‘Impuesto a bebidas azucaradas es la única solución’
Horas después de que presentó su primera propuesta de presupuesto de la ciudad, el alcalde Jim Kenney visitó AL DÍA para conversar con el equipo editorial y…
Horas después de que presentó su primera propuesta de presupuesto de la ciudad, el alcalde Jim Kenney visitó AL DÍA para conversar con el equipo editorial y discutir detalles de su plan de $4.17 mil millones, un ambicioso presupuesto apoyado principalmente por la implementación de un nuevo impuesto de .3 centavos por onza a bebidas azucaradas.
Los fondos serán utilizados para financiar la expansión de pre-K, la construcción de escuelas comunitarias, así como la reconstrucción de la infraestructura de la comunidad.
Autoridades municipales indicaron que de ser aprobado, el impuesto a los refrescos generará $400 millones durante un período de cinco años. “En este momento no puedo imponer ningún otro impuesto con el fin de pagar inversiones que no hemos hecho en 50 años”, dijo Kenney.
A continuación presentamos un resumen del diálogo que mantuvimos con el alcalde:
¿Por qué es el impuesto sobre bebidas azucaradas la mejor fuente de ingresos para la ciudad?
“Creemos que hemos establecido un caso muy claro, que sin este plan, no podemos abordar los problemas sistémicos. Este impuesto se invertirá directamente en los barrios más necesitados. Sin él no contamos con dinero para bienes raíces, para negocios o salarios”.
Este mismo impuesto ha sido rechazado por el Concejo de Filadelfia en dos ocasiones. ¿Cuál es la estrategia para que esta vez sea aprobado?
“El impuesto fue presentado inicialmente por el ex alcalde de Filadelfia, Michael Nutter como una medida contra la obesidad. Después se presentó como un relleno de $75 millones. Yo no estoy presentando un relleno, estos son programas sistemáticos eficaces a largo plazo para enfrentar la pobreza, la inclusión y la equidad en todos los barrios. Ya sea que los miembros del concejo se decidan a apoyar este plan, o tal vez se aliarán con los embotelladores y distribuidores de bebidas al tomar su decisión”.
¿Cuál es la lógica detrás de no considerar financiación adicional al presupuesto designado para el distrito escolar de Filadelfia?
“Vamos a tener que mantener las escuelas abiertas. Pero me estoy cansando de salvar al estado de su responsabilidad mediante la implementación de impuestos de bienes raíces y de otro tipo. Se puede argumentar que podría tomar los $60 millones designados para educación pre-K y ponerlo en las escuelas públicas, pero entonces ¿qué estaría haciendo para los preescolares? Estaría realmente solucionando el problema solamente con $60 millones, mismos que podrían ser invertidos en el progreso de niños de tres y cuatro años de edad. Por lo que las escuelas estarán mejor dentro de dos o tres años debido a que los estudiantes también estarán más preparados. O damos $60 millones más sin ningún control sobre este dinero y desaparece.
Sobre la violencia y el control de armas:
“Tenemos muy pocas herramientas para el control de armas de fuego, porque el estado de Pensilvania es un estado loco por las armas. Estamos nadando costa arriba porque no podemos obtener ayuda de la legislatura o del gobierno federal en el flujo de armas en nuestra comunidad. Vamos a seguir luchando contra el crimen en todos los sentidos que podamos, vamos a seguir mejorando las comunidades a fin de que los jóvenes no tengan que elegir la vida de cargar una pistola en su pantalón, por no estar recibiendo los servicios que necesitan desde el jardín de infantes y el primer grado”.
Sobre la política del “Stop and Frisk”:
“Nunca dije que “Stop and Frisk” terminaría por completo. Porque si en la calle te detiene un hombre que porta un arma y un sombrero de los ‘Flyers’. Después llamas al 911 para reportarlo. Tres minutos más tarde la policía ve a un chico en el barrio con un sombrero de los ‘Flyers’ y lo van a detener, puesto que el reporte dijo que tenía un arma. De modo que el problema para nosotros es que este tipo de cacheo es constitucional y legítimo basado en una llamada de un ciudadano al 911. Lo que vamos a cambiar es la detención aleatoria de personas, de latinos y afroamericanos, en la calle con policías preguntándoles '¿qué hacen aquí?' haciendolos vaciar su bolsillos. Hay un equilibrio entre la lucha contra la delincuencia y ser opresivo”.
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