La lucha de Barcelona por controlar el mercado de Airbnb
Desde el 1 de junio, Airbnb compartirá los datos de los anunciantes con la Alcaldía de Barcelona para ayudar a controlar la oferta ilegal de alojamientos…
Hace apenas una semana, un grupo de vecinos del barrio del Poble Nou, uno de los barrios más en auge en Barcelona por su cercanía con la playa y por ser la sede de diversas empresas tecnológicas, convocó una asamblea popular en la calle para protestar por la subida del precio de los alquileres. Aprovechando el buen tiempo, los vecinos – la mayoría jóvenes, pero también gente mayor y algunos residentes extranjeros - se sentaron bajo la sombra de los plátanosfrente a una pancarta gigante, que decía: “¿Le han subido tanto el alquiler que se obligado a marcharse de su departamento? Venga a la Asamblea de Vecinos para debatir el problema del precio de la vivienda”.
Poble Nou no es el único barrio que afronta la disparata subida de los alquileres en Barcelona en los últimos tres años, que se sitúa en cerca del 27%. El barrio gótico, el Born, el Raval y demás vecindarios del centro de la ciudad se han convertido en casi inaccesibles para los residentes de la ciudad. ¿El motivo? Según algunas plataformas ciudadanas, Airbnb y las plataformas de alquiler vacacional temporal, que permiten multiplicar los ingresos de alquilar un departamento, en comparación a alquilarlo con un contrato tradicional. Un departamento de dos habitaciones en Poble Nou, por ejemplo, podía alquilarse hace unos años por unos 900 dólares al mes, ahora el alquiler puede subir perfectamente a 1,600 o 1,800 dólares.
Obviamente, no se trata de demonizar a Airbnb, Los motivos principales del auge del alquiler apuntan más a variables financieras, el contexto de salida de la crisis económica y al impacto de la especulación inmobiliaria. Pero los esfuerzos por regular el mercado de viviendas de alquiler vacacional se ha convertido en un objetivo primordial para la Alcaldía de Barcelona, ya que que no solo amenazan con echar a los residentes del centro de la ciudad, sino que también provocan malestar vecinal por las molestias que causan los turistas (fiestas hasta altas horas de la noche, inseguridad, al descontrolarse quien entra y sale de un edificio, etc.) . Así que la Alcaldía de Barcelona lleva dos años inmersa en una dura campaña para restringir plataformas con Airbnb, a quien no le ha quedado más remedio que colaborar.
Una de las primeras regulaciones que aplicó Barcelona en colaboración con Airbnb fue exigir a todos aquellos que quieran ofrecer su casa o una habitación por Airbnb a tener una licencia turística, por la que hay que pagar una tasa anual. Hace años que Barcelona ya no concede licencias turísticas, así que el número de departamentos vacacionales está limitado, aunque sigue habiendo mucha oferta ilegal en internet. Airbnb colabora con la Alcaldía en este sentido y ha ido eliminando todos los anunciantes sin licencia turística. Estos pueden ser multados con multas de más de 6,000 dólares.
Desde el pasado 1 de junio, las medidas son todavía más restrictivas. Airbnb ha puesto en marcha una herramienta para combatir los pisos sin licencia y pedirá a los anunciantes un consentimiento para que datos como su nombre, dirección y DNI puedan ser compartidos con el Ayuntamiento de Barcelona y otras autoridades locales y regionales.
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Con esta iniciativa, Airbnb busca "verificar de una forma más fácil que los alojamientos cumplen con la ley y ayudar a eliminar potenciales malos actores".
La plataforma ha confirmado que ya se han retirado más de 2.500 anuncios de pisos turísticos desde que el Consistorio empezó a identificar a los usuarios que no cumplían las normas locales.
“Estas medidas tomadas por Barcelona cobran mucha importancia para las ciudades que intentan gestionar la lucha por controlar la oferta de departamentos vacacionales. Primero, ofrecen un modelo “ready-to-go” que consigue que aplicar las leyes locales sea no solo posible, sino también fácil. En segundo lugar, muestra que la presión bien organizada de los gobiernos locales puede de hecho presionar a Airbnb y otras plataformas de este tipo a tomar medidas reales”, comenta The Atlantic. “Airbnb necesita ser reconocida por para trabajar con Barcelona, y lo ha hecho después de unas restricciones que son las rigurosas que ha visto Europa hasta hoy”.
Berlín ya ha empezado tomar medidas similares a Barcelona. Está por ver que ciudad será la siguiente.
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