Un Faro de Esperanza
Según las últimas cifras de Filadelfia, los hispanos representan casi el 15% de la población de la ciudad y, sin embargo, sólo el 3% de los vacunados en la…
El 14 de diciembre, los estadounidenses empezaron a hacer cola para vacunarse contra la COVID-19. En todo el mundo, la vacuna encarna un faro de esperanza para los muchos millones de personas que han sufrido física, emocional y económicamente durante esta época desgarradora.
El ambicioso objetivo del gobierno federal de 20 millones de vacunas para 2020 se quedó muy corto. Poco a poco nos estamos poniendo al día, con más de 26 millones de dosis administradas, pero la preocupación por los retrasos en la fabricación y distribución abundan. La Administración Biden ha dado prioridad a la vacunación masiva. 100 millones de dosis en 100 días es el nuevo objetivo. Para lograrlo, es necesario alinear tres áreas importantes.
La primera pieza crítica es la fabricación de vacunas. No sólo los frascos de medicamentos, sino también las jeringuillas, las agujas y todo el material adicional necesario para apoyar la fabricación y el posterior transporte de las vacunas por todo el país.
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una vez que haya suficientes dosis disponibles, necesitamos estrategias creativas de vacunación masiva. Los grandes centros de todo el país que pueden inocular a cientos de pacientes por hora son esenciales para alcanzar rápidamente la inmunidad de grupo. Estos centros deben estar abiertos los fines de semana y fuera del horario comercial habitual. Las escuelas, las iglesias y los centros recreativos son excelentes opciones, debido a su ubicuidad incluso en las comunidades más desatendidas y densamente pobladas. Las unidades móviles, o "equipos de ataque", también son fundamentales, porque si no se puede hacer que un abuelo baje sus propias escaleras, ¿cómo podemos esperar que vaya a una clínica y espere horas en la cola?
Y, por último, mientras muchos esperan su turno para la vacuna, nuestras principales prioridades deben ser la educación de los pacientes sin prejuicios, la disipación de los mitos y la desinformación, y la participación de las comunidades que han sido históricamente excluidas de las iniciativas de salud pública. Aumentar la concienciación pública y dedicar tiempo a las comunidades indecisas es necesario para garantizar que todos los habitantes de Filadelfia se sientan capacitados en su decisión de vacunarse cuando finalmente les llegue el turno.
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