento de las familias afroamericanas y el 61 por ciento de las familias caucásicas. SNAP también beneficia economías locales, una participación baja causa un ingreso bajo para las comunidades hispanas las cuales pierden oportunidades de los beneficios económicos.

Mientras que algunas familias eligen no participar en el programa SNAP, el reporte encontró que muchas familias latinas no han tenido contacto alguno con el programa, lo que sugiere la falta de información sobre su elegibilidad. El 41 por ciento de las familias latinas no tiene contacto con el programa SNAP, comparados con el 26 por ciento de familias afroamericanas y el 15 por ciento de familias caucásicas.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) tiene como prioridad la participación en el programa SNAP. Para combatir la baja participación por parte de las familias latinas, se ha asociado con organizaciones locales como bancos de comida y de despensa de comida. USDA también ha invertido en la producción de material traducido, becas y personal para tener un mayor alcance con el programa.

La baja participación de familias hispanas en el programa SNAP y los altos índices de hambre entre los niños latinos, devalúan la efectividad del programa. El continuo énfasis en la distribución de información espera que incremente la participación de las familias hispanas.

La reciente ley sobre granjas presenta una oportunidad para que el Congreso y administración para examinar las barreras de participación e implementar soluciones para mejorar el acceso al programa.

Así reportó The Huffington Post.