Aunque el Balón de Oro, premio otorgado anualmente en París por la publicación France Football, fue reclamado por séptima ocasión por el argentino y hoy jugador del PSG, Lionel Messi, en el ambiente muchos quedaron con la sensación de que este año el polaco Robert Lewandowski era igualmente merecedor. 

Si bien los números de Messi eran suficientes para ser nuevamente ganador e incrementar el peso de su leyenda, los méritos del delantero del Bayern Munich, especialmente por lo conseguido durante la temporada pasada, en la que por cuenta de la pandemia no se entregó el premio, lo convertían para muchos en el favorito y en el justo ganador.

El mismo Messi, al recibir el histórico séptimo balón, declaró que el polaco merecía tener uno de estos premios en su casa: “Quiero decirle a Robert que es un honor para mí pelear con él. Creo que te mereces tu Balón de Oro, que el año pasado todo el mundo estaba de acuerdo en que fuiste el ganador. Creo que France Football debería darte tu Balón de Oro que te mereces y tenerlo como te lo ganaste el año pasado”.

Lewandowski, que no se fue con las manos vacías pues fue elegido como el mejor delantero, tenía, para algunos especialistas mejores cifras, o al menos similares, que el argentino, y teniendo en cuenta que la temporada pasada, huérfana del galardón, el polaco no tuvo competencia, se esperaba un cambio de rey.

Para el popular programa de debate español, El Chiringuito, lo sucedido en París fue una injusticia:

Asimismo, el reconocido comentarista deportivo Luis Omar Tapia, resaltó que el título de la Copa América, que le otorgó puntos a Messi para hacerse con el Balón de Oro, nunca antes había sido tenido en cuenta en este tipo de premiaciones:

Fueron 23 puntos los que separaron al argentino del polaco. Messi con 613 puntos y Lewandowski con 580 encabezaron la lista que en sus primeras cinco posiciones completaron Jorginho, 460, Benzema, 239, y N’Golo Kanté, 186.

En las cifras comparativas de la temporada, y dejando de lado la mencionada Copa América, ambos futbolistas mantuvieron un cerrado duelo que se definió por pequeños detalles.