“Todo gira en torno a las relaciones”, asegura Maria Pajil Battle. En este caso concreto, se refiere al negocio de la salud y a cómo los pacientes construyen sus relaciones con sus médicos. Pero lo cierto es que esta filosofía es la que le ha guiado a lo largo de sus 35 años de carrera en la defensa de las comunidades y la promoción de la atención médica para servir mejor a sus pacientes.

Gracias a su trabajo con una gran cantidad de proveedores destacados en todo el país –más recientemente como presidenta de AmeriHealth Caritas Partnership, un grupo sin fines de lucro que promueve comunidades saludables– Pajil Battle ha sido capaz de garantizar que los programas y la divulgación se llevaran a cabo de una manera que también beneficiase a la comunidad y les brindase un altavoz.

“Cuando comienzas a desarrollar tus estrategias de marketing, tienes que tratar con las comunidades y los proveedores y tienes que entender los problemas que se están produciendo en la comunidad y alrededor de ella”, explica; al tiempo que señala que su primer trabajo tras finalizar Wharton, en Health Partners, le permitió entrar en contacto con el norte de Filadelfia y su comunidad latina.

Pajil Battle, puertorriqueña de tercera generación, reconoce que su abuela, Mary Rodriguez, una de las fundadoras de la Conferencia Nacional para Mujeres Puertorriqueñas (NACOPRW), fue quien le ayudó a educarse en el activismo y a la vez le inspiró a servir a su comunidad y a otras personas a lo largo de su vida.

Gracias a ella, desde una edad temprana, Pajil Battle se involucró en NACOPRW, donde conoció a muchos voluntarios que ejercieron de “mentores en activismo, defensa y conectividad”.

Precisamente fue su experiencia en activismo y organización comunitaria lo que le sirvió de gran ayuda en el mundo corporativo, donde Pajil Battle forjó su propio camino para abogar y asegurar beneficios para las comunidades, demostrando a las corporaciones que los esfuerzos para educar mejor e incluir a diversas poblaciones son beneficiosos para la compañía.

Así, esta innovadora, tomó ese espíritu de cuidado y reforma, y lo canalizó hacia la creación de una serie de programas de salud para abordar la diabetes, la salud de las mujeres, el apoyo a estilos de vida saludables, entre otros.

Uno de los programas creados por Pajil Battle fue el Healthy Hoops de AmeriHealth Caritas, que educa a los niños y a sus familias sobre el asma. Pajil Battle no olvida el comentario de uno de los padres sobre el impacto del programa. Su hijo había sido hospitalizado 23 veces por ataques de asma el año anterior y desde que participó en el programa Healthy Hoops no había tenido otra visita al hospital en un año.

Por ello, y a pesar de los numerosos premios y honores que Pajil Battle ha recibido a lo largo de su ilustre carrera, son estas historias y logros, los que más la conmueven.

“Estos programas son longevos, aún continúan aunque yo ya esté retirada”, explica Pajil Battle, quien sigue mostrando su pasión por cerrar las brechas en la atención médica en su ciudad natal.

“Somos una meca de la tecnología médica y, sin embargo, tenemos muchas personas enfermas”, señala; citando a la gran cantidad de instituciones de salud que existen en Filadelfia. “Tienes que detenerte y preguntarte: ‘¿Qué está pasando? y ¿qué no ha cambiado?’”.

Uno de los aspectos que señala es que la educación a los proveedores necesita mejorarse, así ellos podrán educar mejor a sus pacientes, quienes a veces sienten una “falta de confianza en los proveedores o no saben qué preguntas hacer”.

Cuando le preguntamos si su identidad latina le hizo enfrentar algún desafío a lo largo de su carrera en el mundo corporativo, Pajil Battle no pudo evitar sonreír. Ya que, a pesar de que siente que el mundo corporativo es “mejor” ahora que antes, pues existen más personas que reconocen las “ventajas de tener una organización diversa”, sabe bien lo que significa trabajar en entornos en los que no es así.

“Tienes que evaluar cómo es la cultura corporativa, porque en algunos casos es genial, y en otros casos es volver a la antigua sociedad de hombres“, asegura Pajil Battle. “Al final, tienes que llevarlos contigo o simplemente dejarlos atrás”.

Pajil Battle confiesa que los mentores desempeñaron un papel particularmente importante para ella, por ello, aconseja a todos los jóvenes que ingresan en carreras corporativas que encuentren sus propios mentores y entrenadores, para que puedan ayudarlos a aprender y a crecer profesionalmente.

Aunque no olvida que las relaciones familiares también le ayudaron y le brindaron apoyo a lo largo de su carrera, como sus 47 años de matrimonio con su esposo, Rudy Battle, y su relación con su hijo, David Smith.

Aunque se retiró hace tres años, el impacto de Pajil Battle en la ciudad y en la región todavía continúa, a través de su trabajo de consultoría y sirviendo a la comunidad como miembro de la junta directiva para varias organizaciones sin fines de lucro, incluidas Mujeres Organizadas contra la Violación (WOAR), la Junta Asesora de Fox Chase Cancer, la Conferencia Nacional de Mujeres Puertorriqueñas (NCPRW), Congreso y muchos otros.