Pura Vida: un paraíso latinoamericano en Northern Liberties
Cuando se trata de comida, Filadelfia tiene muy poco que envidiarle a ciudades como Nueva York. La escena culinaria de la ciudad es un reflejo de la explosión…
Pura Vida se encuentra en la esquina de la avenida Fairmount y la calle 6, en Northern Liberties —el barrio tendencia del momento—, desde donde el chef guatemalteco Charles Álvarez impulsa una de las cocinas de fusión latina más innovadoras de la ciudad.
“La idea era intentar encontrar el eslabón perdido entre la comida rápida y la gourmet —dijo Álvarez, propietario y jefe de cocina del restaurante—. Siendo un establecimiento BYOB (Bring Your Own Beer), intentamos ofrecer la comida con la que la gente quisiera acompañar con sus bebidas”.
La historia de Pura Vida comenzó hace 11 años cuando Álvarez vio la oportunidad después de su experiencia como chef de apertura en restaurantes tex-mex como El Fuego y José’s Tacos, también ubicados en Northern Liberties.
“Cuando vi que ambos locales funcionaban, decidí independizarme”, dijo Álvarez. “Ahora estoy aquí como cerrando el triángulo (de los tres restaurantes)”.
Con un lugar propio, Álvarez quería atender una gran variedad de clientes, manteniendo al mismo tiempo la estética rústica tradicional de los “comedores” guatemaltecos, pequeños restaurantes típicos.
“Tenemos no solo tacos, también langosta, raviolis, y pastas tipo Penne. Así que recibimos todo tipo de clientela. Jóvenes, adultos y personas mayores. Todos pueden sentarse hombro a hombro”.
La atmósfera relajada del local puede verse en su pintoresco perfil de Instagram (@puravidaphilly) donde clientes de todas las edades aparecen celebrando desde cumpleaños hasta el tradicional Cinco de Mayo, mientras degustan sabrosos platos y cervezas mexicanas.
En la misma cuenta también se puede percibir la frescura de los ingredientes en las imágenes radiantes de aguacates, pimientos y en la salsa “pico de gallo”.
Una de las entradas destacadas del restaurant es el Plato Gaucho, que bien puede ser pollo o steak asados, acompañados de camarones salteados en tequila y chimichurri, patatas tostadas y ensalada.
“El Plato Gaucho es bastante popular”, señaló Álvarez. “A la gente le gusta la carne y un poco de carbohidratos”.
Los suculentos aperitivos incluyen el plato que lleva el nombre del local, Pura Vida (calabacines asados y queso frito con una crema de curry), así como el histórico bestseller del lugar: la sopa Ginger Chicken.
“(La Ginger Chicken Soup) es un plato que permanece fijo en nuestro menú durante todo el año. Es uno de los que nunca se dejan de vender, ni siquiera en verano”.
El restaurant también ofrece bebidas de la casa, como margaritas, mojitos y otros combinados. La Rosa de Jamaica es una delicia particular. Recuerde traer su propio licor si quiere una bebida alcohólica. Se la prepararán de inmediato.
Durante estos años, el riquísimo menú de Pura Vida no ha tenido la necesidad de cambiar mucho, pero Álvarez siempre está en la búsqueda de actualizar sus platos, probando nuevas alternativas junto con sus clientes.
“Pruebo nuevas especialidades de vez en cuando y si las personas lo piden entonces lo hago de nuevo, y así se convierten en un ítem en el menú. Lo que no se vende lo saco”.
Uno de esos platos es el Soy Chorizo (Chorizo con Soya), que empezó como un aperitivo, pero debido a su éxito ahora acompaña diversos platos.
“Recibimos a muchos vegetarianos y veganos. Ellos adoran el Soy Chorizo”, explicó Álvarez.
Otro de los acompañamientos populares es el Curtido, una mezcla de vegetales encurtidos, que Álvarez ha incorporado a muchos otros platos.
“Todo es hecho en casa. Repollo encurtido, zanahorias peladas, cebolla morada. Intentamos tener comidas saludables para nuestros clientes utilizando pimientos y cebollas asados, pescado, camarones… El plato Sabor Caribe (una mezcla de encurtidos, pescado, camarones salteados en tequila, pimientos asados y cebollas), suele ser uno de los más pedidos”.
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Álvarez tiene un pasado ecléctico. Trabajó tanto en plazas de comida (food courts) como en restaurantes lujosos, preparando especialidades de países como Guatemala, Francia, Argentina y Estados Unidos.
“Desde que tenía 13 ó 14 años comencé a cocinar allá (en Guatemala)”, recuerda. “Era cocina casera y solía trabajar en un restaurante argentino llamado Los Gauchitos”.
Luego, a principio de los años ochenta, abrieron los primeros los “multirestaurantes” de Guatemala (plazoletas de comida), hecho que le abrió las puertas para trabajar en una gran variedad de cocinas, todas concentradas en el mismo lugar.
De ahí dio un salto a Filadelfia, atraído por familiares que habían llegado a la ciudad a mediados de los años 80. Aquí, Álvarez tuvo su primera oportunidad en Cibouletet, un restaurant francés donde aprendió a cocinar para una audiencia más amplia.
“Trabajar en un bistró francés te permite ver todo el tiempo a obreros de construcción comiendo hamburguesas en la barra mientras otras personas se comen un plato elaborado en una mesa con todo y mantel”.
Su entrenamiento en Filadelfia también vino de trabajar en el restaurante en Middle Eastern La Bohéme y en el pub original de Dockstreet.
El toque guatemalteco de Pura Vida comienza con el tamal, que se cocina con una fórmula especial.
“A diferencia del tamal mexicano, que se cocina en la hoja de maíz, el tamal guatemalteco se envuelve en hojas de plátano pero cocinamos la masa antes y después lo envolvemos para hervirlo de nuevo y que coja sabor y contextura. No es muy denso”, explicó Álvarez.
También tienen el delicioso plato tradicional guatemalteco, las “hilachitas”, un plato de carne desmechada, similar al pecho de cerdo pero cocinado con canela.
Es así como Pura Vida lleva 11 años ofreciendo un menú latino hecho con variedad de técnicas culinarias. “El restaurante es de fusión latina para que exista un poco de todo: caribe, mexicano, centroamericano, suramericano”, aseguró Álvarez.
Si usted aún no conoce este paraíso culinario, y no sabe lo que es un plato pan-latinoamericano, Pura Vida es sin duda una buena apuesta.
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