Según el Centro para el Control y la Prevención de la Enfermedad (CDC), entre los latinos mayores de 20 años, el 39,7% de los hombres y el 45% de las mujeres sufre de obesidad. Se trata por tanto de un gran problema para nuestra comunidad ya que la obesidad puede derivar en importantes problemas cardiovasculares y de movilidad.

Existen muchas razones tras la obesidad. En ella juegan un importante papel la carga genética, la vida sedentaria y la alimentación de las personas que la sufren. Muchas veces, pensamos que llevamos una dieta sana, pero después de un día comiendo bien, llega la noche y nos relajamos. Se trata del momento del día que entraña más peligro, ya que no seremos capaces de quemar todo lo que comamos durante la cena.

Elecciones nocturnas

Llegar a casa cansado y prepararte algo rápido para cenar, puede pasarte factura. Muchas veces nuestras elecciones nos llevan a productos que, a pesar de parecer sanos a simple vista, son complicados de digerir y quemar. Es por ello que nuestro cuerpo estará ganando peso durante la noche.

Todos conocemos la recomendación de no tomar alimentos estimulantes a última hora de la noche, como el café o el chocolate. Sin embargo, existen más alimentos cuyo consumo no está recomendado.

Pan

El gran aliado de la noche son los sandwiches o pareados. Llegas a casa hambriento y en cinco minutos tienes una gran cena preparada a base de lo que había en la nevera y pan. ¡Gran error! El pan contiene harina y, dependiendo de si es pan de molde o no, contendrá azúcares. Ambos son elementos complicados de quemar por tu cuerpo. Además, si justo después de cenar te vas a la cama, no le estarás dando a tu cuerpo el tiempo necesario para deshacerse de todas sus calorías. El resultado es que estarás fomentando tu obesidad. ¡Recuerda que la pizza también lleva masa de pan!

Salsas picantes

¿Quién no es aficionado a las salsas calientes? Animan cualquier plato y son deliciosas. Sin embargo, deberíamos evitarlas durante las noches, ya que, además de crear reflujo intestinal y diferentes problemas estomacales, contienen muchas calorías. Siempre puedes sustituirlas por una salsa de tomate hecha en casa o un poco de aceite y vinagre.

Carne roja

De nuevo estamos ante alimentos complicados de digerir. Si bien su consumo moderado está recomendado, deberíamos no ingerirlas por la noche. Un consumo excesivo de carne podría generar interrupciones en nuestro sueño.

Queso

Abrir una botella de vino y cenar a base de queso es una de las mayores delicias. Sin embargo, no es nada aconsejable para nuestro cuerpo. El queso contiene aminoácidos que influyen en la producción de las hormonas que regulan el sueño. Por tanto se recomienda su ingesta, moderada, durante el día.

Elige bien tu cena. No solo te estás jugando la calidad de tu sueño sino que también puedes estar contribuyendo a desarrollar obesidad.