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Mike Amezcua explora cómo Chicago se convirtió en una metrópolis latina en la segunda mitad del siglo XX
Mike Amezcua explora cómo Chicago se convirtió en una metrópolis latina en la segunda mitad del siglo XX

Así se convirtió Chicago en metrópolis latina

Mike Amezcua relata cómo los inmigrantes mexicanos transformaron las comunidades de Chicago durante la posguerra.

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Hijo de inmigrantes mexicanos, Mike Amezcua nació y creció en Los Ángeles (California), pero la ciudad que ha ocupado su mente en los últimos años ha sido Chicago.

Amezcua, profesor adjunto de Historia en la Universidad de Georgetown, es autor de 'Making Mexican Chicago: From Postwar Settlement to the Age of Gentrification' (University of Chicago Press, 2022), donde explora cómo los inmigrantes mexicanos y los mexicano-americanos ayudaron a transformar las comunidades de la Ciudad de los Vientos en la segunda mitad del siglo XX. 

"Estudiar la historia de las comunidades mexicanas en Chicago ofrece una forma diferente de pensar sobre la segregación estadounidense, alejada del habitual enfoque binario racial que a menudo se ha utilizado para contar esta historia", explicó a AL DÍA. 

"Chicago, por supuesto, es tristemente célebre por su segregación de la comunidad aforoamericana, en el pasado y en el presente, pero también fue una ciudad que ayudó a crear, a desarrollar un tercer mercado de la vivienda; no sólo negro o blanco, sino latino", añadió. 

Como estudioso de la historia moderna de los Estados Unidos, Amezcua está interesado en la historia de las comunidades latinas, en particular "en las formas en que los inmigrantes y las personas privadas de derechos participan, personalizan y transforman el entorno construido, pero también en explorar cómo el entorno construido es una manifestación más amplia del capitalismo racial, la explotación económica y la mano de obra inmigrante y privada de derechos", comentó. 

En su libro menciona a algunos personajes latinos que fueron clave en el desarrollo de Chicago. Es el caso de Anita Villarreal, una de las primeras agentes inmobiliarias latinas de la ciudad, que trató de hacer crecer su negocio convirtiéndose en una experta en oportunidades de vivienda, no solo para sus residentes, sino para la inmigración procedente de México. 

"Comprendió que podía tener un gran impacto y una fortuna, si era capaz de vender y alquilar viviendas a los inmigrantes mexicanos que llegaban y a los que querían abrir negocios", explicó. Gracias a sus esfuerzos, considerados polémicos en su momento, "abrió barrios que antes eran exclusivamente blancos a inmigrantes mexicanos y mexicano-estadounidenses, y en pocos años transformó barrios enteros". Lo hizo en las décadas de 1950, 1960 y 1970. 

"Otra razón por la que Anita es tan importante es porque fue una pionera en la política local, algo así como una hacedora de reyes en el Chicago mexicano. Todos los políticos de Chicago se aseguraban de hacerse fotos con ella y obtener su bendición antes de hacer campaña en los barrios latinos, para ganarse su apoyo", explicó el profesor Amezcua. 

En muchos sentidos, "representa las complejidades de la política latina, por un lado es una pionera en la lucha contra la discriminación en la vivienda, pero también fue alguien que creció para acomodarse a la estructura de poder blanca de la maquinaria política que durante décadas privó de derechos a los latinos", señaló.

Mecanismos de segregación

Aunque su libro trata exclusivamente de Chicago, Amezcua cree que los lectores comprenderán la mecánica de la segregación y la discriminación de la vivienda de los latinos en cualquier ciudad estadounidense. 

"Estos problemas a menudo se hacen invisibles porque los barrios latinos son vistos como ‘modernos’, ‘deseables’ y ‘de moda’ por los jóvenes urbanos. Por tanto, nuestra cultura actual idealiza los barrios", afirmó. 

Sin embargo, “los latinos también son consumidores, compradores de vivienda y personas que desean vivir en lugares que consideran deseables, dignos y adecuados para sus familias", dijo el profesor, poniendo a Filadelfia como ejemplo: la Ciudad del Amor Fraternal fue recientemente escenario de una importante demanda interpuesta por el Departamento de Justicia por discriminación en materia de vivienda contra latinos y afroamericanos. 

“A los latinos de Filadelfia que querían comprar una vivienda en zonas que no se consideraban ‘latinas’ se les denegaban sistemáticamente los préstamos por parte de una compañía hipotecaria de Filadelfia, que determinaba por sí misma cuál debía ser la demografía de determinados barrios, manipulando esencialmente el mercado de la vivienda en zonas concretas”, manifestó Amezcua. 

"Esta historia puede encontrarse también en Chicago, porque la Ciudad del Viento la inventó y su legado perdura", concluyó.