En 1986 el presidente estadounidense Ronald Reagan firmó la Ley de Reforma y Control de la Inmigración. Esta amplia ley de inmigración concedía la residencia en el país a los inmigrantes indocumentados. 

Dos años después, Juana Flores llegó a Estados Unidos a través de la frontera y se instaló en Goleta, California.

Flores y su marido, Andrés, residente permanente en EE.UU. desde 2009, hicieron entonces lo que la mayoría de los inmigrantes que inician una nueva vida en EE.UU. hacen y formaron una gran familia.

Diez nietos y dieciocho nietas después a Juana se le prohibió regresar a Estados Unidos durante la administración Trump después de que fuera a visitar a su madre enferma en México.

Uno de sus hijos, César, se convirtió en sargento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. 

Él y su madre son la inspiración de la Ley de Protección de Padres Patriotas de la representante de California Salud Carbajal.

Siendo él mismo un veterano del ejército, Carbajal presentó por primera vez el proyecto de ley que concedería la residencia permanente en Estados Unidos a los padres inmigrantes de los miembros del servicio estadounidense en 2019.

El proyecto de ley abarcaría a los familiares de los actuales miembros del servicio y a los veteranos que hayan sido dados de baja con honor.

En el caso de los Flores permitiría a Juana regresar a Estados Unidos y reunirse con una familia que no la ha visto en dos años. En ese tiempo, César ha tenido un hijo y podría ser desplegado en Turquía antes de poder volver a ver a su madre.

El primer esfuerzo para el proyecto de ley no logró ganar tracción y no tuvo éxito. Carbajal achaca el fracaso a un Congreso dirigido por los republicanos y a una administración presidencial con una ira específica hacia los inmigrantes, especialmente los del sur de la frontera.

"No es ningún secreto que durante los últimos cuatro años se ha atacado a los inmigrantes", dijo Carbajal en una reunión de Zoom el martes 26 de enero, en la que volvió a presentar la Ley de Protección de los Padres Patriotas. 

En la llamada también estaban Juana, César y los abogados que han trabajado durante los últimos dos años para traer a Juana de vuelta a Estados Unidos.

"Sabemos que la familia está sufriendo, y sufriendo a diario", dijo Frank Ochoa, un juez retirado del Tribunal Superior de Santa Bárbara y uno de los abogados del caso de Juana.

Para ella, la experiencia en México es de aislamiento.

"No tengo amigos", dijo Juana. "Sólo tengo gente que más o menos conozco".

También mencionó que México es mucho más peligroso ahora que el que ella dejó en 1988.

A pesar de la situación, Carbajal tiene la esperanza de que, dada la administración demócrata de Biden y un Congreso controlado por los demócratas, su proyecto de ley tiene un verdadero camino para ser aprobado, y pronto.

"La familia Flores merece nuestro respeto por su sacrificio, no la deportación" sentenció el diputado.