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Miller y el presidente Trump se reúnen con sheriffs del condado en la Casa Blanca, en febrero. Por Paul Marotta / Getty Images.
Miller y el presidente Trump se reúnen con sheriffs del condado en la Casa Blanca, en febrero. Por Paul Marotta / Getty Images.

Stephen Miller: el cerebro detrás de la suspensión de DACA

Mientras el Senado colapsa y el Presidente se hace un nudo con decisiones morales, el verdadero culpable de las posturas anti-inmigrantes de la Casa Blanca…

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Por tercer día consecutivo el gobierno de Estados Unidos se mantiene en vilo por la incapacidad de sus legisladores de llegar a un acuerdo sobre el futuro de los  Dreamers, mientras el país entero se debate entre a quién echarle la culpa.

El Presidente insiste en Twitter que la culpa es del Partido Demócrata, quienes “quieren negar los servicios y la seguridad a los ciudadanos a favor de los servicios y seguridad para los no ciudadanos”.

Por su parte, los representantes demócratas aseguran que el problema recae única y exclusivamente en el Presidente Trump. Como explicó el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, el pasado sábado, “es casi imposible llegar a un acuerdo con el presidente, porque no puede cumplir los términos”, según reportó CNN.

“Cuando te sientas con el presidente, te das cuenta de que realmente quiere hacerlo”, continuó el Senador. “Pero un par de horas después se retracta por la presión de la derecha”.

El Senador se refiere específicamente a Stephen Miller, uno de los pocos asesores originales que quedan en la Administración Trump, y quien habría invitado a un pequeño grupo de escritores y editores de Breitbart News a la Casa Blanca el otoño pasado para discutir temas de inmigración, según reportó The Washington Post.

El objetivo de Miller era discutir una negociación frontal: “un acuerdo posible entre las protecciones a los jóvenes inmigrantes indocumentados a cambio de provisiones migratorias más radicales, como poner fin a la reagrupación familiar”, continúa el medio.

Esta estrategia ha puesto al joven asesor de 32 años en el medio de la polémica que ha causado el cierre temporal del gobierno, habiendo incluso participado de la fatídica reunión en la que el Presidente calificó a varios países de “cloacas”.

Para medios como el Post, Miller estaría siendo considerado el “titiritero” principal en el show de marionetas de la Casa Blanca, y algunos representantes del GOP no han dudado en denunciarlo.

El día domingo, el Senador Republicano Lindsey O. Graham aseguró a los medios que “mientras Stephen Miller siga a cargo de la negociación migratoria, no llegaremos a ninguna parte”, aseguró. “Yo he hablado con el presidente. Su corazón está del lado correcto en este asunto. Ha comprendido lo que esto implicaría, y cada vez que tenemos una propuesta, los miembros de su staff la tiran al suelo”.

Si bien algunos especialistas consideran que calificar a Miller de marionetista del presidente es una exageración – como explicó Mark Krikorian del Centro de Estudios Migratorios – lo que realmente preocupa es que el dirigente del país desconozca el alcance de sus decisiones al punto de no poder definir una posición con respecto a temas tan sensibles como DACA.

Si el Presidente no tiene la misma determinación para tomar decisiones que la que tiene para escribir en Twitter, entonces el debate no debería ser sobre inmigración, sino directamente sobre el futuro del gobierno del país.