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Alex Cuba. Foto: Eduardo Rawdriguez
Alex Cuba. Foto: Eduardo Rawdriguez

Alex Cuba: una visión musical más allá de la tradición

El nuevo disco del cantautor cubano está mucho más cerca de su visión compositiva, y es una muestra íntima de su evolución personal.

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Cuando hablamos de música Latina, frecuentemente nos referimos a beats caribeños, al reggaetón industrializado, a la salsa, al bolero e incluso al Tex Mex. Pero el sonido de Alex Cuba no cala en ninguna de esas categorías.

Y esa es su intención.

Alexis Puentes nació en Artemisa (Cuba), donde se formó desde muy pequeño en la agrupación de 24 guitarristas de su padre. La influencia de la música “americana” le llevó a crear un universo musical personal, mientras se formaba como bajista profesional.

Fue a partir de 1999, cuando decidió mudarse a Canadá, que el ahora “Alex Cuba” empezaba a explorar ese tapiz de influencias que llevaba por dentro.

“Creo que es un viaje muy interesante, ese de alejarse de las raíces para volver a ellas. Es algo que todo artista debería hacer por lo menos una vez en su vida”, nos comenta en una entrevista telefónica.

“Mi generación fue muy influenciada por la música norteamericana, esa música como que cae en nosotros muy naturalmente. Una vez llegue a Canadá, fue esa curiosidad la que me llevó incursionar en nuevos sonidos.”

A los 45 años, y con siete discos publicados, Alex confiesa que su trayectoria musical ha sido una experiencia transformadora y que ahora es “un artista que sabe cómo decir las cosas directamente”.

La búsqueda del sonido

“En Cuba era bajista, ese era mi instrumento. Tocaba jazz, pero también tocaba funk, blues, rock… sin embargo, era el jazz lo que más me apasionaba”, explica el cantautor. “Una vez que me tocó a mí subirme al centro del escenario muchas cosas vinieron a conformar ese sonido, pero más que todo yo creo que fue mi raíz innata de la música cubana”.

Pero para que esa raíz saliera a la luz y se fusionara en su visión personal, Cuba tendría que pasar por la experiencia de vivir en Canadá, un país que ha sido “el vehículo” para encontrar su sonido particular.

Eso es lo que Alex llama una “evolución espiritual”, a través del experiencia de traducir su cultura a un medio que, si bien asegura que le ha abrazado, requería un esfuerzo de adaptación.

A diferencia de mucho de lo que se escucha en la música popular latinoamericana, el sonido de Alex Cuba es muy articulado. Son composiciones influenciadas por el jazz, por el candor de su isla, pero donde cada canción habla por sí sola.

Humo de tabaco

Antes de embarcarse en su aventura hacia Canadá, el cantautor ya había empezado a escribir su propia música. Su primer disco, por ejemplo, fue grabado un 90% en La Habana y un 10% en Londres. Bajo el título “Humo de Tabaco”, Alex Cuba dio sus primeros pasos hacia ese sonido que hoy le caracteriza.

El disco contiene canciones acompañadas con los metales y la percusión típicos de la tradición cubana. De la mano del famoso productor Martin Terefe, consiguió grabar en su país natal un disco que describe como “mágico”.

“Yo todavía tenía la esperanza de agregarle ese sonido Londres – teclados, guitarras – pero el productor terminó convenciéndome de que no lo tocáramos”.

A pesar de la buena recepción que tuvo Humo de Tabaco – específicamente un Juno Award por World Music Album of the Year en el 2006 - Alex todavía tenía una visión muy específica de la música que quería realizar.

Una complejidad con vestido de simpleza

“Recuerdo que cuando sacamos el primer disco, me contactó el director de Universal en Canadá y me dijo que sólo tenía una pregunta para mi: ‘¿Cómo hiciste que esos músicos cubanos tocaran tan simple?’”

Con esa anécdota, Alex intenta explicar su percepción de la música cubana, y cómo a veces se pasa por alto su complejidad precisamente por no haber llegado más lejos.

“El cubano hace música cubana para los cubanos”, explica, “y los músicos de la isla tienen un nivel tan elevado que no tiene nada que ver con comercio, ni con el resto del mundo. En Cuba puedes escuchar a alguien tararear por la calle el fraseo de un mambo, que es completamente jazz, y la gente cree que es música popular.”

La fórmula de Alex Cuba desde entonces la de componer canciones con una estructura sólida revestida de simpleza, y que debe conquistar a un público que poco conoce de la música Latina.

“Yo toco para una audiencia 99% anglo, que no entiende nada de la música en español”, explica, haciendo referencia a su carrera de veinte años en Canadá, donde ha debido abrirse camino con una voz y un estilo que no son fácilmente catalogables.

“Lo que sale de mi, es una fusión muy natural. Soy yo”, concluye.

Hoy en día sigue siendo así. Alex Cuba es transparente en cada una sus canciones y ha logrado traducir y comunicar la historia de un joven cubano enamorado del rock’n’roll.

Su séptimo y último disco es totalmente acústico, y muestra la delicadeza no sólo en el trabajo compositivo sino el detallismo de la producción.

Puedes escuchar Sublime aquí.