En el 2016, iLE (Ileana Cabra Joglar) encantaba a la industria de la música con su primer disco, una mezcla de boleros, bugalú y hasta un par de coplas en inglés, bajo el título Ilevitable, y que marcaba la pauta de un nuevo género con lo mejor de la tradición musical puertorriqueña.

En una conversación con AL DÍA, iLE nos abrió una ventana al proceso que le ha llevado a un segundo álbum y el reconocimiento internacional.

Nacida en San Juan en 1989, esta joven cantante dio sus primeros pasos musicales en la sala de su casa, rodeada de una familia donde las artes eran el entramado que animaba todas las reuniones.

A pesar de haber entregado muchos años al estudio del piano en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, su educación musical siempre fue de oído.

“Yo cantaba desde pequeña con la familia. Tengo una familia grande y casi todos estamos relacionados con el arte de alguna forma. Así que siempre se me ha hecho bastante natural hablar desde allí”, nos cuenta.

Al ser la más pequeña de la casa, las influencias musicales de su abuela, sus padres y sus hermanos, le ganaron lo que llama “una librería musical”.

“Entre los quince y dieciséis años fue cuando mis hermanos empezaron a hacer su grupo y me invitaron a cantar una canción”, cuenta sobre el grupo fundado por René Pérez Joglar (Residente) y Eduardo José Cabra Martínez (Visitante) bajo el nombre Calle 13 –que hace honor a la calle donde la casa de la familia está ubicada en la isla.

Desde el 2004, Calle 13 se transformó en un éxito en todo el continente con éxitos como “Se Vale Tó-Tó” y “¡Atrévete-te-te!, y con sus particulares líricas de crítica social.

iLE se unió al proyecto de sus hermanos mayores en lo que llamo “un juego”.

“Empecé como a jugar con ellos porque de verdad era eso”, recuerda. “Entonces fue que me fui dando cuenta de que necesitaba desarrollar más la voz, y decidí entre el piano y cantar”.

A partir de entonces, comenzó su proceso de educación vocal formal, de la mano de dos íconos de la música: Hilda Ramos y Gema Corredera, a quienes considera sus maestras.

“Conocía a Gema como cantante, pero fue gracias a mi hermana que supe que daba clases y ahí empezó la conexión de verdad”, recuerda. “Le estoy súper agradecida, porque en el canto puede que te encuentres con maestros similares con quienes podrías estar aprendiendo más o menos lo mismo, pero con Gema le puse más énfasis a la parte más interpretativa, y eso para mí fue súper valioso”.

Pero el momento de centrarse en su propio trabajo fue una aventura de exploración personal que cambiaría para siempre su rumbo profesional.

Si bien desde el 2012 iLE ya daba sus primeros pasos como cantante independiente a la agrupación de sus hermanos, el proceso de separarse por completo fue al mismo tiempo natural y repentino.

“Yo siempre trato de compararlo un poco con la idea de que cuando uno se cría en la misma casa tiene mucha relación con su familia y sus hermanos, pero al final cada uno se va a estudiar cosas distintas; algunos viajan fuera de su país y a hacer cosas distintas,” explica. “Pues algo similar pasó dentro de la música. Después de haber estado tantos años trabajando juntos, pues llega un punto en que cada uno siente la curiosidad de querer explorar individualmente otra búsqueda.”

Después de años siguiendo el ritmo de la música del hogar, el momento de escucharse a sí misma era inevitable.

A partir del 2015 iLE comienza el proceso de componer su primer álbum solista, cuya producción contó con la ayuda de Ismael Cancel, considerado hoy en día uno de los músicos, percusionistas y compositores más importantes de Puerto Rico.

Pero encontrar su propia voz, requirió voltear la mirada hacia dentro.

“Yo creo que empecé como a regresar, porque cuando era preadolescente o adolescente escribía cosas pero no tanto como canciones. Eran más poesías,” recuerda. “Volví a conectarme porque hacía mucho tiempo que no me sentaba a escribir, y obviamente me autocriticaba demasiado. Nada me gustaba”.

La joven cantante confiesa que fue precisamente la decisión de “dejarse llevar” lo que facilitó el proceso de componer las primeras canciones bajo su propio nombre.

“Es un proceso raro, porque a veces uno pretende sentarse y escribir y que todo salga de una vez. Y no es así. Uno se frustra y al final quizás no tiene que ver necesariamente con uno sino que hay que entender que es un proceso”.

Entre canciones heredadas y nuevas ideas que empezaron a fluir de manera natural, al llegar al estudio, Ilevitable empezó a tomar forma.

Publicado en mayo del 2016, su primer disco le clasificó como una de las mejores intérpretes latinoamericanas. Junto a músicos como Piro Rodríguez, Charlie Sepúlveda, Bayrex Jiménez, Eduardo Cabra, Fofé Abreu e incluso Cheo Feliciano, iLE se embarcó en su primer tour tan sólo dos meses después, y para septiembre ya contaba con una nominación a los premios Grammy Latino.

Hablando de cómo su música se ha visto profundamente influenciada por la música puertorriqueña, iLE nos explicó que más allá de una reinterpretación de los clásicos, su proceso ha sido el de descubrirse a sí mismo a través de “lo que me llena a mí”.

“A mí me gusta mucho analizar y profundizar en las canciones que escucho; en qué es lo que me gusta, en lo que no, en porqué esta canción me llega más que esta otra; qué particularidad, qué elemento tiene que me transporta o me lleva a un lugar particular”, explica. “De esta manera entiendo más de mí misma porque yo puedo simplemente escuchar música y ya, pero obviamente ya cuando estás haciendo música, uno necesita entenderse mucho a uno mismo, y yo creo que esa es la parte más difícil de componer”.

De allí que su primer disco estuviera tan lleno de texturas, instrumentos y sonidos herederos del bolero y la salsa puertorriqueños, pero con una nueva voz y un nuevo concepto.

“Reconozco que este es un momento muy distinto, y no me gusta dejarlo (al bolero) ahí en un mismo lugar, en un mismo espacio. Me gusta retarme un poco a mí misma, por ponerlo así, y cuestionarme hasta dónde lo puedo llevar, cómo lo quiero expresar; ya no tanto en imitarlas, sino en tratar de hacer la canción mía”.

Tras el escándalo que envolvió a su isla natal después de que se hiciera público un chat privado del ex gobernador Ricardo Rosselló –donde la misoginia, el racismo endógeno y la corrupción fueron principales protagonistas– iLE se sumó al sentimiento nacional y al movimiento de protesta que pidió a gritos un cambio radical en Puerto Rico.

“Eso fue una locura. A pesar de que ya pasaron varios meses, siento que todavía está tan vivo”, habla de las manifestaciones que tomaron las calles de San Juan y de gran parte de la isla, y que inspiró una canción en colaboración con su hermano Residente y Bad Bunny, llamada Afilando los cuchillos, y que se transformó en la banda sonora del momento.

“Era como un sueño hecho realidad para mí, porque realmente llevo toda mi vida esperando a que pase algo así de contundente, como para que la gente salga de sus casas y protesten. Vivirlo, para mí, fue muy maravilloso,” recuerda.

En cuanto a la canción, iLE explicó que fue producto de un sentimiento compartido, mucho más fuerte que ella.

“Ya cuando se trabajó la canción, creo que los tres al ser puertorriqueños estábamos con esa rabia, muy conectados con una misma cosa,” dijo. “Yo creo que eso provocó esa necesidad de expresarlo a través de una canción. Creo que había mucha emoción envuelta de distintos lugares, con distintas perspectivas, pero al final estábamos todos hacia un mismo propósito”.

Y el mensaje llegó al mundo entero.

“Yo en la vida imaginé, cuando vimos que otros países estaban apoyando y conectados con la situación… yo nunca me habría imaginado, realmente, porque nosotros tenemos una mentalidad muy colonizada, muy equivocada de lo que somos; nos subestimamos mucho como país y como sociedad”, reflexiona. “De momento, simplemente ver todo lo que podemos lograr y todo lo que podemos hacer, yo creo que es una lección muy fuerte y necesaria”.

El colonialismo y la corrupción han sido tan sólo la punta del iceberg en el sufrimiento del pueblo puertorriqueño. Durante los últimos años, la naturaleza misma ha hecho estragos en la isla, y ha marcado para siempre a su gente.

Con el paso del huracán María en el 2017 –donde perecieron más de 4.600 personas, y destruyó la infraestructura de la nación– la recuperación de Puerto Rico ha sido muy cuesta arriba.

Y la sensación de frustración y rabia de su gente se siente en el segundo disco de iLE, Almadura, publicado en mayo del 2019, y cuyo título alterna la “r” y la “l” del acento puertorriqueño con un juego de palabras.

Esta vez, iLE experimenta con los sonidos tradicionales que cargan líricas de protesta, de resistencia y de impugnación ante las injusticias sociales, económicas y hasta climáticas de las que es víctima toda Latinoamérica.

Junto a nueve músicos, la joven cantante está en ruta por Estados Unidos, y espera que la gente “se goce la presentación”.

“Si algo espero, es que la gente se deje llevar”, concluye. “Yo siempre aprovecho cada oportunidad de las presentaciones en vivo para entregarme ahí total en escena. Espero que (la audiencia) también se conecte”.

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