Peter Gonzales: Una vida bajo la misión de servir a los inmigrantes de Filadelfia
Peter Gonzales, presidente y CEO del Welcoming Center for New Pennsylvanians habló con AL DÍA sobre lo que su herencia hispana significa para él.
Peter Gonzales aún recuerda el impacto que un viaje a la tierra natal de su abuelo, cuando aún era un niño, tuvo en su vida.
“Cuando tenía 11 años, viajé a Europa por primera vez, a una zona muy rural de España, y eso me abrió los ojos sobre lo diferentes que eran otras partes del mundo del lugar en el que crecía”, recordó Gonzales.
Era un pequeño pueblo de Galicia (situado al noroeste del país ibérico), donde su abuelo, Celestino Estevez-Gonzales, había nacido y crecido antes de emigrar a los Estados Unidos con 17 años. Allí, Gonzales vio a personas viviendo con poco acceso a la electricidad, familias que ocupaban hogares donde sus animales de granja habitaban en la parte inferior de las viviendas. Lo describe como una comunidad muy unida, rodeada de campos con la ladera de una montaña de fondo; una belleza que contrastaba con la “profunda pobreza” que experimentaban muchos de los residentes de la zona.
La fascinación al conocer las raíces de su abuelo durante su visita no fue lo único que Gonzales se llevó de esa experiencia, también se hizo amigo de un niño llamado Diego, que vivía “al otro lado de la colina”. Con él jugaba al fútbol y corría por el campo; una amistad que también brindó a Gonzales la oportunidad de practicar su español.
Después de regresar a su hogar en Pensilvania, Gonzales y Diego se convirtieron en amigos por correspondencia, una conexión que fomentó su incipiente entendimiento de que el mundo era mucho más grande de lo que había imaginado, que era el hogar de personas, culturas y perspectivas muy diferentes a lo que él podía experimentar en su propia comunidad.
Así, el joven Gonzales se dio cuenta de que “podía tener amigos y relaciones con personas que hablaban diferentes idiomas y crecían en diferentes entornos y partes del mundo, con los que tenía una conexión común”.
“Fue un mundo nuevo para mí”, asegura, agregando que toda la experiencia en España le inculcó la curiosidad por otras culturas y el deseo de ampliar su conocimiento del mundo a través de los viajes y el estudio.
Esta perspectiva ayudó a formar la misión que definiría el trabajo de su vida, desde sus siete años en la organización de empoderamiento económico Proyecto HOME, a su paso por la Oficina del Procurador de la Ciudad de Filadelfia o la dirección de su propio despacho de inmigración durante aproximadamente una década, hasta su cargo actual como presidente y CEO del Welcoming Center for New Pennsylvanians.
Fundado en 2003, el Welcoming Center es una organización local sin fines de lucro, cuyo trabajo se basa en la idea de que los inmigrantes desempeñan un papel crucial en la revitalización de las comunidades, no solo como consumidores, también como contribuyentes. Por ello, la organización brinda servicios a inmigrantes en campos como la educación, el desarrollo profesional, el espíritu empresarial y el compromiso cívico.
El 10 de octubre, Gonzales será reconocido por AL DÍA junto con otros cuatro homenajeados en el tercer almuerzo anual de los Premios a la Herencia Hispana en la Union League of Philadelphia. El evento, que pondrá el broche de oro al Mes de la Herencia Hispana (celebrado del 15 de septiembre al 15 de octubre), rendirá homenaje a diversos líderes de origen hispano por sus contribuciones excepcionales en diferentes ámbitos de la región de Filadelfia. Gonzales será honrado en el campo de las organizaciones sin fines de lucro. Junto a él también recibirán el Premio a la Herencia Hispana:
• Alba Martínez, directora de Vanguard Group (Negocios)
• El Dr. Jose Russo, director del Laboratorio de Investigación de Cáncer de Mama de Fox Chase (Salud)
• La Dra. Gloria Bonilla-Santiago, profesora distinguida de Rutgers University-Camden (Educación)
• L. Felipe Restrepo, Juez de la Corte de Apelaciones del Tercer Circuito de los Estados Unidos (Servicio Público)
Podría decirse que cuando Peter Gonzales era pequeño sus abuelos paternos dirigían su propio Welcoming Center. Ambos eran inmigrantes –Celestino era español y su esposa, Ada Schiavoni, nació en Italia– y dirigieron durante 50 años un restaurante llamado Buck Hotel en Feasterville, en el condado de Bucks, a las afueras de Filadelfia.
“Durante todo ese tiempo, ayudaron a muchas personas de sus comunidades en España e Italia a venir, a establecerse, a conseguir un trabajo, a mantener a sus familias”, cuenta Gonzales, quien también explica que lo hicieron, porque sabían de primera mano lo difícil que es tomar la decisión de dejar tu vida para establecerte en los Estados Unidos.
Y lo hicieron proporcionando conocimientos prácticos del negocio de hostelería a muchos inmigrantes, algunos de los cuales se decidieron a abrir sus propios restaurantes. Además, la pareja también destacó por su compromiso con su comunidad, ayudando a financiar el primer coche de policía de Feasterville y la primera instalación de un semáforo en la ciudad, asegura Gonzales. Y todo ello, sin descuidar ni por un momento su negocio, al que dedicaban muchas horas al día los siete días de la semana, para conservar su sueño americano.
“Ellos me inculcaron la importancia de trabajar duro, de servir a los demás, de crear oportunidades para que otras personas prosperen”, reflexiona Gonzales. “Esos fueron todos los valores que nos enseñaron“.
Unos valores que su nieto ha tenido siempre presentes a lo largo de su vida, y a los que ahora se dedica en cuerpo y alma desde el Welcoming Center.
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“Tengo la oportunidad de continuar trabajando con personas de todo el mundo que han enfrentado algunos de los desafíos e hicieron el mismo tipo de sacrificios que mis abuelos”, explica Gonzales.
A través de su papel al frente de esta organización, Gonzales ofrece orientación a otros inmigrantes para que alcancen el éxito, puesto que la organización no solo ayuda a estas personas a encontrar oportunidades de empleo, también a establecer conexiones sociales significativas. No solo asiste a los empresarios a la hora de lanzar su negocio, sino también a la hora de desarrollarlo.
Cuando habla sobre los esfuerzos de la organización, Gonzales se apresura a señalar que él es solo una pequeña parte de un equipo que se esfuerza por hacer realidad la misión del Welcoming Center.
“No lo estoy haciendo solo”, asegura. “Soy parte de una increíble comunidad de personas que han encontrado un terreno común, una pasión común por servir a los demás y por ayudar a otros a darse cuenta de su potencial”.
Desde que se unió a la organización en 2012, Gonzales cuenta que se siente aún más orgulloso del trabajo del Welcoming Center cuando se entera del impacto que ha tenido en las vidas de los inmigrantes a los que han asistido y lo que eso ha significado en sus vidas. “La forma en la que les ha transformado y les ha ayudado a romper con el aislamiento social que estaban experimentando y a restablecer su identidad y su voz... Es bastante poderoso”.
Y ese es el trabajo que Gonzales espera que siga siendo parte de él, porque es muy consciente de que no estaría en la posición en la que se encuentra hoy sin los sacrificios que hicieron aquellos que llegaron antes que él, los inmigrantes que superaron los desafíos de la sociedad estadounidense para que las generaciones más jóvenes no tuvieran que hacerlo.
“Pude concentrarme en mi educación y tener una infancia bastante normal, que no se vio afectada por la migración o la inseguridad sobre si podía quedarme o no (en el país)“, explica Gonzales. “Creo que, de cierta manera, siento la obligación de ayudar a los demás porque se me permitió tener oportunidades increíbles sin necesidad de ganármelas”.
Gonzales admite que su herencia hispana es algo con lo que ha luchado durante toda su vida –tiene ascendencia hispana, tanto por el lado paterno (su abuelo Celestino), como materno (su abuelo, Charles S. Martínez, llegó a Filadelfia desde Cuba), aunque la herencia de su familia entera también cuenta con antepasados italianos, irlandeses y afroamericanos–.
Con todo esto en mente, Gonzales se pregunta: “¿Qué es lo que realmente define quién soy, mi identidad?”
“¿Son los sacrificios que hizo mi abuelo? ¿O es el trabajo que estoy haciendo ahora? ¿Es la forma en la que me veo en el contexto de mi familia, en mi comunidad, en mis relaciones profesionales?”, y agrega que es precisamente el hecho de hacerse tales preguntas lo que le brinda la oportunidad de “profundizar en la comprensión de quién soy y cuál es mi propósito y mi razón de ser”.
Gonzales cree que es importante reconocer y celebrar la identidad relacionada con la ascendencia familiar, como lo hacemos durante el Mes de la Herencia Hispana; de la misma forma que es importante reconocer la belleza de nuestra diversidad, la unión de culturas que el experimento estadounidense ha permitido.
“Es importante celebrar quién eres y de dónde vienes, las generaciones que han vivido en un país donde existe esta diversidad... Puede que te hayas desconectado de las historias sobre tu herencia, de dónde viene tu apellido o provienen aquellas tradiciones que aún practicas de manera inconsciente; pero eres parte de algo que es una evolución de la humanidad de una manera que creo que vale la pena tener en cuenta. También descubrir cómo podemos apoyar más esa diversidad, apreciar esa identidad individual, pero también nuestra humanidad compartida, sin importar de dónde venimos“.
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