Mientras el presidente Joe Biden continuaba su viaje por Europa para reunirse con varios líderes mundiales, la Casa Blanca anunció el martes 15 de junio sus nominaciones para nueve nuevos puestos de embajador.

Tres de los puestos a cubrir son los de jefes de misiones lideradas por Estados Unidos en México, Costa Rica y Paraguay. Todos los nominados deben ser confirmados por el Senado.

Entre ellos, Ken Salazar fue nominado para servir como el próximo embajador en México, el mayor socio comercial de Estados Unidos.

Conoce a Biden de su tiempo en el Senado, donde representó a Colorado de 2005 a 2009. Antes de eso, Salazar se convirtió en el primer latino elegido para un cargo estatal en Colorado cuando se postuló para Fiscal General.

Después de su victoria electoral en 2008, Barack Obama lo eligió para trabajar en su gabinete como Secretario del Interior. El exsenador ocupó el cargo durante cuatro años, y uno de sus logros notables fue implementar una prohibición de veinte años sobre la extracción de uranio en tierras públicas en 2012.

Desde que dejó la política, se unió al bufete de abogados WilmerHale y ancló su oficina de Denver. Allí, su práctica legal se centró en energía, medio ambiente, recursos naturales, gobierno corporativo y asuntos de los nativos americanos.

Salazar también es miembro fundador de la Asociación de Directores Corporativos Latinos (LCDA).

Dado que México comparte una frontera de casi 2,000 millas con Estados Unidos y representa el 14.8% del comercio total de Estados Unidos, la posición para la que ha sido seleccionado Salazar es uno de los puestos de más alto rango en el servicio exterior.

Trabajará con el gobierno mexicano para detener la migración desde Centroamérica y garantizar que se sigan las nuevas regulaciones laborales del T-MEC. También podría haber espacio para trabajar en la política climática dada la prevalencia que ha tenido en su carrera.

El primer puesto del nominado en política fue el de Director Ejecutivo del Departamento de Recursos Naturales de Colorado.

Se rumoreaba desde el mes pasado que el nativo de Colorado era la elección de Biden para el puesto, pero también se barajaban otros nombres, como el ex candidato presidencial de 2020 Julian Castro y el ex representante permanente de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Bill Richardson.

La retirada de Todd Chapman del servicio exterior significa que la administración Biden también tendrá que buscar otro embajador estadounidense en Brasil, la economía más grande de América Latina.

Chapman anunció su retirada la semana pasada, citando razones personales, y ha informado al presidente Biden que llevará a cabo sus funciones durante un mes más.

Chapman fue nombrado por Trump y ocupó el cargo durante 14 meses. Este diplomático de carrera era un experto en Brasil, donde terminó la escuela secundaria, y se desempeñó como subjefe de misión en la embajada en Brasilia de 2011 a 2014.

El verano pasado se enfrentó a una investigación del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes por haber usado su cargo para beneficiar la campaña de reelección de Trump.

El periódico brasileño O Globo publicó una historia que sugería que Chapman centró sus ruegos al gobierno brasileño para que redujera sus aranceles al etanol con el fin de mantener a Trump en el cargo.

El ex presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, Fmr. Rep. Elliot Engels (D-NY), dijo que si el embajador hubiera tenido esta intención, habría violado la Ley Hatch de 1939, una ley que excluye a los funcionarios federales del poder ejecutivo de participar en algunas actividades partidistas.

Iowa y Minnesota, dos campos de batalla en las elecciones de 2020, ocupan el primer y cuarto lugar respectivamente en capacidad de producción anual de etanol.

Es probable que su sustituto sea más combativo con el presidente brasileño Jair Bolsonaro para contrastar la relación amistosa que tenía con su predecesor, de 59 años. 

Chapman recibió a Bolsonaro en su residencia para una barbacoa del 4 de julio, y ambos hombres fueron fotografiados sin usar mascarillas a pesar de que el país estaba reportando una de las cifras de muertes por COVID-19 más altas del continente.

Una prioridad probable para el próximo embajador será el cambio climático, ya que Biden y Bolsonaro han estado tratando de llegar a un acuerdo sobre un acuerdo ambiental desde febrero.

Bajo el reinado del actual presidente brasileño, la deforestación del Amazonas se ha disparado a un máximo de 12 años. El exoficial militar asumió la presidencia el 1 de enero de 2019 y solo desde agosto de 2019 hasta julio de 2020 se destruyeron 4,281 millas cuadradas de selva tropical.