Al inicio del videoclip de “Agárrate a la vida”, la cantante española Rozalén aparece cantando en solitario. En un estrecho pasillo con imágenes proyectadas que mutan continuamente, desgrana las penurias y el estrés de quienes sufren en solitario. Unas penas que tristemente pueden derivar en suicidio. Consciente de esta dura realidad, la artista quiso lanzar una bombona de oxígeno a quienes cayeron bajo, para recordarles que hay luz al final del camino.

“Lo que daría por agarrarte a la vida”, exclama en un potente estribillo donde deja la soledad apara abrazarse a un grupo de enérgicos bailarines. Musicalmente, la canción mezcla recursos electrónicos con sutiles guitarras y una enérgica batería, que pretenden levantar el ánimo de quienes más lo necesitan. El videoclip de la canción fue grabado en Madrid, basado en una coreografía de danza contemporánea.

Este empuje a las personas que se sienten deprimidas está basado en su propia experiencia, ya que ha apoyado a diversas asociaciones que luchan para prevenir el suicidio. Además, antes de dedicarse al completo a su carrera musical, estudió psicología y musicoterapia, por lo que además cuenta con conocimientos clínicos sobre esta problemática, que tristemente ha repuntado por las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

Lo que finalmente la motivó a escribir “Agárrate a la vida” fue la experiencia que sufrió una amiga cercana. “Ella ha sido como la llama que ha hecho que al final escriba esta canción, que ella misma me ha ayudado a hacerla”, comentó en una entrevista a la agencia AP. Además, consultó con numerosos expertos acerca del contenido de la letra.

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El título está basado en una campaña que lanzó Teléfono de la Esperanza, una asociación española de prevención del suicidio. Fue la propia organización quien se puso en contacto con Rozalén para pedirle que hiciera la canción, poniendo especial énfasis en los más jóvenes. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio se convirtió en la cuarta causa de muerte más importante entre jóvenes de 15 a 29 años.

Esa voluntad de impactar en el público más joven fue lo que motivó a Rozalén a aportar un ambiente animado a la canción, pese a su carácter profundo y conmovedor. Es una invitación para que se liberen gritando y bailando, y así intentar superar el bache vital. En el pasado, la cantante ya colaboró con asociaciones de lucha contra el cáncer o de ayuda a países subdesarrollados.

Para inspirarse, llevó a cabo un duro trabajo de investigación. “Un día estuve desde la mañana hasta la noche leyendo cartas suicidas. Si tengo que hablar de ciertas cosas con tanta carga emocional, me tengo que meter hasta el final”, argumentó. La canción fue presentada en el coloquio “Agárrate la vida - Hablemos de suicidio”, organizado por el Colegio Oficial de la Psicología de España.

Durante el proceso de inspiración, Rozalén aprendió mucho sobre esta delicada cuestión. “Me di cuenta leyendo las cartas de la gente que se queda, de que no estamos educados para acompañar a personas en ese tránsito o con esas ideas”.