El periodo de tiempo durante y después de la obtención de un título de educación superior puede ser difícil para muchos. 

Con pensamientos de incertidumbre y escepticismo sobre qué camino tomar a continuación, puede ser un reto determinar cómo puede ser su próximo capítulo de la vida.

Esa fue la situación en la que se encontró Yaslyn Lora hace unos años.

Mientras terminaba su último año como estudiante de comunicación en la Universidad Rider, Lora sintió que estaba atravesando la crisis de la mediana edad. 

Sin saber qué iba a hacer a continuación, acabó tropezando con el vasto campo de la salud pública. 

"Con la salud pública, vi la oportunidad de devolver algo a la ciudad de la que vengo", dijo Lora, natural de Paterson, Nueva Jersey, en una entrevista con AL DÍA. 

Sin embargo, cursar su máster en salud pública en la Universidad de Temple resultó ser un reto para ella. 

"Recuerdo que pasé por una fase muy oscura", dijo Lora. "Estaba deprimida". 

A menudo le costaba levantarse de la cama o prepararse para salir por la puerta, sintiendo la presión de ser hija única y la primera de la familia en ir a la universidad.

En muchas ocasiones, Lora lloraba y buscaba el consuelo de su madre y de sus amigos más cercanos. No sabía realmente cuál era su propósito.

"Quería saber cuál era mi propósito en la vida, y simplemente no lo sabía", dijo. "Sentía que amaba la salud pública, que amaba la comunicación. Pero había una parte de mí que no estaba completa".

Mientras estaba en una de sus prácticas, Lora solía llevar diferentes tipos de comida a la oficina.

Fue su asesor quien llamó la atención de Lora sobre su gusto por la cocina. 

Desde sus años de estudiante, ella y sus hermanas de la hermandad organizaban eventos para recaudar fondos, en los que ella solía ser la persona encargada de cocinar, siendo las empanadas su plato más popular, concretamente las empanadas de pollo a la búfala.

Después de reflexionar, Lora llegó a una profunda conclusión.

"Incluso en mi apartamento de Filadelfia, cada vez que cocinaba o estaba en la cocina, era cuando más viva me sentía", dijo. 

A partir de ahí, su asesor le sugirió que alquilara un Airbnb y organizara pequeñas cenas con amigos y colegas, y que ofreciera muestras de unos pocos sabores de empanadas y las vendiera.

Eso luego se convirtió en un catalizador para el lanzamiento de la pequeña empresa de Lora, Lula's Empanadas, que comenzó en diciembre de 2019.

A través de su nuevo emprendimiento, Lora pudo encontrar el propósito que sentía que le faltaba.  

Sin embargo, Lula's Empanadas hace más que vender empanadas, y las raíces y la historia de Lora con la comida van mucho más allá de su pequeño negocio.

Un espíritu empresarial multigeneracional

Desde que tiene uso de razón, Lora siempre ha visto a su madre cocinar. Y mientras crecía, siempre estaba cerca de los fogones ayudando.

"Me enseñó a cocinar, a cortar verduras, siempre estaba machacando con el mortero el ajo y la sal, haciendo especias caseras", recuerda Lora. 

La madre de Lora aprendió todas sus habilidades culinarias de su madre, que crió sola a 11 hijos.

La abuela de Lora se pasaba días enteros recogiendo café y ordeñando varios galones de leche al día, antes de llegar a casa y hacer helados caseros.

"Se hizo conocida en todo su pueblo [en la República Dominicana], e incluso en otros pueblos", dice Lora.

La gente de todo el pueblo solía hacer cola frente a su casa para comprar sus dulces caseros, lo que la llevó a abrir una tienda de comestibles. Para que todo funcionara, sus hijos la ayudaban a atender la tienda mientras ella salía a recoger los ingredientes. 

En retrospectiva, la madre, las tías y los tíos de Lora creen que si su madre hubiera tenido una guía que la ayudara a capitalizar el espíritu emprendedor que llevaba dentro, podrían haber sido una de las familias más conocidas de la República Dominicana. 

"Ella sólo lo hizo como medio de supervivencia", dijo Lora sobre el espíritu empresarial de su abuela, señalando que algunos de sus tíos y tías también son empresarios por derecho propio.  

"Así que eso ya estaba en mí desde pequeña", añadió. "Tengo la bendición y la gran suerte de haber podido ver eso mientras crecía". 

Ese espíritu emprendedor está en la familia y se ha transmitido de generación en generación.

El significado del nombre

A lo largo de su vida, la comida ha sido una forma de unir a la familia de Lora. 

Con su pequeño negocio, Lula's Empanadas, puede honrar a los miembros de su familia que más han influido en ella.

"El nombre y el logotipo representan a mis padres", dice Lora. 

Cuando crecía, su padre solía decir: "Tengo las piernas largas como un flamenco", dijo.

Su padre ha sido fundamental para la mujer en la que se ha convertido Lora, ya que siempre la ha animado a no tener miedo a ser ella misma y a hacer lo que siente que le conviene. 

"Él me decía: 'tú sólo destacas...', y yo quería un logotipo que destacara", añadió Lora, refiriéndose al logotipo de un flamenco como parte de la marca de la empresa. 

"Lula" es el apodo de su madre -diminutivo de Lourdes- que le puso su propia madre de pequeña. 

"Rindo homenaje a las enseñanzas y la educación de mi madre llamando a nuestro negocio Lula, porque sin duda ella fue la persona que me enseñó los fundamentos de la cocina y yo simplemente me dejé llevar por ellos", señala Lora.

Cada vez que se ve el logotipo o se oye el nombre de su negocio, sirve de conexión con sus padres y su familia. 

La comida como lenguaje amoroso y conector 

Como alguien que ha tenido una conexión con la comida durante la mayor parte de su vida, Lora ha aprendido mucho sobre ella.

La comida va mucho más allá de los conceptos típicos de nutrición y alimentación necesarios para el sustento. 

Profesionalmente, ahora como propietaria de un pequeño negocio, la comida ha sido para Lora una forma de unir diferentes culturas.

Las empanadas son un plato común e inmensamente popular en la cultura dominicana. Sin embargo, a través de su cocina, Lora quiere utilizar diferentes recetas e ingredientes para unir las diferentes culturas que conforman los Estados Unidos.

"Quiero difundir la cultura dominicana, pero es mejor cuando se unen diferentes culturas", dijo. 

Ella utiliza sabores como el pollo búfalo, los camarones cajún, y las empanadas de cebolleta y queso, y el curry indio como algunos ejemplos clave de ello. 

"Todo el mundo quiere tener alitas de búfalo en sus reuniones de la Super Bowl. Las gambas cajún me hacen pensar en Nueva Orleans, las cebolletas y las diferentes mezclas de queso me hacen pensar en la cultura asiática y en lo mucho que utilizan las cebolletas en sus platos", dice Lora.

A través de sus diferentes recetas, Lora deja claro su objetivo: "Ser capaz de unir esas culturas y abrazar nuestras diferencias en cuanto a especias de una manera que sea sabrosa y no demasiado abrumadora", dijo. 

Otros sabores incluyen opciones saladas como el pollo tailandés con chile dulce, la hamburguesa con queso, la carne de vaca a la barbacoa y el teriyaki vegetariano, y opciones dulces como la guayaba y la manzana con canela. 

"Quiero que sea divertido", dice Lora.

"Las empanadas son como una representación de lo que soy... los sabores y simplemente ser audaz y ser capaz de pensar fuera de la caja y probar cosas nuevas", agregó.

Más que empanadas

En la actualidad, el pequeño negocio de Lora funciona principalmente durante los eventos que se celebran en Nueva Jersey y la zona triestatal, y a través de pedidos de catering. 

Su sueño es que el negocio acabe convirtiéndose en un carrito y, más adelante, en un camión de comida. 

"Estamos muy ilusionados por ver lo que nos depara el futuro", dice Lora. 

Sin embargo, Lula's Empanadas hace más que vender pasteles de estilo dominicano, ya que Lora siente que su propósito es mucho más grande que eso. 

El objetivo de Lora es crear la Fundación Lula, una rama sin ánimo de lucro de su pequeña empresa diseñada específicamente para ofrecer tutoría a mujeres jóvenes de entre 17 y 22 años, "ese periodo crucial en el que se gradúan de la escuela secundaria", dijo. 

Como dominicana-estadounidense de primera generación y también estudiante universitaria de primera generación, Lora recuerda que necesitaba esa orientación y tutoría al graduarse de la escuela secundaria que no encontró hasta la universidad. 

"Ya sea que quieran seguir una carrera profesional o iniciar su propio negocio o incluso una educación post-secundaria, eso es algo que quiero guiarles", dijo Lora.

A través de ese concepto, dio paso al hashtag, #MásQueEmpanadas. 

"Es crucial para nuestro viaje", añadió Lora. 

"Queremos poder decir que ayudamos a nuestra comunidad, queremos poder decir que ayudamos al desarrollo de las jóvenes... jóvenes adultas en transición por la vida". 

Cuando reflexiona sobre su propia trayectoria, procedente de un entorno adverso, Lora no puede evitar pensar en quienes proceden de comunidades similares, pero no fueron bendecidos con los mismos padres y oportunidades que ella tuvo. 

Por ello, se empeña en ofrecer oportunidades a quienes no tienen el mismo nivel de acceso. 

Para Lora, se trata de desempeñar su papel para ayudar a la generación más joven.

"La generación joven es nuestro futuro", dice. "Ellos son los que dirigirán un día cuando yo sea mucho mayor". 

El objetivo es ayudar a guiarlos, y luego ver el efecto de goteo que puede tener en otros, en la comunidad y en las generaciones futuras.

Todo su trabajo está relacionado con las pasiones de Lora y con su propósito en la vida: combinar la cocina, las comunicaciones y la salud pública.

"Abarca todo aquello en lo que creo", dice Lora.