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Foto: elperuano.pe
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Cómo salvar el folclor: la resiliencia de Perú ante la pandemia

La pandemia de COVID–19 ha puesto a prueba el sector de las artes no solamente por la dificultad de acercarse a su público sino por la de transmitir sus…

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Al inicio de la pandemia vimos alzarse las voces de preocupación por la supervivencia del arte y los artistas en un mundo sin escenarios, salas de cine, librerías ni estadios.

También vimos a padres y docentes de escuelas preocuparse por la manera en que tendría que darse continuidad a la formación de los niños.

Ninguna de las dos partes ha encontrado una respuesta definitiva a esas preguntas, pero ahora tienen otra más: ¿cómo salvar el folclor?

El folclor, por su carácter tradicional y ancestral, es un patrimonio que puede perderse fácilmente si deja de ser enseñado y para quienes llevan décadas luchando contra su olvido, esa no es una opción.

En Lima, la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas (ENSFJMA), llegó a sus 71 años de existencia haciendo el tránsito a la enseñanza virtual.

Visto que Perú es el sexto país del mundo con más casos reportados de COVID–19 (251.338 a la fecha), el regreso a las clases presenciales es todavía una opción remota para esta institución que ofrece programas profesionales de danza y música folclórica.

Así las cosas, la ENSFJMA ha empezado a dar clases a través de videollamadas y, como reportó el medio El Peruano, han encontrado que esta circunstancia les ha permitido cuidar de aspectos que solías quedar más descuidados: la teoría y la historia.

Que en una escuela de artes folclóricas la historiaquede relegada puede sorprender, pero se entiende cuando uno imagina las horas en ensayos y coreografías, o de trabajo individual en clases de instrumento.

Dado que, sobre todo para el caso de la danza, las posibilidades de corregir un paso, ajustar una postura o coordinar una coreografía se ven restringidas, la opción de explicar con más detenimiento la historia y simbolismos de una tradición sí puede ayudar a que los estudiantes la entiendan a mayor profundidad y continúen con ella.

En el caso de los estudios musicales, cada estudiante tendría que estudiar clarinete o saxofón, además del instrumento en que se especializa. Por este motivo, contaba José Reynaldo Nieves a El Peruano, los profesores han aprovechado esta oportunidad para compensar el trabajo en teoría musical.

En condiciones normales, la escuela tendría a disposición de los estudiantes un salón con instrumentos, pero entre la pandemia y la crisis económica, es imposible pedir a los estudiantes que compren instrumentos nuevos para practicar en casa.

No obstante, la posibilidad de trabajar individualmente con sus profesores de instrumento ha permanecido en la virtualidad, con la ventaja adicional de que, al no tener que desplazarse, ahora los estudiantes tienen más tiempo para estudiar y grabar o producir música desde el hogar.

Dentro de un tiempo podremos ver cómo este tiempo ha permitido los estudiantes de la Arguedas cultivar la siguiente generación del folclore peruano, que por más que sea un conocimiento tradicional, siempre responde a los grandes sucesos del presente.