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La escritora yucateca Sol Ceh Moo recoge el galardón otorgado de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Vía VEME Digital.
La escritora yucateca Sol Ceh Moo recoge el galardón otorgado de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Vía VEME Digital.

Las tres vidas de la escritora maya Sol Ceh Moo

Ha sido la primera mujer en obtener el Premio de las lenguas indígenas por el libro de cuentos “Los Pasos perdidos” (Sa’atal Maan), publicado en maya y español.

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Tuvo un nombre falso hasta los 17 años: Sol Castro -“Mi padre decía que debíamos dejar de ser indios”-. Pero encontró en la literatura el motor y sentido de su rebeldía, y por eso hoy se proclama orgullosa una maya yucateca escribiendo en su propia lengua, que en el pequeño pueblo de Calotmul (Mexico) donde nació solo hablan 7 mujeres y 6 hombres. 

La mayoría de su gente migra a Quintero Roo, a las playas y los complejos turísticos y las ruinas de Tulum, y cuando regresan, dice, han olvidado sus raíces. 

En 2009, quien se reivindica como Sol Ceh Moo, escribió ‘X-Teya, u puksi’ik’al ko’olel’ (‘Teya, un corazón de mujer’), que fue pionera en todo: la primera novela en lengua maya y la primera también escrita por una mujer en un idioma amerindio de Mexico. 

La prestigiosa Feria del Libro de Guadalajara (FIL) le acaba de otorgar el Premio de Las lenguas indígenas por su antología de relatos “Pasos perdidos”, en la que aborda los problemas políticos y sociales de las comunidades mayas. 

“Ser mujer es un pecado y nacer en una comunidad indígena significa que te cataloguen y condenen a ser pobre, te predestinan a ser madre, a cuidar a tus hijos y atender al marido, ahí estás las dificultades”, aseguraba a LA Times.

“Con la literatura salimos de esa esfera, podemos asimilarnos con mayor facilidad, a sobresalir, vamos evolucionando”.

Un grito de auxilio

Como toda mujer fuerte que sobresale en su ámbito, ha sido criticada por los puristas que afirman que sus historias se apartan de la tradición maya:

“Tomar temáticas diferentes o fuertes es una manera de demostrar que el idioma completo es una herramienta como cualquier otra”, dijo en una ocasión. Y también: “Utilizo  mi creación para hacer un grito de auxilio, para exigir”.

Así como por quienes, como el novelista Arturo Arias, se preguntan por qué los protagonistas de sus obras suelen ser del sexo masculino. Personajes fuertes, hoscos, que a veces emplean un lenguaje grosero y violento, reflejo de la propia violencia y opresión a la que están sometidas las mujeres de las comunidades mayas, donde incluso sus propios maridos les prohiben ejercer su derecho al voto

“En una ocasión realicé un Encuentro Regional de Mujeres Indígenas y una de ellas expresó que tenía tantos deseos de crear algo, de ser artista como nosotros, pero que su esposo le decía ‘Cómo crees que puedes hacer algo así, tú ya tienes hijos, ya estás casada, tú eres mujer y tienes que pensar en otras cosas. Con lo que haces en la casa es suficiente’. Te pones a pensar en eso y te preguntas cómo es posible que la propia familia se transforme en tu enemigo”, concluyó.

Nacida como Marisol Ceh Moo, oculta por un tiempo como Soledad Castro y renacida Sol Ceh Moo, la autora, que aspira a llegar algún día a ganar el Nobel de Literatura, logró en 2014 el Premio Nezahualtcóyolt de Literatura de Lenguas Mexicanas por su novela ‘Solo por ser mujer’ (‘Chen tumeen x ch’úupen’), que cuenta la historia de una presa que al ser indultada por el gobierno, responde así a los medios de comunicación que la cuestionan:  

 “Yo no quiero el perdón a medias, yo quiero que me borren como asesina o no quiero la libertad, un perdón completo o nada”.