Existe una generación entera de hombres y mujeres europeos entre 30 y 40 años que en su juventud lucieron pins y camisetas oscuras con la imagen del Che Guevara estampada en el centro sin saber quién fue o qué hizo verdaderamente el famoso guerrillero latinoamericano.  En la secundaria, estaba de moda vestir de negro, decir que eras de izquierdas o comunista, a la vez que escuchabas AC/DC o los Red Hot Chili Peppers o Pink Floyd. Todo formaba parte de la misma estética.

 Pero ¿quién era el Che?”, ¿cómo se llevaba con sus padres?, ¿quién le animó a viajar a Cuba?. Quizá la persona más indicada hoy en día para responder bien a esta pregunta es su hermano pequeño Juan Martín Guevara, que estuvo la semana pasada en España presentando su libro: “Mi hermano, el Che” (disponible en ebook en los Estados Unidos), rompiendo con el silencio mantenido por la familia desde el fallecimiento del líder revolucionario, el 9 de octubre de 1967.

“Soy hermano de sangre del Che y compañero de ideas del Che”, dijo Juan Martín Guevara, de 73 años, a modo de presentación. El Che tenía cuatro hermanos de sangre: Celia, Roberto, Ana María (fallecida de cáncer) y Juan Martín, con quien se llevaba diez años. Los cuatro decideron no conceder más entrevistas hasta este año, coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte del Che.

 Con más de 300 páginas, el libro es una mezcla de recuerdos familiares y anécdotas sobre su  figura desde una perspectiva histórica, con el objetivo de “humanizar al mito”.

Escrito conjuntamente con la periodista francesa Armelle Vincent, Juan Martin recurre a sus recuerdos de infancia para sacar a la luz a un hermano mayor que en casa, en Argentina, era llamado “Ernestito”, “Fuser”, “Chancho”… Apodos cariñosos que cayeron en el olvido después de sus primeros viajes por América Latina y sus encuentros con Fidel Castro, cuando todo el mundo empezó a llamarle el “Che”.

"Era muy divertido estar con él porque era muy ocurrente, siempre con humor negro, se reía de uno mismo y de los demás", explica el hermano menor del 'Che' en una entrevista con la prensa en La Casa de América,  en Madrid. "Un humor que yo diría propio, nuestro, un humor argentino. No sólo tomaba mate y le gustaba el asado", subraya Juan Martín Guevara para poner de relieve la 'argentinidad' de su hermano, muchas veces olvidada.

Aunque el libro se esfuerza por destacar anécdotas personales del guerrillero, está teñido de política: “En mi casa no se hablaba, se discutía”, explica el autor, en referencia a la importancia que tuvo en el Che la figura de su madre, Celia de la Serna. Tanto ella como Juan Martín fueron encarcelados durante la época de las desapariciones forzadas y las torturas en Argentina.

“La vieja era muy profunda, preservante y con un sentido de la ética muy fuerte, y su relación con Ernesto no era la típica de madre e hijo, era política”, dijo durante la presentación.  Con su padre, Ernesto Guevara, la relación era más tensa, pero según el autor, el guerrillero también heredó del carácter paterno: “[Mi padre] nos daba libertad absoluta, le echaba mucho morro y era un poco oportunista: cuando triunfó la revolución en Cuba, nuestro padre se presentó en La Habana dispuesto a hacer negocios y su hijo tuvo que convencerle para que desistiera”.

El hermano menor del 'Che' también fue testigo del triunfo de la Revolución cubana cuando fue invitado a visitar La Habana en 1959. Tenía 15 años "Era una cosa de locos. Salir de una dictadura feroz y pasar a un gobierno popular, con libertades", apunta Juan Martín Guevara. El hermano del Che considera que aún hoy en día, a pesar del deshielo de la isla con EEUU y los profundos cambios políticos que está viviendo Latinoamérica -girando poco a poco a la derecha-, "la Revolución cubana sigue siendo importante, es historia". "Es responsabilidad de los jóvenes cambiar este mundo que cada vez está peor", concluye rompiendo el silencio guardado por los Guevara de la Serna.

Por otra parte, la decisión de escribir este libro responde también a su papel de  'intermediario' del Che, como se define Juan Martín en el libro. De hecho, la decisión de difundir las ideas de su hermano le llevó a crear hace tres años la asociación Por las huellas del 'Che' y la escuela de La Higuera, aldea boliviana, donde fue fusilado, y al barranco la Quebrada del Yuro, donde fue capturado.

En la actualidad, el lugar se ha convertido en un enclave de peregrinaje para los amantes de la leyenda del Che. Un lugar al que Juan Martín Guevara promete no volver porque se ha convertido en "un mercado de todo objeto que tenía que ver con el 'Che', con el visitante, con el turista", explicó en una entrevista con el diario El Mundo en Madrid.