El domingo 5 de septiembre, casi 500.000 trabajadores de Pensilvania perderán sus prestaciones de desempleo, según un informe de la Fundación Nuevo Siglo. 

En todo el país, 7,5 millones de personas perderán también estas prestaciones. Los programas federales que finalizarán el 5 de septiembre son: Asistente de Desempleo Pandémico (PUA), Compensación Federal de Desempleo Pandémico (FPUC) y Compensación de Desempleo Extendido Pandémico (PEUC).

La FPUC permite que los trabajadores que tradicionalmente no cumplían los requisitos (incluidos los trabajadores por cuenta ajena) y otros que perdieron sus ingresos debido a la COVID-19 reciban una ayuda económica. El PEUC proporciona 300 dólares semanales de ingresos suplementarios para complementar las prestaciones de desempleo proporcionadas por el Estado.

El PEUC concede semanas adicionales de prestaciones a quienes siguen desempleados tras agotar las prestaciones estatales, que suelen durar 26 semanas.

Pero en la víspera del Día del Trabajo en Pensilvania, 179.317 desempleados de larga duración perderán el PEUC y 311.143 perderán la ayuda de la PUA. 

Mientras tanto, la prórroga de la moratoria federal para los desahucios ha sido bloqueada por el Tribunal Supremo, las ejecuciones hipotecarias están terminando y la variante Delta está perpetuando el peligro de la pandemia. 

El Philadelphia Council AFL-CIO, que representa a más de 100 sindicatos y a 150.000 trabajadores de Filadelfia, sostiene que estos recortes llegan demasiado pronto, sobre todo porque la tasa de desempleo sigue siendo significativamente más alta que antes de la pandemia. 

Los trabajadores negros y latinos se verán desproporcionadamente afectados por estos recortes, ya que sus tasas de desempleo siguen siendo mucho más altas que las de los trabajadores blancos. 

Las prestaciones por desempleo aportan más de 6.000 millones de dólares semanales a la economía, y sin la ayuda, esta cantidad se reducirá a sólo 1.000 millones de dólares semanales. 

En una concentración frente al Departamento de Trabajo de Estados Unidos, el martes 24 de agosto, el Consejo de Filadelfia de la AFL-CIO expuso públicamente sus demandas a la ciudad. Quieren que la ayuda federal al desempleo continúe hasta finales de año o hasta que la pandemia esté controlada. 

Patrick Eiding, presidente de la organización, habló en la manifestación sobre el problema en cuestión y sobre cómo la ciudad necesita reconocer a los trabajadores y asistirlos adecuadamente durante la prolongada crisis mundial. 

"Estas personas que buscan aguantar el paro hasta que les devuelvan el trabajo... eso es lo que han hecho durante años. Han trabajado duro para cuidar de sus familias. No han pedido ninguna limosna, han ido a trabajar todos los días. Y quieren volver a trabajar todos los días, pero hasta que puedan hacerlo, tenemos que darles la misma ayuda que dimos a todos los demás", dijo Eiding.

Aunque el grupo de manifestantes era pequeño, sus mensajes eran audaces y su espíritu era poderoso. Los participantes llevaban carteles en los que se podía leer: "¿Cuánto tiempo debe esperar la gente?" y "Estos cheques alimentan a mi familia".

El grupo también marchó en círculo, coreando eslóganes a favor de los trabajadores, como "amplíen las prestaciones ya".

Los líderes de la manifestación animaron a los transeúntes a unirse a la causa visitando tinyurl.com/extenduc para escribir una carta a sus representantes, instándoles a ampliar las prestaciones por desempleo.

"Es importante que enviemos tantas cartas a nuestros representantes como podamos para que puedan escuchar nuestras voces. Porque no he visto mucho en las noticias últimamente. Esta es una emergencia que exige tanta atención como la que se le prestó el año pasado", dijo un dirigente.