La vida del histórico gobernador de Arizona Raúl Castro se convierte en libro infantil
Roni Capin Rivera-Ashford, autora del “Coco”, lleva a los más pequeños la historia de un líder latino que se enfrentó a la discriminación superando todas las…
A mediados de los 70’ un hecho sin precedentes se produjo en Arizona, un estado que tradicionalmente había sido el feudo de la más reaccionaria blanquitud: un migrante mexicano nacido en Sonora y de origen muy humilde se convirtió en su primer gobernador latino: Raúl Castro.
En aquel entonces, los hispanos sólo sumaban un 10% de la población del país, no la tercera parte, como ahora. Arizona vivía además una época de grandes migraciones internas, con miles de personas blancas del cinturón industrial en California y otros lugares del sur desplazándose hacia allí con sus ideas conservadoras y su necesidad, como ya había ocurrido a mediados de la década anterior, de impedir a toda costa que los hispanohablantes atesorasen cualquier derecho, sobre todo el de voto.
Castro, que había sido indigente y sobrevivido hurgando en la basura, no toleraba la segregación que sufrían los latinos y su rabia y su empuje por cambiar la situación lo llevó a convertirse en fiscal, juez e incluso embajador.
Pero sobre todo, lo alzó al puesto de gobernador de uno de los estados de más fiero dominio WASP. ¿Cómo lo hizo?
Esta es, en pocas palabras, la historia que cuenta Raulito's Journey: El Primer Gobernador Latino de Arizona, un libro infantil que Roni Capin Rivera-Ashford, autora del libro en que se basó la película de Disney Coco, soñó, incluso el título.
"Acabo de tener un sueño y creo que se supone que debo escribir un libro infantil sobre el gobernador", dijo Rivera-Ashford. "Raulito se convierte en el Gobernador" era el título de mi sueño.”
El anuncio de la publicación de este libro bilingüe por parte de la Universidad de Houston no puede llegar en mejor momento, a tenor de la situación que vive Estados Unidos, y además lo hace en el 104 aniversario del nacimiento de Castro.
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"Es muy relativo a los tiempos que estamos pasando ahora mismo", dijo la autora, "(Castro) sufrió discriminación desde el momento en que nació".
Raúl Castro fue vagabundo durante la Gran Depresión, también trató de ganarse la vida como boxeador. Había asistido a la universidad, pero su sueño de ser maestro se truncó porque incluso entonces no contrataban a mexicanos como docentes.
Finalmente, los deseos de cambio y una vida digna para los hispanos lo llevaron a convertirse en abogado y trepar hasta un puesto, el de gobernador, que sólo pudo ocupar dos años antes de que Jimmy Carter ascendiera a la presidencia y lo enviase como embajador a Argentina. Durante su corto mandato, el mexicano había apoyado los derechos de la mujer y peleado para que aumentase el presupuesto dedicado a combatir la pobreza.
Cuando abandonó Arizona, el estado dio un giró hacia la derecha ya anticipado en 1976, con la llegada de radicales como el Predicador Jack, que preparó a su milicia para una guerra racial sin cuartel. Más tarde, en 1986, Evan Mecham consiguió ser gobernador con una campaña basada en un ataque feroz a la élite republicanos, con los que Castro había intentado establecer buenas alianzas durante su mandato para el bien de todos. Durante el tiempo en que Mecham fue el máximo líder en Arizona, la paz y la justicia en el estado parecían perdidas: pidió una lista de empleados estatales homosexuales, canceló el día festivo en honor a Martin Luther King y escogió a una reportera como enlace con la comunidad hispana arguyendo, según NYT, que le gustaba su apariencia física.
Las cosas jamás volvieron a ser como en los dos años que Castro fue gobernador. Pero su recuerdo sigue bien presente. El mexicano demostró que toda zanja puede ser saltada, y todo cambio es posible. Aunque tengamos que estar siempre ojo avizor.
“Me conmovió mucho su historia”, concluye Rivera-Ashford.
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