LIVE STREAMING
The complicated leader oversaw good and bad moves as leader.
El complicado dirigente supervisó las buenas y malas jugadas como líder. Foto: Jean-Marc Zaorski/Gamma-Rapho via Getty Images.

El ex presidente de Perú, Francisco Morales Bermúdez, muere a los 100 años

El ex general del ejército y presidente fue responsable del retorno de la democracia a Perú, además de ser condenado por crímenes de guerra en el extranjero.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

I took Panama… ¿¡Otra vez!?

La pelea de Trump y Musk

Un colombiano juzga a Trump

El fin de una era en Siria

El nuevo zar de la IA

24 horas de caos

El polémico indulto de Biden

¡Thanksgiving postelectoral!

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

El ex general del ejército y ex presidente de Perú, Francisco Morales Bermúdez, responsable de allanar el camino para el retorno de Perú a la democracia, así como de las condenas por crímenes de guerra en el extranjero, falleció a los 100 años el pasado jueves 14 de julio por la noche en la capital peruana, Lima. Su hijo, Remegio Morales, confirmó la noticia a Associated Press el viernes. Los funerales de Morales Bermúdez se celebrarán en una iglesia cercana al domicilio del ex presidente, donde acudía personalmente a misa cada domingo. 

Nacido en la capital limeña el 4 de octubre de 1921, Morales Bermúdez procedía de una familia política. Es nieto del ex presidente Remigio Morales Bermúdez, que dirigió el país de 1890 a 1894, e hijo de un coronel del ejército, Remigio Morales Bermúdez, que fue asesinado por radicales políticos al rechazar un intento de secuestro en noviembre de 1939. 

Esto ocurrió pocos meses antes de que Francisco Morales Bermúdez asistiera a la Academia Militar de Chorrillos, donde se graduó como subteniente en 1943. 

A pesar de su participación en el sangriento golpe de Estado del general Juan Velasco en 1968, que supuso la conversión de éste en dictador y el éxodo de varios dirigentes políticos y periodistas, Morales Bermúdez le devolvió el favor con un sangriento golpe propio en agosto de 1975 para sustituir a Velasco, que debía mantener a Perú bajo la dictadura durante 20-30 años. 

Uno de sus primeros actos fue permitir el regreso de todos los que se exiliaron de Perú bajo Velasco e inició la transición del gobierno de vuelta a la democracia. Su gobierno, sin embargo, aún advirtió que trataría con dureza a quienes "impidieran los objetivos de la revolución". 

Con la recuperación económica y un plan para que el país volviera a tener un gobierno civil en 1980, Morales Bermúdez devolvería el poder al presidente Fernando Belaunde, el presidente elegido democráticamente que fue derrocado por el golpe de estado de 1968 dirigido por Velasco. Morales Bermúdez fue dos veces ministro de economía de Velasco durante su mandato. 

Como ministro de economía bajo Velasco, el gobierno fue testigo de muchos fracasos, entre ellos la chapuza de los lazos militares con la Unión Soviética durante la Guerra Fría, las industrias nacionalizadas y una reforma agraria fallida.

Sin embargo, una vez que Morales Bermúdez asumió el poder en 1975, se distanció de tales políticas y abrazó el capital extranjero forjando y aumentando las relaciones con Estados Unidos y sus socios de derecha. 

Durante su mandato, los generales de izquierda de Morales Bermúdez también entablaron conversaciones con gobiernos derechistas y moderados de países vecinos como Brasil, Chile y Ecuador. Esta sería la acción que le traería los problemas que plagaron su carrera a partir de entonces, ya que las relaciones con Brasil y Chile, por ejemplo, agriaron la relación de Morales Bermúdez con muchos. 

Una de las mayores polémicas fue su supuesta implicación en el Plan Cóndor, una alianza secreta entre todos los dictadores sudamericanos entre los años 1970 y 1980, en la que dirigentes militares participaron en los asesinatos y persecuciones de objetores y enemigos, liderados principalmente por el dictador chileno Augusto Pinochet. 

Su caso se centró específicamente en los secuestros de tres miembros del Movimiento Peronista Montonero por parte de soldados argentinos en Lima en 1980, dos de los cuales nunca volvieron a ser vistos, y uno acabó muerto en Madrid. 

A pesar de que Morales Bermúdez lo negó, admitió la extradición de socialistas peruanos para ser perseguidos en Argentina en 1978. Posteriormente, los tribunales italianos le condenaron a él y a otras figuras de las dictaduras sudamericanas a cadena perpetua en un juicio en ausencia por la muerte de 43 latinoamericanos de ascendencia italiana durante una de las muchas represiones del Plan Cóndor. 

Tras un intento fallido en las elecciones nacionales de 1985 con una plataforma de ley y orden, Morales Bermúdez se alejó de la luz y vivió el resto de sus años modestamente con su pensión y su paga militar, según Fernando Pieto, periodista exiliado en Argentina bajo el mandato de Velasco y, posteriormente, amigo de Morales Bermúdez.