El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera Garza, una muchacha mexicana de 20 años, estudiante de arquitectura, fue víctima de un feminicidio. Llevaba años tratando de terminar su relación con un novio de la preparatoria que insistía en no dejarla ir. Unas cuantas semanas antes de la tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva: lo dejaría atrás. Empezaría una nueva vida. Haría una maestría y después un doctorado; viajaría a Londres. Sin embargo, la decisión de él fue que ella no tendría una vida sin él, así que decidió asesinarla. 

Recordar la vida de su difunta hermana y demandar justicia por lo sucedido fue lo que motivó a la escritora mexicana Cristina Rivera Garza a escribir “El invencible verano de Liliana”, novela publicada en español hace un año y cuya traducción al inglés está prevista para 2023.

Como escribe la propia autora en la introducción del libro, “El invencible verano de Liliana” es una excavación en la vida de una mujer brillante y audaz que careció, como nosotros mismos, como todos los demás, del lenguaje necesario para identificar, denunciar y luchar contra la violencia sexista y el terrorismo de pareja que caracteriza a tantas relaciones patriarcales. 

Desconfiando del proceso legal para juzgar al asesino y con miedo a olvidarla de su memoria, Rivera Garza decidió investigar por su cuenta todo lo que le quedaba de su hermana y reconstruir su vida a base de varias cajas de cartas, anotaciones en un diario y los poemas escritos por la propia Liliana que, hasta enero de 2020, no se atrevió a leer.

“Al final, pude reunir el coraje para abrir las cajas en las que habíamos guardado las pertenencias de mi hermana”, dijo Rivera Garza a The New York Times hace tres semanas. “En cierto modo, tuve acceso a las instrucciones que me dejó para contar la historia de su vida”.

Además de trabajar en el libro, Rivera Garza abrió una cuenta de correo electrónico a fin de recopilar cualquier información nueva sobre el hombre sospechoso del asesinato de Liliana.

Gracias a ello, en agosto de 2022 recibió el correo de una fuente creíble que decía que probablemente su exnovio había estado viviendo en el sur de California con un nombre falso, aunque ahora estaría muerto. De momento, las autoridades mexicanas aún no han colaborado en su identificación. 

Al final, Rivera Garza decidió no dejar llevarse por la frustración y concebir el libro como un homenaje a su hermana y una forma de duelo comunitario. El libro fue “escrito a partir de una herida que comparto con tantas otras familias en México, América Latina y en todo el mundo”, dijo a The New York Times. 

Solo en  México se produjeron más de 1000 asesinatos clasificados oficialmente como feminicidios el año pasado. Según datos de la asociación Impunidad Cero citados por The NY Times, al menos la mitad de los feminicidios denunciados en el país no son resueltos. Y la mayor parte de la violencia contra las mujeres no se denuncia en absoluto.

Las novelas de Rivera Garza han sido traducidas a múltiples idiomas, siendo las más conocidas en Estados Unidos "Nadie me verá llorar" ("No One Will See Me Cry") y "La cresta de Ilión" ("The Iliac Crest").