Tierra de chamanes y espíritus
Más allá del "pura vida", el surf y las plantaciones de piña, Costa Rica esconde una rica tradición cultural heredada de sus pueblos indígenas.
Costa Rica es noticia en la prensa estos días. Carlos Alvarado, un escritor, periodista y rockero, que también fue ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social de Costa Rica, acaba de ganar las presidenciales del país centroamericano, más conocido en Estados Unidos por ser un paraíso del surf y de la producción de piña.
Pero Costa Rica va mucho más allá de playas, surf y las piñas "Del Monte" que encontrará en su supermercado más próximo. Eso lo tenía muy claro la directiva del Museo del Jade y de la Cultura Precolombina, un centro privado de arte de la capital, San José, cuando hace dos años acudió al director del Museo Arqueológico de Barcelona (MAC) para proponerle una exposición arqueológica que sirviera para presentar por primera vez la riqueza cultural de Costa Rica en Europa.
“Teniendo en cuenta la atracción turística internacional de Barcelona, pensaron que sería un buen lugar para presentar el país al mundo entero”, explica a AL DIA NEWS Josep Manuel Rueda, director del Museo Arqueológico de Barcelona, que desde finales de marzo alberga la exposición “Chamanes y Espíritus: Tesoros del museo del Jade de Costa Rica.
La exposición – que reúne 188 piezas originales de jade, cerámica y piedras preciosoas de culturas precolombinas que habitaron, o continúan viviendo, en la selva costarricense – tiene como objetivo exponer el importante legado cultural de los pueblos indígenas, centrándose en un tema que hoy está de moda en occidente: el chamanismo y la tradición animista (¿Quién no conoce a alguien que conozca a alguien que quiera probar la ayahuasca con un curandero el próximo fin de semana?).
“Es cierto que el chamanismo nos ha servido de reclamo de marketing para intentar atraer a más gente a la exposición, pero hay que reconocer que los chamanes siguen siendo una figura clave entre las poblaciones indígenas de Costa Rica”, explica Carme Rovira, coordinadora de la exposición.
“Hoy en día, los chamanes sirven de enlace social con grupos minoritarios, o que viven en zonas aisladas. Por ejemplo, han ayudado a introducir programas de salud pública en las comunidades indígenas, algunos tratamientos o medicamentos … Los chamanes actúan como referentes, la población confía en ellos”, añade Rovira frente a una figurita de cerámica que muestra a un chaman desnudo. Tiene una pierna estampada con motivos que imitan la piel de lagarto, la otra imita la piel de un jaguar. El torso y los brazos han sido estampados de forma invertida. “En las culturas precolombianas la veneración por los animales está muy presente”, dice.
“Los chamanes eran personas importantes dentro de la comunidad y se consideraba que tenían poderes mágicos. Se les respetaba y se les temía”, explicó la comisaria costarricense de la exposición Virginia Novoa, en su breve visita a Barcelona para inaugurar la exposición (se marchó justo a tiempo para poder votar en las elecciones presidenciales). "Los chamanes se iniciaban desde jóvenes y aprendían los cantos y rituales, como los de las piedras con poderes adivinatorios, con los chamanes más ancianos en retiros en cuevas y cabañas aisladas”.
La riqueza indígena de Costa Rica tiene mucho que ver con ser un país de paso en Centramérica. "Tuvo influencia de las culturas de Mesoamérica (Guatemala, Honduras …), pero sobre todo es interesante porque tuvo contacto con las culturas precolombinas, del sur del continente. Fue una tierra de paso”, explica Rueda en una entrevista con AL DIA News.
La idea de organizar y promover una exposición sobre la cultura indígena de Costa Rica "refleja la voluntad del país por buscar la identidad cultural en su pasado”, dice Rovira.
La exposición incluye también una muestra de fotos de Melanie Wells Alvarado, fotógrafa norteamericana que ha documentado la diversidad étnico- cultural de Costa Rica. Una de las fotos está centrada en la vida de Olga, mujer indígena que vive en lasmontañas de Kökotei con sus seis hijos, subsistiendo gracias a las provisiones de la nautraleza.
También hay fotos de Lucas Iturriza, fotógrafo local que se dedica a documentar la diversidad del país con personas de origenes diversos, como Karla, de ascendencia alemana y caribeña, o Génesis, una activista LGTBQ. Iturriza es autor del proyecto “Somos Todos Costa Rica”, documental fotográfico que tiene como objetivo dar a conocer y promover la diversidad cultural del país, así como ser un agente promotor de la convivencia pacífica y respeto a la diversidad. El objetivo es promover la tolerancia y la inclusión, el fortalecimiento de los DDHH y la eliminación de toda clase de discriminación, objetivos con los que también se ha comprometido a lo largo de su campaña electoral el presidente electo, Carlos Alvarado, del Partido de Acción Ciudadana.
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Uno de los leit-motiv de la campaña electoral de Alvarado ha sido su promesa de luchar contra la discriminación social y la desigualdad en temas de género y raza. De hecho, bajo su presidencia, Costa Rica tendrá como vicepresidenta a Epsy Campbell Barr, quien se convertirá en la primera mujer afrodescendiente que ejerza la vicepresidencia en un país de Latinoamérica. Nacida hace 54 años en San José, Campbell Barr ha sido una destacada consultora y conferencista internacional en temáticas de empleo, género, racismo, derechos humanos y desarrollo social de pueblos indígenas.
“Campbell es un ejemplo del valor de nuestras mujeres en la sociedad”, dijo el presidente electo sobre la nueva vicepresidenta electa.
La exposición arqueológica en Barcelona también muestra algunos indicios de feminismo en las culturas precolombinas, donde también existían las mujeres chamanes, como puede verse en las figuritas de cuerpos femeninos que representan mujeres que ejercían de líderes espirituales.
"En muchos casos las comunidades indígenas eran matriarcados. El papel de las mujeres era importante en las sociedades precolombinas. Eran las mujeres las que marcaban la línea del grupo o del clan”, explica Novoa.
La muestra incluye figuras de cerámica de chamanes con cuerpos femeninos y otros objetos que hacen alusión a la maternidad, joyas de jade, y hasta collares de pechinas que hacen sonido. “Curiosamente, muchos objetos hacen sonido, revelando su uso ceremonial”, explica Rovira.
Otras piezas destacadas de la exposición son los metates, utensilios de piedra para prensar el maíz, alimento básico de la civilización latinoamericana durante siglos y siglos. O los inhaladores nasales, que los pueblos indígenas usaban para esnifar hierbas y plantas estupefacientes.
“Chamanismo, naturaleza y cultura precolombina son los tres elementos entrelazados que definen la identidad de Costa Rica”, explica Rovira.
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