Cuando el río suena, piedras lleva. Este refrán latinoamericano se queda corto a la hora de aplicárselo al hasta hoy fiscal distrital de Filadelfia, Seth Williams, todo porque lo que le cayó encima al otrora funcionario estrella de la justicia fue una avalancha de evidencias que lo sepultaron en un escándalo de corrupción aún muy lejos de terminar. 

Seth Williams sorprendió a todo el mundo este jueves cuando se declaró culpable de haber recibido sobornos del empresario Mohammad Ali a cambio de que se le fueran retirados los otros 28 cargos por los que se le juszgaba en la Corte Federal en Filadelfia. La confesión se dio una semana después de que Ali, testigo estrella en su contra, declarara ante el mismo tribunal que en efecto había colmado de costosos regalos al otrora fiscal para lograr favores a cambio. 

“Hoy el señor Williams admitió que vendió su oficina a cambio de una serie de pagos corruptos que incluyeron viajes, carros y otros bienes costosos. El señor Williams admitió que se adueñó fraudulentamente de dineros que no le pertenecían y que usó fraudulentamente los recursos de la ciudad en su beneficio”, señaló el fiscal federal William Fitzpatrick en una rueda de prensa momentos después de que la audiencia terminara.

En concreto, Williams aceptó haber recibido de Alí viajes a lujosos resorts en República Dominicana, aceptó haber defraudado su propio comité electoral tras haber usado dinero de su campaña para gastos personales, y de haberse apropiado de recursos dirigidos a un centro de atención dirigido por su madre. 

En enero pasado, semanas después de que el escándalo estalló, Williams anunció su decisión de no buscar una segunda reelección a su cargo  al frente de la Fiscalía de Filadelfia, a la que llegó en 2009 prometiendo una reforma al sistema judicial de la ciudad. Sin embargo, el exfiscal pretendía mantenerse al frente del ente judicial hasta el término de su período, a finales de año.

Este jueves Williams salió del tribunal, escoltado por autoridades policiales y con las manos esposadas, directo a una celda, donde esperará un sentencia final que podría darle hasta 5 años de cárcel. La audiencia donde se le leerá la condena se llevará a cabo el próximo 24 de octubre.