14 de febrero de 2006: “El día de San Valentín”
Diez años atrás los Latinos marcharon...¿Votarán asi masivamente este año?
Los inmigrantes hispanos se dirigieron al Centro Comercial de la Independencia en Filadelfia gritando “sí se puede”, tanto en Inglés como en Español.
Era el día de San Valentín, el 14 de febrero de 2006. Muchos de los latinos que marcharon ese día eran ciudadanos legales. Esa mañana algunos dejaron el Norte de Filadelfia donde habitan y llevan sus propios y florecientes negocios, dejando avisos en las puertas que leían “Cerrados hoy. Nos sumamos a la marcha”.
Diez años atrás los Latinos marcharon...¿Votarán asi masivamente este año?
Los inmigrantes hispanos se dirigieron al Centro Comercial de la Independencia en Filadelfia gritando “sí se puede”, tanto en Inglés como en Español.
Era el día de San Valentín, el 14 de febrero de 2006. Muchos de los latinos que marcharon ese día eran ciudadanos legales. Esa mañana algunos dejaron el Norte de Filadelfia donde habitan y llevan sus propios y florecientes negocios, dejando avisos en las puertas que leían “Cerrados hoy. Nos sumamos a la marcha”.
Los manifestantes organizaron piquetes pacíficos, marchando por toda la vía hacia el Love Park de Filadelfia, sólo para enfatizar un punto: protestar contra el infame proyecto de Ley Sensenbrenner Bill H.R. 4437 que legalizaría una real caza de brujas contra los inmigrantes que no posean un estatus legal y contra cualquiera que les ofrezca asistencia humanitaria.
Unos cuantos miles reforzaron la marcha que posteriormente sería replicada en la primavera del 2006 alrededor de todo el territorio continental de los Estados Unidos; en Los Ángeles, más de medio millón de personas se sumaron a la protesta. Más de 11 millones de inmigrantes trabajadores y pagadores de impuestos en los Estados Unidos estaban a punto de ser considerados como un montón de criminales y no tenían chance de ser absueltos como fue el caso del Sr. Bundy, quien habría organizado un enfrentamiento armado en Oregon contra las fuerzas federales.
Cómo se desenvolvieron estas reacciones y la concientización que provocaron deberían ser directamente referidos a los ciudadanos hispanos de Filadelfia que criticaron fuertemente una legislación tan incoherente como la Sensenbrenner Bill H.R. 4437, para darse cuenta que ya había sido puesta en marcha.
Los cánticos entusiastas incluso decían “Hoy marchamos, mañana votamos”.
La Sensenbrenner Bill fue detenida. El resultado sencillamente fue inesperado: bajo grandes promesas de “esperanza”, la administración de Obama llevó a cabo la deportación más grande registrada hasta el momento. Decir que los sueños fueron truncados, sería quedarnos cortos de palabras.
Adelantando diez años y viendo un escenario mundial de personas desesperadas, en donde cada migración humana y natural ha sobrevenido, el presente es muy poco prometedor. El Presidente Obama fue incapaz de entregar una reforma inmigratoria y huyó del asunto usando sus poderes ejecutivos y permitiendo por el contrario la deportación más grande de inmigrantes. Las políticas de recibimiento de Angela Merkel repercutieron en Alemania; inmigrantes muertos siguen arrastrándose a las orillas del Mediterráneo europeo, siendo un triste capítulo en el ardiente y previo campo de refugiados, mejor conocido como la “Selva” de Calais en Francia, que ha sido seguido por aldeanos franceses reacios a aceptar refugiados en su medio.
Los inmigrantes hoy en día están en la exacta misma situación que aquellos Sirios y Africanos del Norte en el Mediterráneo, a punto de naufragar, escasamente sobreviviendo a la ira del mar o al desprecio de quienes pudieran ser sus anfitriones.
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