
¿Qué tan blindada está la revolución del Papa Francisco?
La situación de salud del Sumo Pontífice ha hecho pensar a muchos en cómo sería una nueva transición en el Vaticano.
El papa Francisco, de 88 años, permanece hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma tras ser diagnosticado con neumonía bilateral, según informó la Agencia AFP. Su cuadro clínico sigue siendo "complejo", confirmó El Vaticano en un boletín médico emitido el martes.
"El TAC torácico al que fue sometido el Santo Padre esta tarde [...] mostró la aparición de una neumonía bilateral que requirió un tratamiento farmacológico posterior. No obstante, el papa Francisco está de buen humor", indicó el informe oficial. Además, el Vaticano detalló que la infección polimicrobiana que padece se desarrolló en un contexto de bronquiectasia y bronquitis asmática, lo que ha dificultado su tratamiento con terapia antibacteriana y corticoides.
Debido a su estado de salud, el pontífice ha cancelado sus compromisos hasta el próximo domingo, incluida su audiencia jubilar del sábado. Pese a la gravedad del diagnóstico, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, aseguró que el estado del papa es estable. "Tras pasar una noche tranquila, Francisco se despertó, desayunó y leyó algunos periódicos como hace habitualmente", declaró Bruni, quien agregó que el sumo pontífice ha pasado el día "alternando el descanso con la oración y la lectura de textos".
Un papado que desafía la tradición
La hospitalización del papa Francisco, la cuarta en menos de cuatro años, ha vuelto a abrir el debate sobre su sucesión y el futuro del Vaticano. La salud del pontífice ha sido objeto de especulación en los últimos meses, especialmente tras sus declaraciones en un libro publicado en 2024, donde afirmó no tener "ninguna razón lo suficientemente seria como para pensar en dimitir". Sin embargo, dejó abierta la posibilidad en caso de "impedimento físico grave".
A diferencia de sus predecesores, Francisco ha sido un papa que ha generado profundas transformaciones dentro de la Iglesia católica, lo que también le ha valido una fuerte oposición en algunos sectores conservadores. Entre sus posturas más polémicas está su lucha por erradicar los abusos sexuales dentro de la Iglesia, una tarea que ha enfrentado grandes obstáculos internos. En 2019, el papa aprobó la norma "Vos estis lux mundi", que obliga a los sacerdotes y obispos a denunciar casos de abuso, una medida que provocó divisiones en el clero.
Además, ha abierto el debate sobre el rol de la mujer en la Iglesia al permitir que desempeñen funciones en ministerios antes reservados solo para varones, como el lectorado y el acolitado. También ha sido un defensor del respeto a las parejas del mismo sexo, afirmando en 2020 que "las personas homosexuales tienen derecho a estar en una familia", declaraciones que generaron rechazo entre algunos cardenales y obispos de tendencia ultraconservadora.
Rebeliones y divisiones
En los últimos años, Francisco ha enfrentado una creciente oposición dentro de la propia Curia Romana. En 2019, el arzobispo Carlo Maria Viganò, exnuncio en Estados Unidos, publicó una carta abierta en la que pidió la renuncia del papa por su presunta inacción ante casos de abuso sexual cometidos por clérigos. En 2023, el cardenal Raymond Burke lideró un grupo de prelados que expresaron su "profunda preocupación" por las reformas de Francisco, especialmente en torno a la sinodalidad y el papel de los laicos en la Iglesia.
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El ala conservadora también ha criticado la postura del pontífice respecto a la tradición litúrgica. En 2021, Francisco limitó la celebración de la misa tridentina, lo que provocó una ola de reacciones adversas entre los sectores más tradicionalistas.
La sucesión papal
El delicado estado de salud del papa Francisco ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de una transición en el liderazgo de la Iglesia católica. Si bien el pontífice sigue consciente y enfrentando el tratamiento con valentía, su avanzada edad y sus problemas de salud recurrentes generan incertidumbre sobre el futuro del Vaticano. La eventual elección de un sucesor sería clave para definir el rumbo de la institución, especialmente en cuanto a las reformas impulsadas por Francisco.
Pero la sensibilidad debe estar alborotada en Roma: muchos recuerdan que no han sido tiempos tranquilos para el sucesor de san Pedro. El papa Benedicto XVI renunció a su papado y se retiró al monasterio de Mater Ecclesiae, en los Jardines Vaticanos. Fue el primer Sumo Pontífice en renunciar en 600 años de tradición vaticana y murió el 31 de diciembre de 2022.
De suceder una renuncia o fallecimiento del pontífice, se convocaría un cónclave en la Capilla Sixtina, donde los cardenales elegirían al nuevo papa. La elección podría reflejar la división existente entre los sectores reformistas y conservadores, determinando si el legado de Francisco perdura o si se busca un giro hacia posiciones más tradicionales.
Por ahora, la salud del papa sigue en observación y su futuro inmediato está ligado a la evolución de su tratamiento médico. Mientras tanto, fieles en todo el mundo continúan orando por su pronta recuperación, conscientes de que el Vaticano podría estar entrando en un período de cambios cruciales para su historia reciente.
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