Esta empresaria está derribando las barreras al campo de la salud mental en las comunidades Latinx
De la mano de su plataforma, Latinx Therapy, creada en abril de 2018, Adriana Alejandre quiere cambiar la forma en la que los profesionales Latinx del campo de…
Adriana Alejandre se ha embarcado en la misión de derribar el estigma y las barreras que rodean a la salud mental de los Latinx.
Aunque en la actualidad es terapeuta con licencia y lidera una plataforma para educar y reunir a profesionales Latinx con personas que buscan este tipo de atención, hablar (o pensar) sobre su propia salud mental no siempre fue algo natural para Alejandre.
Creció en un modesto hogar de Los Angeles (California) junto a sus padres, ambos inmigrantes, y lo hizo sin plantearse su salud mental como algo intrínseco a su persona: una lente a través de la cual observar las experiencias de su propia familia, incluida su madre, que huyó de Guatemala con tan solo 15 años.
La mentalidad de Alejandre cambió tras convertirse en madre soltera durante su segundo año en la Universidad de Santa Barbara. Pese a que en un principio pensó que era “tan solo una estudiante universitaria, realmente estresada, con un bebé en casa”, una psicóloga con la que habló en los meses posteriores a su embarazo y al nacimiento de su hijo le diagnosticó depresión postparto.
“Realmente fue una llamada de atención hacia el comportamiento humano, específicamente el mío, y luego el de mi familia”, confiesa Alejandre. Tras aquello, decidió tomar un curso de psicología anormal. Se especializó en el campo y, tras su graduación, realizó una maestría de un año para convertirse en terapeuta con licencia.
“Sabía que mi comunidad inmediata, aquí, en mi área socioeconómica de bajos ingresos, mi vecindario, necesitaba más ayuda, necesitaba más educación”, asegura Alejandre.
Para ella, su propia experiencia con los desafíos de la salud mental fue el comienzo de su viaje como profesional y su misión, como terapeuta, de cambiar los términos de la discusión sobre salud mental en las comunidades Latinx en California y en todo el país.
Con este fin, fundó Latinx Therapy en abril de 2018, una plataforma online diseñada para brindar educación a la comunidad Latinx, a través de recursos procedentes de más de 200 organizaciones sin fines de lucro en todo el país y el acceso a más de 1.000 terapeutas que son bilingües y/o se identifican como Latinx. Además, Alejandre también produce un podcast en español e inglés que está disponible en la plataforma.
La necesidad de un recurso como Latinx Therapy, explica Alejandre, se hizo evidente poco después de su lanzamiento.
“Durante la primera semana, recibí cientos de correos electrónicos de personas que me transmitían cosas como: ’No tenía ni idea de que podía elegir a un profesional, y mucho menos a un profesional de salud mental Latinx’”, recuerda Alejandre. “La gente estaba deseando comenzar su terapia con un profesional Latinx, lo cual fue tan hermoso. Fue algo que ni siquiera me planteé. Al ser una profesional de la salud mental Latinx, no pensé que las personas tuvieran dificultades para encontrar uno”.
Las estadísticas sobre la prevalencia del estigma a la hora de hablar sobre problemas relacionados con la salud mental, o de la búsqueda de servicios de este tipo en todo el país, son desalentadoras para personas de todas las razas, edades y procedencias.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés), en 2016, unos 45 millones de adultos en EE.UU. sufrieron alguna enfermedad mental y casi el 60 por ciento no recurrió a ayuda profesional; lo que significa que cerca de 26 millones de adultos con algún tipo de enfermedad mental no recibieron tratamiento.
Y en el caso los latinos es aún peor. Según NIMH, en 2016, solo el 30 por ciento de los hispanos que padecieron una enfermedad mental fueron tratados, en comparación con el 50 por ciento de los blancos.
El estigma es una de las barreras con las que Alejandre está familiarizada, y no solo por su experiencia propia (criarse en una casa de inmigrantes Latinx), también por la de sus amigos y colegas Latinx.
“Me di cuenta de que había mucho miedo a la hora de buscar servicios de salud mental, porque si buscas ayuda, eso significa que estás loco, o que es algo solo para los blancos, porque están locos; y nosotros no tenemos ningún problema y, si tenemos alguno, hablamos de ello en casa y no nos involucramos con ningún sistema”, señala Alejandre.
Por ello, su trabajo con Latinx Therapy implica el uso de redes sociales, la participación en eventos comunitarios y otras plataformas para educar a las personas Latinx y acabar con esos mitos. Parte de esa educación, explica Alejandre, pasa por asegurar a aquellos que tienen sus reservas, que los terapeutas no tienen la obligación ética (o legal) de reportar el estado migratorio (de la persona a la que tratan).
“Realmente creo que si somos conscientes de estos mitos y brindamos educación, para superar el miedo y eliminarlo, la comunidad hará más. Y sabrán que existimos, que hay terapeutas hispanohablantes, no como en los 70, los 80, los 90...”, destaca.
Precisamente con la intención de garantizar una mayor información disponible para todos los miembros de la comunidad Latinx, Alejandre decidió a lanzar su podcast. “La razón por la que pensé en hacerlo fue porque me frustraba que mis clientes no pudieran ir a casa y escuchar más material, especialmente aquellos que hablan español. Y quería más para ellos, y no existía, así que lo creé”, explica.
“Me costaba tanto encontrar libros, pero en la comunidad Latinx, hay algunos hispanohablantes más mayores que ni siquiera pueden leer, por lo que tampoco era la solución“, confiesa. “Y a veces es más fácil de digerir cuando solo tienes que presionar un botón en tu teléfono y comenzar a escuchar un podcast. Así que creo que es por eso por lo que fue útil para muchas personas, de varias generaciones, por su accesibilidad”.
Para Alejandre, ese factor personal, el de poder compartir sus propias experiencias para conectar con su audiencia, fue otro aspecto importante que quería incluir en la producción de su podcast, a pesar del hecho de que “muchos programas de posgrado” a menudo aconsejan a los profesionales no compartir tanto sobre sus experiencias personales.
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La experiencia le ha enseñado que “esa es la forma en la que la mayoría de nuestra gente encuentra la curación, porque pueden verse reflejados, encontrar conexiones y hallar a la comunidad de esa manera”.
“¡Y somos humanos!”, agrega en referencia a los terapeutas, quienes suelen ser retratados por lo medios y por la opinión pública como personas “muy aburridas”. “No estamos por encima de nadie. Cualquiera de nuestros clientes son expertos en sus propias vidas, y los profesionales de la salud mental están ahí para guiarles a la hora de encontrar sus propias respuestas”.
Alejandre asegura que una pieza clave a la hora de garantizar que más Latinx tengan acceso al cuidado que requieren es garantizar que los posibles pacientes puedan encontrar y localizar fácilmente a terapeutas Latinx, de color y, en general, a los más capaces de brindarles la atención que necesitan”.
Por ello, cree que es esencial crear redes y sistemas de apoyo para los Latinx que ingresan en la profesión –en ocasiones, pese a las objeciones de sus propios familiares debido al estigma asociado incluso con aquellos que proporcionan este tipo de atención–.
La falta de terapeutas Latinx es más que notable. Según un informe de 2015 de la Asociación Americana de Psicología, en el año 2013, cerca del cinco por ciento de psicólogos en activo se identificaba como hispano, y tan solo un 16 por ciento de los trabajadores de este campo pertenecía a minorías, frente al 40 por ciento a nivel nacional.
Además, casi la mitad de los condados en los Estados Unidos –la mayoría de los cuales están ubicados en áreas escasamente pobladas–, no disponen de un psiquiatra, según datos del Censo de EE.UU. de 2010. Unos datos que evidencian por qué es todo un desafío encontrar a un terapeuta, y especialmente a uno latinoamericano o de color.
Alejandre espera que, reforzando los sistemas de apoyo para los profesionales del sector Latinx, ingresen más en el campo y, a su vez, más Latinx puedan conectarse con terapeutas que hablen su idioma, se parezcan a ellos y tengan un componente culturalmente competente con la atención que proporcionan
“Recibo muchas consultas a través de las redes sociales, de correos electrónicos y del podcast [de] personas que me dicen lo difícil que resulta encontrar profesionales de salud mental con los que se sientan identificadosn”, señala Alejandre. “Muchas veces me dicen, ‘¿Puedo tener un terapeuta de color, ¿por favor?’. Y lo entiendo”.
“Me gustaría que el número de miembros de Latinx Therapy crezca y haga más eventos a nivel nacional”.
Alejandre imagina un cambio en los próximos diez años, donde entre el 50 y el 60 por ciento de los Latinx en los EE.UU. utilizará servicios de salud mental. También espera que dentro de los próximos cinco años, la plataforma Latinx Therapy pueda transformarse en un lugar en el que los pacientes puedan recibir la atención que necesiten a través de un enlace que los profesionales de salud mental asociados con el sitio compartan con sus clientes, brindándoles así asesoramiento online.
En la actualidad, su equipo de voluntarios, su prometido, su hijo de 8 años y su madre han colaborado en el desarrollo de Latinx Therapy, un proyecto que Alejandre compagina con su consulta privada.
Y no importa cuán grandes sean sus sueños, para Alejandre, iniciar un viaje de atención de salud mental para cada persona comienza paso a paso.
Su consejo para todos aquellos que deseen abordar el tema de la salud mental es “aprovechar su cuerpo y descubrir dónde vive el estrés” y buscar comunidades, muchas de las cuales se pueden encontrar en las universidades de forma gratuita o en por un coste bajo, u online, a través de grupos de Facebook y otros espacios.
“Creo que nosotros necesitamos ‘hacer comunidad’ porque necesitamos esa conexión para no sentir que hay algo malo con nosotros”, asegura Alejandre; y sentencia: “Escuchar lo que pensamos de la boca de otra persona es muy poderoso, porque sentimos que ya no estamos solos”.
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