Tenis: ¿Cuánto dopaje podemos tolerar?
El reciente caso de Jannik Sinner ha desencadenado un nuevo debate sobre el dopaje deportivo y cómo afrontar el reto.
En el mundo del tenis, todo el mundo está expectante. Como en un match point. El reciente caso de Jannik Sinner ha renovado el debate sobre el dopaje en un deporte que no tiene un largo historial de este tipo de comportamientos, diferente del ciclismo, el fútbol, la halterofilia o, aunque parezca mentira, el golf.
La discusión se reanudó en pleno US Open porque cada uno de los tenistas más importantes se pronunció sobre el caso.
Novack Djokovic dijo durante una rueda de prensa: «Hay muchos problemas en el sistema. Vemos una falta de protocolos claros y estandarizados. Puedo entender los sentimientos de muchos jugadores que se preguntan si se les está tratando de la misma manera.»
Lo que generó descontento entre algunos jugadores fue el hecho de que Sinner pudo seguir jugando durante varios meses a pesar de estar bajo sospecha desde marzo.
Al final, la Agencia Internacional para la Integridad del Tenis (ITIA, por sus siglas en inglés) confirmó en agosto que no había sanciones justificadas, porque «un tribunal independiente convocado por Sport Resolutions ha dictaminado que el tenista italiano Jannik Sinner no es culpable ni negligente de dos infracciones de las normas antidopaje del Programa Antidopaje del Tenis (TADP), al haber dado positivo dos veces por la sustancia prohibida clostebol en marzo de 2024».
Según Sinner y sus equipos, «la sustancia había entrado en su sistema como resultado de la contaminación de un miembro del equipo de apoyo, que había estado aplicando un spray de venta libre (disponible en Italia) que contenía clostebol en su propia piel para tratar una lesión menor. Ese miembro del equipo de apoyo aplicó el spray entre el 5 y el 13 de marzo, periodo durante el cual también proporcionó masajes diarios y terapia deportiva a Sinner, lo que provocó una contaminación transdérmica sin saberlo», señala el comunicado de prensa de la ITIA.
Pero ese fue solo el principio del debate. Tras el caso de marzo, Sinner siguió compitiendo incluso en las finales de Grand Slams como Wimbledon y ganó el Open de Halle.
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Rafael Nadal, otro jugador histórico, respondió durante una entrevista en el programa de televisión español «El Hormiguero»: «Creo en la buena fe de la gente. Conozco a Sinner y no creo que Sinner quisiera doparse. La justicia es la justicia y no solo te tiene que gustar cuando te dice lo que quieres. Creo en la justicia, que toma sus decisiones en función de lo que es justo, y si no le sancionaron es porque vieron claramente que no era sancionable».
Roger Federer, uno de los mejores tenistas de la historia, subrayó que cree en la inocencia de Sinner. Sin embargo, «la posible incoherencia de que no tuviera que quedarse fuera mientras no estaban seguros al cien por cien de lo que pasaba es la pregunta que hay que responder», dijo el deportista durante el programa de televisión Today.
Otro principio en juego es la presunción de inocencia. Por eso el caso Sinner no es fácil de manejar, porque sería injusto que hubiera perdido otras competiciones por una situación fortuita y de la que, finalmente, no fue responsable de acuerdo con las autoridades.
Está claro que el dopaje debe ser castigado. Pero en este caso hay pequeños detalles que lo hacen todo más complejo.
Las autoridades del tenis deben plantearse nuevos protocolos más claros para resolver este tipo de situaciones. Hay mucho en juego.
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