La pluma de Wolf veta la legislación transfóbica
"El odio no tiene lugar en Pensilvania", escribió el gobernador Tom Wolf en Twitter.
El viernes 8 de julio, el gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, vetó el proyecto de ley 972 de la Cámara de Representantes, el enfoque de los republicanos de Pensilvania para obstruir la participación de los jóvenes transgénero en los clubes interescolares, intercolegiales e intramuros relacionados con el sistema escolar público del estado o cualquier institución patrocinada por el estado.
El proyecto de ley HB 972, conocido como Ley de Equidad en el Deporte Femenino, es todo menos igualitario, ya que pretende prohibir la participación de los transexuales en los deportes basándose en el sexo biológico del estudiante. El proyecto de ley menciona la retórica transfóbica a lo largo de sus cuatro páginas, citando que "los equipos o deportes atléticos designados para mujeres o niñas... no pueden estar abiertos a estudiantes del sexo masculino".
Continúa sugiriendo que no pretende restringir la elegibilidad de un estudiante para participar en los deportes diseñados para su sexo, excepto cuando se trata de la participación trans, en cuyo caso se niega la propia subsistencia del estudiante en virtud de la caracterización errónea de los republicanos de lo que implica ser transgénero.
La legislación se introdujo a raíz de la victoria de Lia Thomas, que dio a la Universidad de Pensilvania un título de natación de la División I de la NCAA en la prueba de 500 yardas libres, convirtiéndola en la primera atleta transgénero en conseguir una victoria en esta modalidad. A partir de entonces, Thomas se convirtió en el centro de un debate nacional sobre si los atletas transexuales podían participar con sus respectivos compañeros.
No puede decirse lo mismo de la participación masculina trans.
Aunque queda mucho camino por recorrer para entender cómo afectan los procedimientos específicos de los trans al rendimiento deportivo, la mayoría de los estudios no son concluyentes e incluso sugieren que, en algunos casos, las mujeres trans experimentaron un retraso en su rendimiento tras la transición.
En cuanto a la política, la NCAA sigue vigilando la ingesta de testosterona de todos los participantes antes de competir, garantizando un entorno de competición justo.
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"Somos firmes en nuestro apoyo a los estudiantes-atletas transgénero y en el fomento de la equidad en el deporte universitario", dijo John DeGioia, presidente de la junta de la NCAA y presidente de Georgetown.
En un comunicado, el Caucus de Igualdad LGBTQ+ condenó a los republicanos por presentar una legislación específica.
"Este proyecto de ley es un intento ignorante de arreglar un problema que no existe. Si la intención de la mayoría es dar a las mujeres la igualdad de condiciones, debemos abordar las desigualdades en la financiación, los recursos, la cobertura de los medios de comunicación y el pago en el deporte femenino", dijo la senadora Katie Muth, copresidenta del grupo.
En respuesta al veto de Wolf, los patrocinadores del proyecto de ley criticaron su decisión, señalando la insensibilidad hacia los avances de las mujeres en el deporte, aunque no está claro a qué avances se referían.
Aunque el veto supone un alivio temporal para la población transgénero de Pensilvania, las próximas elecciones a gobernador serán decisivas para los electores que dependen de estas protecciones para participar de forma justa e igualitaria en los entornos deportivos.
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