En la época de verano los desplazamientos en coche se vuelven más habituales. No solo nos trasladamos de vacaciones sino que en muchas ocasiones optamos por coger el coche para evitar sufrir el calor de la calle. Además dentro del coche podemos disfrutar del aire acondicionado. Sin embargo, el verano es uno de los momentos más peligrosos del año para trasladarse en coche. Algunos estudios llegan a estimar que el calor y las altas temperaturas podrían ser el causante de casi un 20 por ciento de los accidentes de tráfico.

Cómo nos afecta el calor

El incremento de las temperaturas afecta de manera muy directa a nuestro estado de salud general, pudiendo generar algunos problemas que nos afecten a la hora de conducir. ¿Quién no ha sentido sueño al volante? Esta sensación aumenta conforme suben las temperaturas, haciéndonos más vulnerables y comprometiendo nuestros reflejos ante un posible accidente. Además, habrás notado que el excesivo calor puede aumentar tu irritabilidad y agresividad, creando algunos momentos de tensión que pueden llegar a ser peligrosos si te encuentras al volante.

Para conducir con mayor seguridad, evita viajar durante las horas centrales del día. Elige momentos como la primera hora de la mañana o la tarde, antes de que se esconda el sol. No solo son los momentos en los que las temperaturas son más bajas sino que es durante estas horas cuando nos sentimos más despiertos.

Otro de los puntos fundamentales es aparcar tu coche bajo la sombra. Si no es posible, puedes utilizar parasoles, sobre todo para proteger la zona del conductor. Una vez de vuelta al coche, puedes utilizar el aire acondicionado para refrescar rápidamente el vehículo, pero recuerda que este no apunte directamente a ningún ocupante. Por último, recuerda subir al coche agua fría para hidratarte durante el viaje.

Sigue estas recomendaciones y disfruta de unos desplazamientos en coche seguros, también cuando hace calor.