Si Giovanna Rivero tuviera que elegir una frase literaria universal con la que se identifica, se quedaría con esta de Rimbaud: “Yo es otro”. 

“Es así, somos otras desde nuestra posición de lectoras, porque con la interpretación tensionamos el sentido de un texto y obligamos a la autoría a cedernos una porción de su lugar, de su tarea. Somos otras desde el hacer de escritora: asumir la voz y el destino de un personaje es, para mí y en gran medida, enajenarme, replegar un poco del verbo “soy” para hacer posible la invención desde esta traslación movediza que propicia la escritura.”

Con estas palabras respondía la destacada novelista y cuentista boliviana a la pregunta que le hicieron hace unos días en El Diario, un medio de referencia en su país. 

Nacida en Montero, Santa Cruz, en 1972, Rivero pertenece a la nueva generación de escritores latinoamericanos emergentes que han logrado dejar huella al otro lado del Atlántico. Rivera empezó su carrera literaria en 1997, al ser premiada con el Premio Municipal de Santa Cruz de Literatura por su colección de cuentos fantásticos "Las bestias" y desde entonces ha ido ganando fama por cuentos de corte fantástico y cierta aura terrorífica. La crítica internacional la ha clasificado dentro del “Nuevo Gótico Latinoamericano”, una etiqueta en la que ella no acaba de sentirse cómoda: 

“Pertenecer al gótico latinoamericano plenamente es algo que a lo que me resisto un poco porque escribo desde un lugar de libertad radical, un lugar en el que lo que importa es que la vida del personaje, los conflictos a los que se enfrenta, sean los que determinen el relato y la relación con el lector”, explicó en una entrevista con Casa América Barcelona en motivo de su participación en el Festival de Géneros Fantásticos.

Rivero aprovechó el viaje a Barcelona para presentar su último libro, "Tierra fresca de su tumba" (Candaya, 2021), una serie de historias de ficción que aglutinan el horror cotidiano, la ciencia ficción y el realismo más extremo. El libro empezó a gestarse en 2015 a raíz de leer noticias sobre un caso de violación masiva en Manitoba, una colonia menonita de su Bolivia natal.

“Creo que uno de los horrores cotidianos que ha recrudecido en el último par de décadas son los feminicidios. La persecución de mujeres por cualquier circunstancia, por el hecho de ser mujeres, porque tienen algún tipo de conocimiento, porque quieren ejercer la plena libertad de ser personas. Ese es el horror cotidiano contra el que debemos luchar desde todos los flancos posibles. La violencia sobre las niñas es algo que a mí me estremece profundamente y es un horror que me atormenta”, dijo la autora a Casa América. 

Antes de identificarse con la novela gótica latinoamericana, Rivero prefiere identificarse más como mujer, boliviana y de la periferia, “una triada de factores que constituye un enorme desafío en todas las áreas del quehacer”, dijo a Casa América. “Ese lugar periférico de todas maneras también constituye una tensión que uno puede aprovechar de subvertir desde su propio arte, es decir, creo que estar en un lugar que no es hegemónico, que no es central, también te ofrece la oportunidad de crear otra cosa, de desafiar esos poderes ya establecidos”, añadió.

Su última novela, "98 segundos sin sombra", publicada en España por la editorial Caballo de Troya y llevada al cine por el director boliviano Juan Pablo Richter, es un relato poético y a la vez despiadado sobre la realidad latinoamericana actual. La protagonista, Genoveva, tiene dieciséis años, estudia en un colegio de monjas y vive, como ella dice, en el Culo del Mundo, en un pueblo de la Latinoamérica profunda donde la modernización está llegando de la mano del narcotráfico. No le gusta lo que ve, no le gusta lo que toca, no le gusta ni la vida que tiene ni la vida que le espera. Y por eso -y por lo otro-, “con una voz contradictoria, intensa, impúdica, impávida y casi amoral a fuerza de tanta inocencia que destila”, como describe la propia editorial -, nos cuenta sus secretos y sus anhelos y los claroscuros de una espiritualidad crédula "dispuesta a creer en lo que sea con tal de salir del aquí para llegar vete tú a saber dónde".

Rivero es también autora de los cuentos para niños "Lo más oscuro del bosque" (2015) y "La dueña de nuestros sueños" (2002), y de las novelas "Las camaleonas" (2001), "Tukzon, historias colaterales"(2009), "Helena 2022: La vera crónica de un naufragio en el tiempo" (2011).

Seleccionada como uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina por la Feria del Libro de Guadalajara, Rivero vive en Estados Unidos desde 2007 cuando se instaló para hacer un doctorado en literatura hispanoamericana de la Universidad de Florida.