A solo una semana de la celebración del Desfile Puertorriqueño en Nueva York, y luego de que varias firmas y personalidades retiraran su apoyo a la mayor fiesta hispana de Estados Unidos debido a la decisión de su comité de homenajear a Óscar López Rivera como "prócer de la libertad", el íder independentista desistió de participar en el Puerto Rican Day Parade como invitado de honor. En vez de eso, lo hará como "un humilde puertorriqueño y abuelo que a los 74 años continúa comprometido con generar consciencia sobre la crisis fiscal, de salud y de derechos humanos que enfrenta Puerto Rico".

En una columna de opinión, publicada el jueves pasado por el New York Daily News, López Rivera lamentó que su homenaje en el desfile haya generado una controversia "centrada en una desinformación sobre quién soy y mi causa" y no en los problemas que atraviesa la isla. En ese sentido, el líder independentista pidió que se haga énfasis en celebrar y honrar a todas las puertorriqueñas y puertorriqueños que han contribuido a mejorar las condiciones de vida de tantos compatriotas. 

"El honor no debe ser para mí; debe ser otorgado a nuestros pioneros que vinieron a Estados Unidos y abrieron puertas. Debe ir para los activistas y los funcionarios electos que luchan por la justicia y una sociedad justa. Debe ir a las muchas compañías que aunque decidieron no participar en el desfile este 11 de junio, continúan apoyando nuestro futuro a través de los fondos de becas", señaló.

López aprovechó para rechazar los señalamientos en su contra por su actividad con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, FALN. “Quiero reiterar lo que he dicho antes, desde la cárcel y ahora como hombre libre: Yo, personalmente, y todos como comunidad debemos superar la violencia. Es fundamental que la gente sepa que nosotros no promovemos nada que signifique una amenaza alguna para nadie. No podemos permitir que personas que no conocen la historia de Puerto Rico definan nuestra narrativa y nuestra experiencia como comunidad".

López Rivera destacó la coherencia y valentía de aquellos líderes puertorriqueños y del comité del Desfile, que se han solidarizado con su causa hasta el punto de poner en riesgo su capital político.