Edgar Allan Poe: Una cara redescubierta en una Filadelfia gentrificada.
"Jamás he conocido a nadie tan dispuesto a celebrar una broma como el rey. Parecía vivir tan sólo para las bromas. La manera más segura de ganar sus favores…
Gracias” a la gentrificación (entre comillas, pues el término suele referirse a un proceso controversial y sensible), el perfil de una figura monumentalmente importante en la literatura, ha resucitado en los lugares más inesperados. En el corazón de Liberties West, anteriormente conocido como otra porción arenosa del Municipio Olde Kensington, un mural y una casa se han resistido a las olas de cambio y por lo tanto la presencia de Edgar Allan Poe en Filadelfia permanece, si bien de manera discreta, desde los años 70.
Para aquellos aficionados a la poesía (o “Ravenheads”) que se hallan incrédulamente perplejos ante la conmemoración de Poe en Filadelfia, es mucho menos obvia la inocuidad de Spring Garden Avenue, pero no menos cierta. Quizás no conocían ustedes esta significante pieza de la historia de Poe pues el establecimiento como tal, un parque y un sitio histórico nacional contenidos en un museo y una casa en la que Poe vivió por escasos seis años, se hallaba en un área en la que ni turistas ni locales (un guarda parques me confesó) se atreven a visitar. La tensión racial y las condiciones de empobrecimiento socioeconómico, han cercado las contribuciones literarias de Poe a Filadelfia, dejando el conocimiento del parque nacional sólo a los más fanáticos y adeptos a la poesía.
En un artículo escrito por Max Marin para el Hidden City Philadelphia en Marxo del 2016, un residente de toda la vida entre la 7 y Spring Avenue, Frank Taylor, sacó a relucir cómo la cara y la personalidad de Poe perfiló su infancia, habiendo crecido en una década turbulenta. En la pieza, menciona cómo sus amigos y él solían trepar los techos de los proyectos para alcanzar las manzanas que crecían en el jardín de atrás de Poe, con tal de tener fruta para el día, e incluso afirma que “Poe” se transformó en un sinónimo de vándalo y “genial” en su barrio.
La ironía de todo es que la cara de Poe y la estructura de su casa también representan una gran cantidad de escritos racistas, pro-esclavitud, anti-abolicionistas, insensibles y hasta caricaturales, uno de los cuales (quizás de manera ignorante y con mala intención) está citado en un grandioso mural junto con el busto de Edgar Allan Poe al lado de la casa museo. Hop-Frog or The Eight-Chained Ourang-Outangs”, que compara a los Afro Americanos con orangutanes (una antinomia bastante común en la literatura del siglo XIX), es una historia colmada de la mentalidad anti-negra de Poe, que prevaleció durante mucho tiempo como ejemplo de su tiempo, tanto literario como ordinario. Aunque el Programa de Murales Artísticos de Filadelfia sí pretendió excluir los siguientes tipos de pasajes en la semblanza visual del poeta, ello no excusa que la historia aparezca en un barrio predominantemente Afro-Americano:
“Usaremos cadenas para que su ruido aumente la confusión. Haremos correr el rumor de que os habéis escapado en masse de vuestras jaulas. Vuestra majestad no puede imaginar el efecto que en un baile de máscaras causan ocho orangutanes encadenados, los que todos toman por verdaderos, y que se lanzan con gritos salvajes entre damas y caballeros delicada y lujosamente ataviados. El contraste es inimitable.”
Marin le preguntó a Taylor si se habría sentido ofendido al saber que Poe era anti-negro, pero él replicó que no habría cambiado nada, entonces o ahora, pues tanto él como su comunidad eran los únicos que se preocupaban durante los 60 y 70 por la macabra violencia del KKK y las turbas raciales. Para los residentes de entonces y de ahora, la biografía de Poe y su postura frente a la esclavitud no era motivo de preocupación, pues tenían la lucha por los Derechos Civiles por la cual desvelarse.
Así pues, como la mayor parte de la vida de Poe y su trabajo, el lugar en la 532 North 7th Street permaneció oculto y tenebrosamente mitificado por la mayoría de los nativos filadelfianos, hasta ahora.
El Parque Nacional espera captar aún más la atención de la comunidad, tanto la periférica como la de la cuadra, ofreciendo entrada libre los fines de semana, visitas guiadas gratuitas, reservaciones para grupos escolares y un Programa Junior. Marin acota en su trabajo que el sitio histórico podría estar haciendo más para ser más inclusivo con sus vecinos, y admitir el racismo de Poe dentro de la exhibición. En vez de disimular los defectos humanos e históricamente contextualizados del autor, el público y el National Park Service pueden volverse más socialmente conscientes, uniendo los errores del pasado con las esperanzas del futuro al anclar a la sociedad en el trabajo que necesita ser llevado a cabo en el presente para darle visibilidad al problema del racismo que aún prevalece, tras siglos, en Filadelfia.
Pero eso fue en marzo, y éste es el ahora. En medio de las hojas otoñales, ventas de dulces de maíz y una carrera electoral fuertemente separatista, el museo espera traer un poco de alegría aterradora de vuelta a la ciudad. Dos guarda parques, Ali y Stewart, alegremente informaron que La Casa Museo de Edgar Allan Poe está finalmente lista y en miras de apertura, pues el municipio en el que se encuentra está siendo transformado en un santuario “hipster” y “yuppie”, y aunque ambos entienden las connotaciones negativas de la gentrificación, es innegable que el efecto también fue positivo para la prosperidad del sitio.
Las reparaciones están casi listas en el techo que alguna vez cubrió la cabeza de Poe; la humilde casa recibe casi 100 visitantes cada día que abre (sólo durante los fines de semana), y el sitio está incluso acogiendo, en colaboración con la Sociedad Alemana de Pennsylvania, el Festival Artístico Edgar Allan Poe. El Festival tiene lugar, muy apropiadamente, el día 28 de Octubre, durante el fin de semana de Halloween, para celebrar los versos oscuros y espeluznantes con disfraces, cerveza y salchichas, performances, música temática, lecturas e invitados especiales. Mientras el parque es típicamente gratuito, la noche costará 10$ por persona, pero bien vale la pena por escuchar al cuervo de nuevo decir “nunca más”.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.