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Raúl Castro, Vladimir Putin y Nicolás Maduro, son los representantes de tres gobiernos cuyos procedimientos electorales son cuestionados por la comunidad internacional. 
Raúl Castro, Vladimir Putin y Nicolás Maduro, son los representantes de tres gobiernos cuyos procedimientos electorales son cuestionados por la comunidad internacional. 

¿Democracia o pantomima?

Con el anuncio de la victoria de Vladimir Putin en los comicios presidenciales en Rusia, muchos se preguntan si el Presidente Trump avalará también los…

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La conflictiva relación del presidente estadounidense con su homólogo ruso, Vladimir Putin, vuelve a ser el centro de los titulares después de las elecciones presidenciales de esta semana en Rusia.

Según reportó el Washington Post, Donald Trump habría llamado por teléfono al presidente ruso para felicitarlo por “su victoria electoral”, agregando que “esperaba que se pudieran reunir en un futuro no muy lejano”.

Para la política internacional, el gobierno de Putin es percibido como un gobierno autoritario que no deja mucho espacio para la competencia, y donde el control autocrático se ha vuelto cada vez más evidente.

Asimismo, para críticos del presidente Trump, la llamada habría sido una sorpresa, en especial después de que el magnate hubiese pasado por alto los recientes eventos de presunto envenenamiento de espías por parte de Rusia en el Reino Unido.

“Un presidente estadounidense no dirige al Mundo Libre felicitando a dictadores por haber ganado falsas elecciones”, escribió el Senador de Arizona John McCain en Twitter. “Y al hacerlo con Vladimir Putin, el Presidente Trump ha insultado a cada ciudadano ruso al que le fue negado el derecho a votar en unas elecciones libres y justas”.

Por su parte el líder de la mayoría en el Senador, Mitch McConnel (R-Ky) aseguró que, si bien “el presidente puede llamar a quien quiera”, cuando de las elecciones en Rusia se trata “veo una falta de credibilidad en el recuento de los resultados. Siempre me acuerdo de las elecciones que solían llevarse a cabo en casi todos los países comunistas donde quienquiera que fuera el dictador en el momento siempre obtenía gran porcentaje de los votos”.

Y en América Latina, aún subsisten dos países con modelos de gobierno muy parecidos.

El próximo 19 de abril, Cuba vivirá sus primeras elecciones después de la muerte de Fidel Castro, y la primera vez que alguien fuera de su familia tomará el mando del país desde el triunfo de la Revolución en 1959, después de que Raúl Castro, de 86 años, haya anunciado que cederá el mando del gobierno y de las Fuerzas Armadas.

Según reportó la BBC, las elecciones parlamentarias que se celebraron el pasado domingo han sido tan sólo la antesala de una “sucesión anunciada”, y más de 8 millones de cubanos han sido convocados a unas elecciones donde el Partido Comunista (PCC) es el único autorizado a participar.

Si bien el ejercicio democrático del voto es una novedad en la isla, ya la población conoce al favorito de Castro para sucederle y, aunque los votos se cuenten, lo más probable es que el vicepresidente primero, Miguel Díaz-Canel, sea el nuevo mandatario del país.

“El sucesor del presidente, de acuerdo con este sistema, es el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Lo que fue Raúl Castro con Fidel y lo que ha sido Díaz-Canel en los últimos años”, explicó el analista cubano Rafael Rojas, en un artículo citado por la BBC.

Asimismo, el director de la revista cubana oficialista Temas, Rafael Hernández, explicó al medio que “solo la prensa de fuera de Cuba se le ocurre pensar que el sucesor pueda ser otro que Díaz-Canel”.

De manera similar, y en medio de una profunda crisis humanitaria, Venezuela se prepara para llevar a cabo unas elecciones presidenciales manchadas por acusaciones de corrupción y por un éxodo masivo de ciudadanos que intentan huir del desabastecimiento y la violencia.

Después de haber inhabilitado la Asamblea Nacional elegida democráticamente, el gobierno de Nicolás Maduro ha llamado a elecciones adelantadas para el día 20 de mayo del 2018, lo que ha sido criticado con preocupación por organizaciones como el Foro Penal Venezolano, Súmate, Voto Joven, el Observatorio Electoral Venezolano y la Red Electoral Ciudadano debido a las irregularidades de la Asamblea oficialista, la inhabilitación y persecución de líderes de oposición y la reducción del tiempo establecido para este tipo de lapsos de acuerdo a la constitución.

Hace un mes, la coalición de oposición venezolana, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunció que no participaría en las elecciones “por considerar que no cumplen condiciones ni garantías democráticas”, según explicó el diario español El País.

“Retamos al gobierno de Maduro a que se mida contra el pueblo en unas elecciones de verdad. Para que estas sean posibles, le invitamos a dejar el miedo y a aceptar las condiciones electorales contenidas en el documento hecho y aprobado por unanimidad por los cancilleres de Bolivia, Nicaragua, San Vicente, México y Chile, al finalizar la jornada de negociación el día 2 de diciembre en República Dominicana”, explicó la MUD en un comunicado.

Las condiciones que se plantearon en dicha jornada fueron las de realizar elecciones en el segundo trimestre de este año, la conformación de un Consejo Nacional Electoral equilibrado, la participación de observadores internacionales independientes y el voto de los venezolanos en el exterior, algo que el gobierno de Maduro no ha garantizado, y ha sido fuertemente criticado por los principales países integrantes del llamado Grupo de Lima, quienes consideran que “la celebración de comicios antes de mayo impide que estos sean transparentes y creíbles, y carecen de legitimidad y credibilidad”, según continúa el medio.

Si las estructuras políticas de estos tres países coinciden, los resultados de las elecciones en Venezuela darán como vencedor muy probablemente al mismo Nicolás Maduro.

¿Deberá entonces el presidente Trump celebrar también a estos nuevos presidentes?