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Los brasileños tienen entre sus manos dos caminos que marcarán su futuro. Pixabay
Los brasileños tienen entre sus manos dos caminos que marcarán su futuro. Pixabay

Semana decisiva por la Presidencia en Brasil

El expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva sigue siendo el favorito para vencer en las elecciones del próximo 30 de octubre, sobre el presidente Jair Bolsonaro.

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Como ha ocurrido en otras partes del mundo, la lucha por el poder ha incluido el juego sucio contra el rival a través de redes sociales.

Pese a la ventaja del candidato de izquierda en las encuestas, lo cierto es que persiste la incertidumbre sobre el resultado en medio de un país claramente polarizado políticamente. Una de las encuestas de la semana que termina, la de la firma Datafolha, Lula tiene el 52% de la aceptación frente al 48% de Bolsonaro, prácticamente un empate a la luz del margen de error del sondeo.

En un reportaje de La Nación de Buenos Aires, Marco Antonio Texeira, politólogo de la Fundación Getulio Vargas, “la elección está completamente incierta. Hay una tendencia de ventaja para Lula, pero como trabajamos con margen de error la situación es de empate. No se puede predecir quién ganará”.

En contraste, a mitad de semana, Lula manifestó que “la elección está muy pareja, pero vamos a ganar”. Se sabe que cualquier error le puede costar la derrota. Parte de la estrategia de su campaña es capturar votos de los abstencionistas, que históricamente son más para la segunda vuelta.

En la primera vuelta, el 2 de octubre, ganó Lula, pero no alcanzó más del 50 por ciento de votos, lo que forzó a la segunda vuelta. Le sacó algo más de 6 millones de votos de ventaja, cifra nada despreciable, pero la menor en las dos elecciones anteriores en las que se impuso Lula.

En la semana que termina, el Partido de los Trabajadores, que ayudó a crear Lula a comienzo de los años 80, se movilizó para lograr el apoyo de los evangélicos, ideológicamente cercanos a Bolsonaro. Incluso, como lo recordó La Nación, Lula les expresó su rechazo al aborto.

En la otra orilla, la estrategia de Bolsonaro es mostrarse generoso con ks sectores más marginados de la población. Así ha mejorado en las encuestas.