"Nosotros [los latinos] como pueblo, como grupo, no hemos aprovechado plenamente nuestro poder cívico, social y económico".

Estas fueron las palabras de Jennifer Rodríguez, Presidenta y Directora General de la Cámara de Comercio Hispana de Filadelfia. 

El viernes 2 de diciembre, Prospanica PHL organizó su 5ª Cumbre anual de Liderazgo en Diversidad y ERG en el Lebow College de la Universidad de Drexel.

En el evento, Rodríguez actuó como oradora principal, donde proporcionó una gran cantidad de información sobre las realidades a las que se enfrentan los latinos, el estado de la iniciativa empresarial hispana en la región de Filadelfia, y el trabajo dedicado que está llevando a cabo la Cámara Hispana para mejorar las condiciones de sus empresarios.

En lo que respecta a la noción antes mencionada de que los latinos no han aprovechado plenamente el poder cívico, social y económico que poseen, Rodríguez compartió tres formas en las que se puede aprovechar ese poder.

Estas son: mejorar los resultados educativos, aumentar el porcentaje de votantes y crear empresas. 

"En Filadelfia, la brecha entre nuestras condiciones actuales y nuestro potencial es bastante marcada. Hay mucho margen de mejora", afirmó.

Como Presidenta y Consejera Delegada de la Cámara Hispana, Rodríguez y su equipo dirigen diversos esfuerzos para cumplir lo que ella clasifica como "La promesa hispana", un compromiso para hacer realidad ese objetivo, a través del espíritu empresarial. 

Un vistazo a las cifras

Filadelfia es la gran ciudad económicamente más desfavorecida del país, con más del 23% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza. En el caso de los hispanos, esa cifra se dispara hasta el 40%, frente al 15% de la población blanca. 

La tasa de licenciatura de los latinos es del 17%, frente al 47% de la población blanca.

Además, las empresas latinas generan cerca de medio millón de dólares menos en ingresos que sus homólogas blancas. 

"Los latinos no sólo somos el grupo demográfico más pobre de Filadelfia, sino que estamos entre los hispanos más pobres del país", dijo Rodríguez, señalando que la tasa de pobreza se ha mantenido prácticamente sin cambios desde la década de 1970. 

"Mientras tanto, nuestra población se ha duplicado", destacó Rodríguez.

A pesar de que la población latina es mucho mayor en la ciudad, la tasa de pobreza sigue siendo alarmantemente alta.

"En pocas palabras, hemos multiplicado la pobreza", dijo Rodríguez. 

El gobierno federal clasifica la pobreza como una persona que gana menos de 13.590 dólares al año. Para una familia de cuatro miembros, la pobreza se clasifica como ingresos inferiores a 27.750 dólares al año.

"La pobreza es compleja"

Sin embargo, Rodríguez señala que la pobreza es mucho más que los ingresos de una persona o una familia.

"La pobreza es compleja", afirma. "Es una condición causada por una combinación de factores, que varía de un individuo a otro, y que a menudo se transmite de una generación a otra". 

El Banco Mundial define la pobreza como "la privación de bienestar". 

Además de los bajos ingresos, la pobreza incluye la incapacidad de adquirir las necesidades básicas para "sobrevivir con dignidad". 

Cuando Rodríguez piensa en los retos que asolan Filadelfia, cree que tiene poco que ver con los ingresos y todo que ver con la dignidad.

"En otras palabras, no se trata sólo de tener recursos financieros adecuados, sino también de tener la capacidad de tomar decisiones, tener control, autonomía y poder para disfrutar de un nivel de vida decente", expresó. 

Para ello, disminuir la pobreza de los latinos en Filadelfia requerirá mucho más que simplemente ayudar a la población a aumentar sus niveles de ingresos.

Esto enlaza con las tres vías que Rodríguez señaló anteriormente sobre cómo ayudar a los hispanos a aprovechar plenamente su potencial -además de varias otras.

"Requiere mejorar la salud, la educación, la vivienda, las oportunidades de trabajo y el medio ambiente, incluida la seguridad", añadió.

Sin embargo, preservar la dignidad de la persona al tiempo que se abordan estos factores debe seguir siendo el núcleo.

¿Emprendimiento igual a riqueza?

"En la GPHCC, creemos firmemente que el espíritu empresarial es una herramienta viable y válida para crear riqueza y mejorar el bienestar de los latinos en Filadelfia", dijo Rodríguez. 

Añadió que si bien el espíritu empresarial no va a resolver la pobreza por sí solo, "sin duda puede tener un impacto en las condiciones que la causan." 

Ser propietario de un negocio puede ayudar a las personas a obtener independencia y control de sus vidas, dándoles poder para tomar decisiones importantes, incluyendo qué productos vender, qué servicios prestar, dónde prestarlos y cómo.

La capacidad de tener autonomía sobre estas decisiones aporta dignidad a la vida de muchas personas.

Las latinas han sido la fuerza motriz del espíritu empresarial dentro de la comunidad, siendo seis veces más propensas a crear una empresa que la persona media.

"Las latinas buscan un equilibrio entre la vida laboral y personal, flexibilidad y control sobre sus vidas, y el espíritu empresarial se lo proporciona", afirma Rodríguez.

Históricamente, el nivel de estudios de los latinos ha sido inferior al de sus homólogos blancos, lo que ha provocado un descenso de los niveles de renta y riqueza. 

Como resultado, el espíritu empresarial ha sido uno de los componentes más viables que han llevado a muchos latinos e inmigrantes a alcanzar la autosuficiencia. 

En los últimos años, los inmigrantes han representado alrededor del 96% de los nuevos negocios en los corredores de las calles de todo el país, muchos de los cuales son inmigrantes latinos. 

"En muchos sentidos, somos la columna vertebral de nuestros barrios, la columna vertebral de nuestra economía", afirmó Rodríguez.

Un futuro donde el potencial se encuentra con la realidad

Rodríguez utiliza la historia de Cristina Martínez como ejemplo paradigmático de lo que el espíritu empresarial puede llegar a hacer.

Hoy es una conocida empresaria y activista alimentaria: chef, propietaria de Casa México y South Philly Barbacoa, y ganadora del premio James Beard. 

Sin embargo, hace menos de una década llegó a Estados Unidos como inmigrante procedente de México, vendiendo barbacoa en un carrito. 

"Al no poder emplearse legalmente, privada de bienestar e incapaz de adquirir los bienes y servicios básicos necesarios para sobrevivir con dignidad... encontró en el espíritu empresarial una vía para crear riqueza, proporcionar puestos de trabajo y comprometerse cívicamente", dijo Rodríguez. 

Señaló que Filadelfia se transformaría por completo si la historia de Martínez pudiera repetirse una y otra vez. 

Según Rodríguez, en Filadelfia hay aproximadamente 11.000 empresarios latinos solitarios y 700 empresas empleadoras. 

"Si crecieran modestamente -sólo uno o dos empleados- estaríamos creando unos 22.000 puestos de trabajo en los barrios que más lo necesitan", afirmó. 

Esto es algo que Rodríguez cree que se puede hacer, siempre y cuando a los empresarios latinos se les proporcionen los recursos y la red que necesitan. 

Estas son dos cosas que la Cámara Hispana ha proporcionado a los empresarios latinos desde su creación en 1990. 

Con programas más recientes, como Accelerate Business -anteriormente conocido como Accelerate Latinx-, las empresas latinas de Filadelfia han crecido, han tenido éxito y han obtenido beneficios, a pesar de los retos provocados por la pandemia. 

"Según algunos informes, la economía ha perdido cerca del 40% de los negocios negros y marrones como resultado [de la pandemia]", dijo Rodríguez.

Sin embargo, en el caso de las empresas que participaron en el programa Accelerate, esa cifra es cero, y el 88% de esas empresas declararon ser rentables. 

Estas estadísticas pintan un cuadro claro, destacando que cuando a los propietarios de negocios hispanos se les dan las herramientas y el acceso equitativo necesarios para tener éxito, a menudo lo consiguen. 

"Con programas de calidad, acceso a redes y capital, las empresas hispanas tienen el potencial de transformar nuestra comunidad. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad abogar por una cuota equitativa de recursos y capital para apoyar la iniciativa empresarial latina", destacó Rodríguez. 

"Y el momento es ahora", añadió.

Como Filadelfia pronto estará bajo una nueva administración del alcalde, Rodríguez cree que ahora es un momento crucial para determinar la dirección de nuestra ciudad.

¿Renovaremos el crecimiento y el desarrollo que se ha visto desde el inicio de la pandemia, o volveremos al declive que recuerda a la era postindustrial, cuando Filadelfia perdió aproximadamente 500.000 residentes?

Como llamada a la acción, Rodríguez anima a los latinos a apuntar alto, a apropiarse de las condiciones de la comunidad y de su futuro "porque está en vuestras manos", dijo. 

Asumir posiciones de liderazgo puede contribuir en gran medida a que la comunidad latina desarrolle las toneladas de potencial que tiene. 

"Porque sabemos que cuanta más gente esté en posiciones de poder, de influencia y de toma de decisiones, mejor le irá a nuestras empresas", concluyó Rodríguez.