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Roxane Gay. Photo: Jennifer Silverberg/The Guardian
Roxane Gay. Photo: Jennifer Silverberg/The Guardian

Roxane Gay: “El trauma es uno de los grandes igualadores”

La popular escritora y activista acaba de publicar el ensayo Writing Into the Wound e inicia un curso sobre literatura del trauma para el cambio social.

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Pedro & Daniel

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Un trauma siempre es personal y a la vez social. Todas las personas tienen heridas, a veces tan profundas que vuelven una y otra vez aunque creas que han sanado. También existen traumas heredados -históricos, ancestrales, familiares…-. Y sin embargo, a excepción de la muerte, no hay nada más tabú en esta sociedad que la expresión del propio dolor y las heridas.

Cuando en realidad, nos conectan con los demás. 

A la escritora Roxane Gay no le gusta que le digan que es una persona valiente por el hecho de exponer sus propias vivencias y luchas personales y convertirlas en un libro. Y lo ha hecho en muchas ocasiones, haciendo gala de un oficio que domina con sensibilidad, empatía y grandes dosis de verdad. Un acto radical, sí, a través del cual nos ha enfrentado a nuestra visión de los feminismos, a la gordofobia y el control social del cuerpo, a los múltiples traumas que nos atraviesan. 

Roxane Gay escribió sobre la violación en grupo que sufrió cuando tenía 12 años y cómo la herida deja cicatrices, cómo esas cicatrices a su vez pueden convertirse en el motor del cambio a través de la escritura.

Pero no es escritura terapéutica, no. No es una simple catarsis. Sino literatura del trauma -no consiste en liberarse de una herida (no hay fórmulas), sino en emplear el oficio para conectar con los otros y poner de manifiesto lo que el sistema pretende ocultar bajo la alfombra.

Tras impartir un taller en Yale sobre cómo escribir sobre el trauma, Gay acaba de publicar Writing Into The Wound, publicado en Scribd. Y ahora también dirige un curso de 20 sesiones sobre cómo escribir para el cambio social. 

En una maravillosa entrevista con Monica Lewinsky para Vanity Fair, Gay se abre generosamente y reflexiona sobre sus traumas y la escritura. 

"Somos heridas andantes, pero no estoy segura de que ninguno de nosotros sepa muy bien cómo hablar de ello", dice Gay. 

Y continúa… Tomen buena nota:

Escribir “bien” sobre el trauma

Es conectar con el lector. Al menos en opinión de Roxane Gay, quien considera que cuando se aborda la escritura sobre un hecho traumático, bien sea personal, social o cultural, debe tenerse en cuenta al público al que te diriges. 

“Para algunas personas, escribir bien sobre el trauma significa que les ayuda a superar algo. Pero, ¿esos sería escribir sobre el trauma para un público?”, se pregunta. 

Cuando Roxane publicó Hambre: Memorias de mi cuerpo, el libro que según la autora más le costó escribir, abordaba cómo traumas como la violación en grupo que sufrió a los 12 años atraviesan los cuerpos de las personas y también lo normalizada que está la gordofobia en nuestra sociedad. 

“El pasado está descrito en mi cuerpo. Cargo con él todos y cada uno de los días. A veces siento como si el pasado pudiera matarme. Es una carga muy pesada. En mi historia de violencia hubo un chico. Yo le quería. Se llamaba Christopher. En realidad no se llamaba así, pero no hace falta que os lo diga. Christopher y varios de sus amigos me violaron en el bosque, en una cabaña de caza abandonada, donde nadie salvo aquellos chicos podía oír mis gritos”, escribió en Hambre.

“Lo que acaba teniendo sentido para mí es cuando alguien conecta con (mi trauma) de una manera que le ayuda”.

Sorprendentemente, Hambre tuvo impacto no sólo en las personas gordas, sino en la relación que muchas de nosotras tenemos con nuestro propio cuerpo. “Ser gordo no es un crimen”, dijo. 

Incluso hoy, en muchas facultades de Medicina se toma en cuenta el ensayo para analizar la gordofobia en la profesión médica. 

Escribir sobre el Otro

Respetando su privacidad. Según Roxane Gay, aunque es bastante común que, sobre todo en los medios, se hable de los traumas y las experiencias ajenas en base a especulaciones y sin tomar en cuenta que escribimos al fin y al cabo sobre una persona, el respeto debe ser lo primero cuando acometemos la tarea de escribir sobre alguien. Y, en todo caso, preguntar directamente a su protagonista. 

“No quiero cooptar la experiencia de nadie, así que cuando escribo sobre el trauma de otros, trato de ser cuidadosa. Intento utilizar el sentido común. Pienso: ¿Querría que se escribiera algo así sobre mí? Porque después de que la gente escriba sobre mí y lo haga de forma inexacta, o simplemente equivocada, u ofensiva, sé lo que se siente”, sostiene.

Bregar con la insensibilidad ajena

En una sociedad donde tantas veces el trauma del otro se convierte en “carnaza”, un ensayo o unas memorias sobre una vivencia dolorosa tiene muchos puntos de ser instrumentalizada, desdibujada o convertida en una anécdota por un periodista para ganar lectores. 

Gay alerta de que no hay fórmulas mágicas para vencer un trauma y que conforme avanza la vida, aunque hayas escrito sobre ello, te descubres “vivenciando” una vez más o tomando decisiones dominada por tu trauma. 

Esto se agudiza cuando al publicar algo tan íntimo, te das de bruces con la insensibilidad ajena. 

“Mucha gente asume que cuando se escribe sobre un trauma, cuando se escribe sobre la marginación, la opresión, lo que sea, se escribe sólo desde la emoción”.

Tras la salida a librerías de Hambre, muchos medios se centraron únicamente en cómo Roxane llegó a pesar 261 kg -quien redacta estas líneas también se ha sentido inclinada a ese reduccionismo buscando llamar la atención del lector-.

La autora de Mala Feminista había sopesado todos los malos titulares y los comentarios maliciosos que podrían llegar a hacerle antes de su publicación, pero nunca se está lo suficientemente preparada para ello. 

Sin embargo, admite: “No me arrepiento. El libro ha hecho más bien que no”.

No minimizar tus traumas

Los traumas, dice Gay, “son grandes igualadores”. Todos tenemos traumas, pero muchas veces tendemos a minimizarlos sin pensar que una herida no curada tiende a agravarse y a causarnos un dolor indecible. 

Eso fue algo que la activista y escritora aprendió impartiendo en Yale el taller que inspiraría su ensayo Writing into the Wound, cuando vio con qué crudeza y verdad los alumnos abordaban sus heridas a través de la escritura. 

Algo que le hizo pensar, aunque admite que no logró destacarlo lo suficiente, en lo subestimado que está el oficio de escritor. 

“Mucha gente asume que cuando se escribe sobre un trauma, cuando se escribe sobre la marginación, la opresión, lo que sea, cualquier cosa negativa, se escribe sólo desde la emoción. (...). Escribir es un trabajo y no lo hago sólo para exorcizar mis demonios, lo hago para provocar una respuesta del lector y para conseguir algo”.

Por ejemplo, cuáles son tus límites y qué cosas no quieres incluir, por qué no hay que divulgarlo todo o cuál es la mecánica literaria que deberías seguir para hacer llegar tus experiencias, reflexiones, ideas… a los demás. 

“Tienes que pensar en cómo vas a meter al lector en tu experiencia, o en la experiencia sobre la que estás escribiendo, para que pueda entender realmente el impacto de la misma”, asegura.

Decisiones, en suma, que Roxane Gay explora junto a sus alumnos más detenidamente en el curso Writing for Social Change y que la escritora imparte en la plataforma MasterClass, donde a través de sus obras aborda "cómo ser dueño de tu identidad, afinar tu voz, escribir sobre el trauma con cuidado y coraje, y navegar por la industria editorial. Aprende a documentar y narrar el mundo tal y como lo ves, y a exigir cambios". 

Además del proceso de escritura, la tarea de encontrar agente o qué significa escribir como una feminista negra, entre muchos otros.