COVID: Detenidos en Colombia los pastores de ‘la iglesia de la lejía’
Los norteamericanos Mark y Joseph Grenon vendían desde el país latinoamericano una ‘letal’ cura milagrosa contra el virus.
El tétrico medical show de Mark Grenon, el ‘papa de la iglesia de la lejía’, que desde el comienzo de la pandemia abogó entre sus fieles de la Iglesia de la Salud y Sanación Génesis II de Florida por una “solución mineral milagrosa” como sacramento para curar el COVID y que más tarde la comercializó por Estados Unidos, África y Latinoamérica, ha terminado como un pesadillesco vodevil, con una posible sentencia de hasta 17 años de prisión.
La Fiscalía General de Colombia ha conseguido lo que no pudo Estados Unidos, detener a Mark Grenon y su hijo, que operaban supuestamente desde la localidad costera de Santa Marta enviando este ‘elixir milagroso’ que ha causado la muerte de siete estadounidenses a sus clientes en gran parte de África, Colombia y U.S.
En un video publicado en Twitter por el principal fiscal de Colombia, padre e hijo aparecen vestidos con monos y máscaras azules, y siendo escoltados por la policía.
La noticia ocurre un mes después de que el ‘arzobispo de Genesis II y sus tres hijos fueran acusados por las autoridades de Florida de traficar con sustancias no aprobadas para uso médico y que podían ser mortales, como ya lleva tiempo denunciando la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), que en un comunicado recordó que “Ingerir estos productos es lo mismo que beber lejía”.
La “solución mineral milagrosa” (MMS) de los Grenon es en realidad dióxido de cloro, un blanqueador textil que recomendaban para tratar todo tipo de enfermedades, desde el sida y el cáncer al autismo, y con el que, de acuerdo a The Guardian, lograron embaucar incluso al presidente Donald Trump quien en abril, tras haber recibido una carta de Mark Grenon, anunció la sonada idea de inyectarse desinfectante para tratar la COVID-19.
También por esas mismas fechas, una jueza de Miami ordenó a la Iglesia Genesis II que dejase de comercializar la sustancia, pero fue ignorada por los Grenon, y la organización continuó vendiendo su veneno en numerosos países.
Pese a las advertencias médicas, el Senado de Bolivia aprobó a finales del pasado mes un proyecto de ley que avala su uso como tratamiento para el coronavirus, aunque el Ministerio de Salud acabó desautorizándolo.
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