华人企业里的 Amigo / *Latinos en negocios chinos
En este primer reporte especial, Al DÍA News colaboró con Chinese Business Times, una revista mensual para comunidades de negocios chinos en Pensilvania, Nueva…
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En los últimos años la comunidad latina ha sido la fuerza en desarrollo de la inmigración. Poco a poco su visibilidad laboral ha aumentado en restaurantes y compañías de construcción chinas. En este primer reporte especial, Al DÍA News colaboró con Chinese Business Times para contar las historias de latinos que trabajan en empresas de propiedad china.
Durante una mañana ajetreada en Chinatown, José Lemos espera tranquilamente sentado al aire libre de un negocio entre las calles 11 y Race Street. Está esperando a que su turno comience a las 10:30 a.m.
Su actividad en el restaurante dónde trabaja comienza verificando la cantidad de arroz disponible y los alimentos que quedaron del día anterior.
"Después empiezo a picar verduras y a ayudar al chef en lo que sea necesario. He trabajado en restaurantes durante dos años. Busqué trabajo en otras partes de la ciudad pero no encontré ninguna oportunidad. Fue más fácil encontrar trabajo en Chinatown", dijo el inmigrante hondureño.
En las calles de Chinatown, los trabajadores latinos como Lemos se han vuelto más y más visibles. Desde el trabajo laborioso en las cocinas hasta el trabajo físico manual en las calles, estos son reconocidos por sus empleadores chinos como trabajadores menudos pero de caracter fuerte. Más allá de Chinatown, la actividad laboral entre chinos y latinos se une en empresas de construcción y fábricas de procesamiento de alimentos .
Sin embargo, a pesar de la convivencia diaria, ambos grupos han hecho poco progreso en la comprensión cultural entre ellos.
"Mi jefe habla poco inglés y también hablo poco inglés. Creo que deberían contratar a alguien que les ayude a comunicarse mejor con sus trabajadores", dijo Lemos.
Cuando llegó por primera vez a Estados Unidos buscó trabajo en Nueva Jersey, pero las oportunidades fueron escasas y la paga no era buena. Se enteró de la demanda de trabajadores en Chinatown por boca de otros trabajadores latinos.
Lemos fue contratado rápidamente por un restaurante chino. A pesar de que no tenía ninguna formación previa, fueron otros latinos que ya trabajaban en el restaurante los que lo guiaron paso a paso.
"Empecé como lavaplatos y por eso no me pidieron ninguna experiencia", dijo Lemos. De acuerdo con él, hay diez empleados en la cocina en la que trabaja. Habla español con el resto de trabajadores latinos y con señas - o lo que funcione - con el resto del equipo.
"Me llevo bien con los demás trabajadores chinos, siempre son agradables. Ahora, por primera vez en la historia estoy comiendo comida china para el almuerzo todos los días" .
Sin embargo, no todos los trabajadores latinos disfrutan tener un almuerzo chino. De acuerdo con un propietario anónimo de un restaurante en Chinatown, trabajadores latinos más experimentados a veces exigen comida latina para el almuerzo, lo cual rara vez sucede.
"A veces nos acomodamos a sus necesidades, y a veces no", dijo el propietario. "Realmente depende de las circunstancias".
Lemos trabaja 12 horas al día, seis días a la semana, ganando $750 cada dos semanas, con un día de descanso elegido por sus empleadores. Si tiene alguna preocupación o necesita faltar al trabajo, puede hablar con el chef para cambiar su día libre.
"Pero si faltas más de un día te arriesgas a perder el trabajo, a menos que sepan que estás realmente muy enfermo. Aunque nada garantiza que puedas mantener el puesto", agregó.
Lemos ha notado el aumento de trabajadores latinos en Chinatown. Cree que los restaurantes los prefieren porque trabajan más y se les paga menos.
"Me gusta trabajar aquí. Mientras uno haga su trabajo todo funciona", dijo el hondureño.
Lemos está casado y tiene ocho hijos que alimentar. "En realidad no cocino, pero me gustaría tener una mejor posición para ganar más ", dijo.
Inmigrante a inmigrante, una historia de la que no se puede hablar
Los dueños de negocios chinos a menudo se refieren a los trabajadores latinos como 'amigos'. Y de hecho, como China Business Times ha descubierto, para los chinos que no hablan inglés (o español), las palabras latino o hispano son totalmente ajenas, al igual que los países de origen de latinos.
"Los llamamos 'amigos' y parece que les gusta que se les llama así. Ningún propietario chino sabe de qué estás hablando si mencionas el termino 'latino'", dijo otro dueño de un restaurante chino, que prefiere que no se mencione su nombre.
Según el reporte "Hispanic Philadelphia: Game Changing Demographics", publicado por Welcoming Center for New Pennsylvanians en 2012, los inmigrantes latinos constituyen 187.000 de los 1.565.000 habitantes de la ciudad, y provienen de más de 20 países diferentes.
Casi dos tercios de los latinos de Filadelfia son puertorriqueños, el 64 por ciento de la comunidad latina. Dominicanos y mexicanos representan cada uno el 8 por ciento de la comunidad total, mientras que los colombianos son un 3 por ciento y 2 por ciento son cubanos.
Una mirada cercana a la comunidad china revela una diversidad similar pero más sutil. "La afluencia de inmigrantes fujianés en la década de 1990 y más tarde, el creciente número de estudiantes chinos, han cambiado la cara de Chinatown", dijo Harry Leong, de 50 años, director de la iglesia Chinese Christian Church & Center (CCCnC), quien nació y se crió en Chinatown.
La diversificada comunidad ha ampliado la presencia China en todos los ámbitos de la vida. En el noreste de Filadelfia, un gran número de inmigrantes fujianés han estado trabajando como contratistas en la construcción de casas y decoración. Algunos dirigen compañías móviles con precios más bajos para competir con los demás. En la exploración de estas nuevas áreas, los latinos se han convertido en la mano de obra preferible.
A eso de las 6 a.m. de cada mañana, un grupo de latinos se reúne en la esquina de las calles 10 y Vine . Son los jornaleros que esperan trabajo. Por un mínimo de $80 están dispuestos a ofrecer su mano de obra para todo tipo de trabajo. En una mañana normal, los empleadores llegan cada 10 a 15 minutos. Las que llegan con más frecuencia son las minivans portadoras de andamio de contratistas chinos.
"Ellos venden cada pedacito de su fuerza, hacen un buen trabajo y todo tipo de trabajo", dijo uno de los contratistas chinos. "Por lo general les damos más de $80 y nosotros les compramos el almuerzo. Ellos parecen estar muy felices con eso".
Cuando éste se acercó, los trabajadores invadieron su minivan aquella mañana en que Bole Yuan, editor de Chinese Business Times, habló con él . El contratista asintió con la cabeza a dos de ellos, que inmediatamente abrieron una puerta para subirse. Para el resto de los ansiosos trabajadores, el contratista bajó las ventanas laterales para mostrarles que ya no había espacio en la camioneta. Los trabajadores entendieron la señal, sonrieron, se despidieron y se apuntaron a sí mismos como diciendo "la próxima vez lleveme a mí".
A veces un grupo de trabajadores afroamericanos se coloca en la misma esquina para competir con los latinos, sólo para encontrar que los empleadores prefieren a los latinos.
"Tal vez es porque los latinos tienen fama de ser buenos trabajadores", dijo Sam García, uno de los trabajadores afroamericanos. "No culparía a los chinos por no contratarnos a nosotros".
Agregó que tiene 50 por ciento de posibilidades de conseguir trabajo, mientras que un trabajador latino, según él, podría encontrar trabajo en donde sea.
Desde la perspectiva de los empleadores chinos, hay una cuestión sobre los trabajadores latinos que a veces no los hace muy confiables.
"Creo que los 'amigos' tienen un problema que es que beben demasiado", dijo un propietario de restaurante fujian a Chinese Business Times. Él ha notado que algunos de sus trabajadores latinos beben por las noches y después faltan al trabajo por la resaca del día siguiente. "Desaparecen sin avisarnos y eso nos hace sentir muy incómodos".
La barrendera de Chinatown Susan Chung declaró para Metro Chinese Weekly, publicación hermana de Chinese Business Times, que latinos en estado de ebriedad son fáciles de detectar en las calles de Chinatown.
Yue Chen, gerente de Spring Garden Market en Northern Liberties, dijo que rara vez contrata a trabajadores latinos por esta misma razón.
"Tuvimos un 'amigo' alguna vez. Pero cuando terminó de trabajar salió a beber y a jugar al casino Sugarhouse. Al día siguiente, usted podría encontrarlo tambaleándose y con las manos temblando. ¿Cómo podía trabajar así? Habíamos tolerado la situación varias veces antes de que finalmente lo despedimos".
"La cultura de la bebida podría ser una razón, algunos latinos son grandes bebedores, pero creo que también tiene que ver con el enorme estrés que estos inmigrantes enfrentan", dijo Javier García Hernández, quien entrenó a trabajadores latinos para la organización PhilaPOSH, un grupo en defensa de los trabajadores en cuestiones de salud y seguridad en el área de Filadelfia.
Como concluyó Hernández, hay tres etapas en la vida de un inmigrante típico Latino: 1) la etapa de supervivencia, en la que el inmigrante hace cualquier trabajo que se le ofrezca; 2) la fase de 'networking' en el trabajo, en la que los inmigrantes forman su propia red social para obtener información que podría mejorar sus vidas; 3 ) la fase de propietarios, en la que el inmigrante ha acumulado suficientes fondos para instalarse.
"La mayoría de los trabajadores latinos están en la etapa de supervivencia. Se enfrentan a un enorme estrés, y algunos de ellos se sienten perdidos y se van a beber", dijo García.
Dentro de la comunidad china, pocas personas cuentan con una experiencia exitosa en la comprensión de las necesidades de los trabajadores inmigrantes latinos. Leong, director del CCCnC, declaró que trató de ayudar a un trabajador latino que se acercó a él en busca de ayuda. Pero la barrera del idioma hace que sea muy difícil entenderse entre ellos.
Él envió una solicitud de ayuda a otra iglesia conocida por asistir a inmigrantes latinos. Pero la petición no prosperó, ya que Leong sospecha que la iglesia sólo ayuda a latinos de cierto país de origen.
"Yo los he aceptado como parte de la comunidad de Chinatown. Ellos necesitan nuestra ayuda, pero nadie ha logrado ayudarlos".
En la industria restaurantera, la esperanza de una vida mejor a través de educación
Para Mallory Fix López, coordinadora de un programa en la Fundación Garcés, existe una creciente demanda en la asistencia de trabajadores inmigrantes en cocinas de todo Filadelfia.
Fundada en 2012 por el Chef José Garcés y la Dra. Beatriz Garces Mirabal, la Fundación Garcés es una organización sin fines de lucro comprometida a asegurar que la comunidad de inmigrantes marginados de Filadelfia tenga acceso a servicios médicos, educativos y nutricionales. Fix desarrolló y dirige el programa "Inglés para el restaurante y la vida cotidiana" ("English for the Restaurant and Everyday Living"), un curso de tres meses que en la actualidad cuenta con 75 alumnos latinos inscritos.
"Es algo más que clases de inglés", dijo Fix. "Realmente queremos que tengan una comunidad y también ayudarles a establecer una red de contactos en los restaurantes".
Los estudiantes de ESOL se reúnen dos veces a la semana y pagan $20 dólares al mes. Las clases se centran en inglés para la vida diaria y cada capítulo se relaciona a la industria de los restaurantes e incluye demostraciones sobre situaciones que ocurren en los restaurantes.
"Existen muchos programas de ESOL en la ciudad pero es difícil encontrar uno que realmente entienda la experiencia de sus estudiantes, y siento que esto es algo que hacemos muy bien", dijo Fix. "Debido a que nos enfocamos en un tipo de estudiante tan específico, es que somos capaces de entender quiénes son, de dónde vienen y a qué desafíos se enfrentan".
Agregó que sin duda hay una gran necesidad y demanda por este programa. "En base a la gran cantidad de restaurantes en Filadelfia, hay bastante visibilidad de trabajadores latinos. Esta es una industria que los está aceptando y que es de fácil acceso porque es de boca en boca. Los restaurantes han abierto generosamente sus brazos para contratar a la comunidad latina".
Según la organización Restaurant Opportunities Center Unidas ( ROC) en Filadelfia, la industria de restaurantes es el mayor empleador de gente de color, y el segundo mayor empleador de inmigrantes.
Ambos grupos están representados de manera desproporcionada en los empleos peor pagados de esta industria. En general, el 58 por ciento de los trabajadores con ingresos por debajo del nivel de pobreza, y más del 50 por ciento de los trabajadores que reciben propinas y de trabajadores de restaurantes con ingresos por debajo del nivel de la pobreza son personas de color.
"Los principales problemas que enfrentan nuestros miembros en Filadelfia son salarios bajos, la falta de beneficios (como seguro médico, días libres pagados, días de enfermedad...etc) y el robo de salarios", dijo la coordinadora legal de ROC en Filadelfia Sheila Maddali. "Tanto los trabajadores indocumentados como los documentados comparten estas experiencias, aunque generalmente vemos más violaciónes por horas extras con trabajadores latinos en la parte trasera del restaurante".
La organización provee a trabajadores de restaurantes información acerca de sus derechos legales, clases gratuitas de inglés como segundo idioma y referencias legales. "Involucramos a trabajadores en campañas políticas, como esfuerzos para aumentar el salario mínimo y combatir el robo de salarios en la industria local", dijo Maddali .
En los últimos años, las organizaciones locales de defensa de latinos han logrado algunos avances en la protección de los derechos de los trabajadores inmigrantes. Cada vez más trabajadores latinos se han sentido seguros en su trabajo para empresas en una variedad de áreas.
"El perfil de nuestros estudiantes es mixto. Muchos de ellos son hombres jóvenes solteros que están aquí solos. Pero también tenemos familias que ya están establecidas pero que no han adquirido el lenguaje" , dijo Fix .
Destacó que los latinos están siendo reclutados para cocinas de restaurantes que van mucho más allá de la cocina latina .
"Uno de nuestros estudiantes trabaja en un restaurante vietnamita en la avenida Washington, algo que nunca habría imaginado. También tenemos otro estudiante que trabaja en Izumi, un restaurante japones en el sur de Filadelfia ", dijo Fix .
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