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El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló (c) y la comisionada residente en Washington Jennifer González (3i) celebran el resultado del plebiscito en la sede del Partido Nuevo Progresista, en San Juan (Puerto Rico).  EFE.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló (c) y la comisionada residente en Washington Jennifer González (3i) celebran el resultado del plebiscito en la sede del Partido Nuevo Progresista, en San Juan (Puerto Rico).  EFE.

Puerto Rico: el flaco triunfo de la estadidad

Los puertorriqueños celebraron por quinta vez un plebiscito para decidir su estatus político y jurídico respecto a Estados Unidos. Aunque la opción de ser el…

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Este domingo, mientras miles de puertorriqueños bailaban en la avenida quinta de Nueva York en el marco del tradicional Puerto Rican Day Parade, en la isla se desarrollaba un plebiscito más para definir el estado jurídico y político de Puerto Rico respecto a Estados Unidos.

Poco más de 486.000 personas le dijeron sí a la opción de convertirse en el estado 51 del país, un resultado que muy por debajo de lo que esa misma opción consiguió en 2012, cuando cerca de 800.000 personas votaron por la estadidad de la isla.

Tal y como lo habían pronosticado varios críticos de la jornada, una minoría hizo presencia en las urnas: de 2.260.804 ciudadanos inscritos para votar, solo 500.877 lo hicieron. Una escasa participación que pone una gran tela de juicio sobre la verdadera posición de los puertorriqueños frente a la opción de convertirse en miembro formal de la unión americana.

El gobernador de la isla, Ricardo Roselló, le restó importancia a los bajos niveles de participación y aseguró que presentará los resultados de la consulta al Congreso y la Presidencia de Estados Unidos.

"Hoy los puertorriqueños estamos enviando un mensaje fuerte y claro al mundo, reclamando la igualdad de derechos como ciudadanos americanos. Nos corresponde ahora llevar esos resultados a Washington con la fuerza que representa el cumplimiento de un ejercicio democrático, supervisado por una Misión de Observadores nacionales e internacionales, que han validado el proceso como uno debidamente organizado, justo y democrático", afirmó.

Por su parte, miembros de la oposición independentista resaltaron que el hecho de que 8 de cada 10 boricuas habilitados para votar no hayan asistido a los puestos de votación envía un mensaje muy diferente al que el gobierno de la isla quiere entender. 

"La inclusión de la colonia ya rechazada por nuestro pueblo desmovilizó a la mayoría del electorado que respondió al llamado al boicot como repudio a la humillación de proponer la colonia como solución al problema colonial", señaló María de Lourdes Santiago, vicepresidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP).

El plebiscito de este domingo fue el quinto celebrado en la isla con ocasión de resolver el problema colonial. Tal y como sucedió esta última vez, en las cuatros versiones anteriores los resultados dejaron un amplio margen de duda sobre la posición real de los puertorriqueños respecto a su relación con Estados Unidios. 

La consulta de 2012 consitió en dos preguntas: la primera, si querían promover un cambio en el estatus político de la isla, y la segunda —en caso de que la primera fuera respondida afirmativamente— indagó por el tipo de cambio preferente: estadidad (entrar formalmente a la unión americana), permanecer como estado libre asociado o buscar la independencia total de Estados Unidos. Pese a que en ese entonces el 54 por ciento de los electores afirmó que sí quería un cambio en el estatus de Puerto Rico (y el 61 por ciento apoyaba la anexión de la isla a Estados Unidos), casi medio millón de personas no respondieron la segunda pregunta.