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Manny McLeod, audio engineer, works in the recording studio that three Latino entrepreneurs just launched in Northeast Philadelphia in July. Photo courtesy of Studio 79
Manny McLeod, audio engineer, works in the recording studio that three Latino entrepreneurs just launched in Northeast Philadelphia in July. Photo courtesy of Studio 79

Empresarios y artistas latinos abren un estudio de grabación en el noreste de Filadelfia

Tres emprendedores y artistas latinos ponen ritmo y color a su nueva empresa, Studio 79, lanzada en julio.

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"Cada vez que pongo un pie aquí es como si mi mente se abriera", asegura David Martínez mientras observa la habitación con poca luz, llamativas pinturas digitales colgando en una esquina y el brillante equipo de sonido.

Sentado en un sofá en Studio 79, el estudio de grabación que él y otros dos empresarios abrieron en junio en el vecindario de Lawndale en el norte de Filadelfia, Martínez explica la importancia de tener un espacio para la creación.

"Si hablas alguna vez con un artista, te dirá que lo más intimidante es el lienzo en blanco. Esa página en blanco o ese lienzo en blanco significa el comienzo de algo. Pero desde que estoy rodeado de tanta gente creativa, solo sus palabras (las de las personas que cantan o rapean en la cabina), me ayudan a abrirme, porque es un lugar al que vine a hacer precisamente eso", explica.

Martínez, socio de Studio 79, diseñador gráfico, ilustrador y aprendiz de tatuador, acaba de llegar al estudio de su trabajo a tiempo parcial en una organización de telecomunicaciones. Eric Soler Jr., socio, camarógrafo y rapero, también está allí –normalmente llega al estudio después de 11 u 12 horas de trabajo como gerente de ventas–. Pero cuando entra por la puerta de su estudio de grabación, deja atrás las presiones de las ventas y entra a su espacio para crear, un lugar que explican crearon para sí mismos y para otros artistas gracias a la determinación, el trabajo duro, la fe y la confianza mutua.

Una banda de hermanos

Martínez, Soler y Steve Barrientos, un conocido DJ de la región que también es copropietario del estudio, se conocieron hace cinco años durante su etapa en la universidad. A pesar de que cada uno asistió a diferentes escuelas –Soler fue a Indiana University of Pennsylvania, Martínez al Campus principal de Penn State, y Barrientos a la Universidad de East Stroudsburg en Pokonos–, formaban parte de Lambda Sigma Upsilon, una fraternidad latina que cuenta con casi 2.000 miembros en todo el país. Su fecha de fundación, 1979, inspiró el nombre de su estudio y una línea de futuros negocios asociados que los empresarios esperan abrir a medida que crezcan sus empresas.

Desde su apertura en julio, Studio 79 inmediatamente comenzó a atraer a una clientela leal, unos 15 clientes por mes, muchos de los cuales han regresado varias veces después de su primera sesión de grabación. Soler atribuye la atracción al hecho de que proporcionan feedback e información durante el proceso creativo, pero también a su insistencia en mantener su estudio como una ‘zona libre de drogas’.

"Somos un entorno positivo, brindamos un entorno seguro en el que la única preocupación sea la música", asegura Soler.

Martínez se unió como socio del negocio poco después de su inauguración, ofreciendo sus habilidades de diseño gráfico para materiales promocionales y portadas de álbumes. Soler confiesa que, hasta donde sabe, Studio 79 se ha convertido en el único estudio de grabación en Filadelfia que “ofrece todos los medios y plataformas en una sola habitación".

"Hay tantos artistas por ahí que simplemente fuera del radar, sin contrato, y simplemente no tienen una vía para hacer realmente lo que quieren hacer... Estamos tratando de crear una ruta para ellos", cuenta Soler; añadiendo que, de igual manera, cree que son el único estudio de grabación propiedad de latinos en la ciudad.

Hasta ahora, la mayoría de los artistas que grabaron en Studio 79 trabajan géneros como el hip hop, el R&B, el rap y el reggae; pero los propietarios explican que estaban abiertos a grabar a todos, incluidos artistas interesados ​​en podcasts, rock o "incluso country", asegura Soler.

"Esa es la atmósfera que estamos creando aquí, gente que quiere comprometerse, quiere ser parte de lo que estamos haciendo, y creo que eso es algo muy importante, especialmente si vamos a prosperar y tener éxito en lo que sea que hagamos", dice Manny McLeod, el ingeniero de audio del estudio que se unió al equipo en el verano.

Promoviendo la creatividad

Tanto Soler como Martínez planean hacer una transición en un futuro cercano para poder enfocarse en su trabajo creativo individual y hacer crecer el negocio del estudio a tiempo completo, todo ello con el objetivo final de mudarse a un estudio más grande y abrir una tienda de tatuajes y un lounge.

Aunque confían en poder centrarse en el estudio a tiempo completo antes de final de año, el proceso no siempre ha sido fácil, y los empresarios han tenido que luchar contra los obstáculos internos de la duda y el miedo.

"Realmente teníamos que convencernos a nosotros mismos y estar en la misma página para hacernos responsables mutuamente de que, pase lo que pase, nos mantendremos aquí", asegura Soler. "Y cuando haces eso con una empresa nueva... esa es la mejor mentalidad que puedes tener".

Martínez coincide en que superar la duda y el temor que surgía de invertir mucho en el éxito de una empresa creativa y emprendedora era difícil debido a las expectativas con las que creció en una familia de inmigrantes dominicanos, sobre lo que debería o podría hacer en los Estados Unidos.

"Eso es muy desafiante mentalmente, pero una vez que empiezas a hacerlo y ves que lo mejor está al otro lado del miedo, empiezas a ver florecer las cosas buenas", sentencia Martínez.