Roja como una amapola: rojo el vestido, rojos los labios y rojo el parche con que la enterraron.

Así despidieron a Mónica Echeverría el pasado 5 de enero, cumpliendo su último deseo de ser enterrada con un parche en homenaje a quienes han sufrido pérdidas oculares durante las recientes protestas sociales en Chile y un letrero en el costado izquierdo del pecho que dice “mujeres por la vida”.

Mónica Echeverría fue profesora de español, actriz, escritora y activista política. Tal vez una de sus acciones más trascendentes fuera haber participado en el movimiento Mujeres por la vida, un colectivo feminista que durante la dictadura opuso resistencia a través de intervenciones públicas y pacíficas, donde el humor cumplió un papel determinante. Un antecedente histórico del actual colectivo Las Tesis.

Entre 1974 y 1978 vivió en Inglaterra, en el exilio, ya que dos de sus hijos hacían parte de la resistencia clandestina contra la dictadura de Pinochet. En 1988 fue cofundadora del movimiento Independientes por el No, que reunía personas que no militaban en partidos políticos, estaban en contra de la dictadura pinochetista y promovieron el voto por el No en el plebiscito histórico del 5 de octubre de ese año. Tras el triunfo del No, el grupo fue rebautizado como Independientes por el Consenso Democrático.

En 1994 fue cofundadora del Centro Cultural Estación Mapocho, el primero de su clase tras el regreso de la democracia en Chile.

En 2003, en conmemoración de los treinta años del golpe de Estado con que fue derrocado el presidente socialista Salvador Allende, se presentó la obra radio-teatral “La epopeya final de Salvador Allende”, de cuyo guion Echeverría fue la autora.

En adición, escribió las biografías noveladas “Krassnoff, arrastrado por su destino”, sobre Miguel Krassnoff Martchenko uno de los militares que participaron en el asalto que dio lugar al golpe de Estado a Allende; “Yo, Violeta”, sobre la cantante Violeta Parra e “Insaciables”, inspirada en la vida del dictador Augusto Pinochet.