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Nuevos fantasmas recorren México, por Carolyn Wolfenzon Niego.
Nuevos fantasmas recorren México, por Carolyn Wolfenzon Niego.

Los fantasmas “reales” de la nueva literatura mexicana

Tratados como espectros de carne y huesos por un sistema que finge no verlos, estos personajes “afantasmados” se han convertido en la metáfora de una…

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“Esa tristeza vencida te insinúa, en voz baja, en el recuerdo inasible de la premención, que buscas tu otra mitad, que la concepción estéril de la noche pasada engendró tu propio doble”, escribió el mexicano Carlos Fuentes en Aura, una historia de fantasmas donde la frontera entre lo sobrenatural y lo tangible es casi tan delgadas como lo es la frontera con imaginación, que opera cambios en la realidad.

Considerada una de las mejores novelas mexicanas del siglo XX a pesar de su brevedad, Fuentes nos cuenta en Aura la extraña relación entre un joven historiador y la misteriosa sobrina de una anciana a cuya casa -un lugar fantasmagórico- acude para escribir las memorias de su difunto marido. Sin embargo, ¿qué vínculo enigmático existe entre la vieja doña Consuelo y la translúcida muchacha, Aura? ¿Es la casa todo lo que comparten?

Esta novela de horror gótico canónica es junto a la mítica Pedro Páramo de Juan Rulfo, la obra que sirve de punto de partida a la profesora de Lenguas y Literaturas Románicas de la Universidad de Bowdoin (Maine), Carolyn Wolfenzon Niego, para explorar la nueva narrativa fantasmal que se abre paso entre los jóvenes autores mexicanos.

Wolfenzon, de origen peruano, compara ambas obras con ocho libros recientes de Guadalupe Nettel, Valeria Luiselli, Yuri Herrera, Emiliano Monge, Daniel Sada, Élmer Mendoza, Julián Herbert y Carmen Boullosa con el objetivo de reflexionar en torno al cambio operado en lo “espectral” y empleado por estos nuevos narradores para hacer una crítica política y social de la violenta realidad de México, la situación del migrante en tanto que un Doppelgänger (el otro fantasmagórico) y la ceguera y el silencio con que el sistema enfrenta a las mujeres y las minorías. 

Un arduo y meticuloso trabajo que la académica ha recogido en el libro Nuevos fantasmas recorren México (ed. beroamericana/Vervuert). Pero, ¿qué tiene que ver los espectros incorpóreos de Rulfo con quienes tratan a duras penas de cruzar la frontera con Estados Unidos? 

Su cualidad de ser “invisibles", dice Carolyn Wolfenzon.

La investigación surgió casi fruto de la casualidad. La profesora había estado entrevistando a varios de los autores para una revista literaria en su Perú natal y la premisa que dio la publicación es que debían tener obras recientes. “Después de entrevistarlos, me di cuenta de que estaban recreando el fantasma que es tan importante en la literatura mexicana", sostiene.

Uno de los libro que se incluyen en el ensayo es la delirante sátira feminista de Carmen Boullosa El complot de los románticos, donde “resucita” a auténticos clásicos como Dante Alighieri para participar en un festival literario que tiene una peculiaridad, ¿la adivinan? Todos estos grandes escritores, y no sólo Dante, están muertos. 

Pero Boullosa va más allá y lanza a sus protagonistas a una serie de extrañas aventuras en las que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México a lomos de ratas, e incluso asisten al rodaje de El Zorro. Un ejercicio entre la road-novel, el carnaval y sí, la Noche de los Muertos Vivientes, de la que Wolfenzon destaca que “el canon es artificial y está hecho por hombres, incluso hombres muertos”. 

Y añade que “los fantasmas persiguen el canon, y las mujeres ausentes también son fantasmas”, en tanto que se revelan imágenes estereotipadas de un México violento y torturado y una América tranquila y pacífica, obviamente irónica. Ese, afirma, la profesora, es el verdadero “muro” que Boullosa emplea para mostrar las desigualdades sociales, los clichés y la exclusión de las mujeres de la literatura. 

También se analizan otros espectros, como el que aparece en el libro de Daniel Sada Porque parece mentira la verdad nunca se sabe, donde muertos, desaparecidos y un fraude electoral sirven a Sada para hacer deambular fantasmas por el desierto. “Los personajes sólo hace una cosa en toda la novela. Son como los muertos que están vivos, en este espacio que no pertenece a nadie. Es la frontera entre México y los Estados Unidos, y la atmósfera de un nuevo tipo de infierno”, afirma. 

En la obra de no ficción La casa del dolor ajeno, el periodista Julián Herbert investiga una matanza que tuvo lugar en Torreón, México, donde casi la mitad de la población china que residía en el lugar fue masacrada pero a los que nadie recuerda, ni siquiera en el Museo de la Revolución, que se ubica en el lugar donde ocurrió el asesinato. 

"Normalmente conectamos los museos y monumentos con la historia, pero en México están tratando de borrar la historia y construir monumentos que en vez de hacerte recordar a este fantasma que murió por un acto de odio, de xenofobia, representa lo hermoso que dicen que fue la revolución", concluye Wolfenzon Niego. "No mencionan cómo detrás de la revolución, debajo del museo, está la tumba de 200 a 300 personas".

En suma, nuevos infiernos, pesadillas que no pasan del sueño a la vida, sino que son la vida misma. Nuevos fantasmas recorren México es una obra necesaria para reflexionar en torno al nuevo imaginario de la literatura mexicana donde los muertos, que siempre han estado muy presentes en la cultura del país, se convierten en el disparador y el testigo de una realidad que no puede ocultarse bajo una sábana.