Tras un largo camino liderado por activistas que defienden la legalización del cannabis para su uso terapéutico y medicinal, la Asamblea Nacional Legislativa de Panamá aprobó a finales de agosto un proyecto de ley que legalizaría esta sustancia. Hoy, Panamá se encuentra a 90 días de tener lista la ley que convertiría al país en el primero en regular el consumo del cannabis en América Central. 

El uso del cannabis será "con fines terapéuticos, médicos, veterinarios, científicos y de investigación en el territorio nacional", cita el texto aprobado en agosto. "Esa medida viene a ayudar a cientos de panameños que hasta el momento se les ha imposibilitado poder adquirir ese medicamento en Panamá", afirmó  Leandro Ávila, diputado oficialista del Partido Revolucionario Democrático (socialdemócrata).

Siguiendo los pasos de países como México, hace unos meses o Uruguay, pionero en América Latina, Panamá  impulsó el proyecto desde la Asamblea unicameral, liderada por el diputado oficialista, Crispiano Adames. 

Quienes promovieron esta ley, buscan mejorar la calidad de vida de personas con glaucomas, epilepsia, artritis, esclerosis múltiple, migrañas, convulsiones y diferentes tipos de dolores, incluido el cáncer. Enfermedades que se han ido controlando a través de los años con el uso del cannabis medicinal. 

La ley permitirá la importación, exportación, cultivo, producción y comercialización del cannabis y sus derivados a través de una serie de licencias que otorgará el estado panameño .Las fases del cultivo de este producto se realizará en áreas designadas de acceso limitado y bajo un sistema de control con cámaras de vigilancia. Por último, solo las farmacéuticas o empresas especializadas en servicios terapéuticos podrán adquirirlo y comercializarlo.

La industria del cannabis promete ir en ascenso en la región, y a pesar de que en la actualidad es incipiente, viene tomando fuerza en algunos países que ya se han decidido a regular su desarrollo.