Pocas personas pueden decir hoy en día que no saben quién es Alexandria Ocasio-Cortez.

Después de su inesperada victoria en las primarias legislativas, la ahora congresista ha movido los cimientos del sistema político estadounidense, iniciando un fenómeno que alarma a los más conservadores e inspira a quienes quieren ver a Estados Unidos en el camino del progresismo.

Después de haber sido juramentada la semana pasada ante el Congreso para representar al distrito 14 de Nueva York, Ocasio-Cortez se sentó con Anderson Cooper (CBS) para responder algunas preguntas.

La congresista no dejó espacio para la duda cuando de llamar “racista” al presidente Trump se trató, asegurando que, si bien “el presidente no inventó el racismo”, lo que ha hecho ha sido “darle voz y expandirlo, creando una plataforma para ese tipo de cosas”.

Ante la sorpresa de Cooper, Ocasio-Cortez explicó que “las palabras que utiliza (el presidente) son ecos de la supremacía blanca”, subrayando las reacciones consecuentes a los eventos de Charlottesville en el 2017 y contraponiéndoles a la agenta anti-inmigrante de la administración.

Este tipo de respuestas y de posturas tajantes de la congresista son el argumento de muchos conservadores y medios pro-gubernamentales a la hora de llamarle “radical” a lo que ella responde: “creo que sólo los radicales han cambiado este país”.

“Abraham Lincoln tomó la decisión radical de firmar la Proclamación de Emancipación; Franklin Delano Roosevelt tomó  la decisión radical de establecer programas como el Seguro Social”, agregó. “Si eso significa ser radical, entonces llámame radical”.

Ocasio-Cortéz hizo promesas electorales que pretende cumplir, y cada día que pasa su base crece exponencialmente, en especial gracias a su uso constante de redes sociales, a través de las cuales ha llevado a sus seguidores directamente a los pasillos y túneles del Congreso.

Sus primeros días en Washington contaron con su participación en una protesta organizada por activistas contra el cambio climático, y desde entonces ha hecho campaña por un nuevo acuerdo medioambiental que logre llevar al país a cero en el uso de combustibles fósiles en tan sólo doce años.

Cooper quiso que la congresista explicara de dónde saldrían los fondos para ello, y su respuesta no defraudó: la congresista explicó con datos en mano la efectividad que tendría una tasa impositiva marginal máxima de hasta el 70%, lo que ha hecho a conservadores pegar el grito al cielo.

Y con razón.

Ocasio-Cortez es el archienemigo favorito de los Republicanos y conservadores gracias a su capacidad para argumentar la inequidad económica del país que se inclina a favor de los más pudientes y de las grandes compañías.

Haciendo eco de propuestas como las de Bernie Sanders, Ocasio ha llamado la atención a los errores financieros del Pentágono, al recorte fiscal que Trump regaló a los más pudientes, y ha insistido en que “el gobierno puede financiar un Medicare para todos”.

Este tipo de posturas le ha ganado los constantes ataques a través de las plataformas digitales – incluyendo por parte de los hijos del presidente – que la joven ha tenido que aprender a refutar sobre la marcha.

Durante su entrevista, Ocasio aseguró que, aún cuando algunos insistan en catalogarle de “lanzallamas”, ella se considera a sí misma “una creadora de consenso” mucho más razonable que lo que otros piensan, aunque advirtió que sabe defenderse.

“Si no aguantas el calor, no te metas a la cocina”, concluyó entre risas.