WATCH LIVE

LIVE STREAMING
El cineasta Alonso Ruizpalacios ya triunfó en la Berlinale con sus anteriores filmes, Güero (2014) y Museo (2018).
El cineasta Alonso Ruizpalacios ya triunfó en la Berlinale con sus anteriores filmes, Güeros (2014) y Museo (2018).

‘Una de película de policías’: ¿Qué se esconde bajo el uniforme y la placa?

Un feroz ejercicio de empatía con una de las policías más corruptas de América Latina, así es el extraño “artefacto” mexicano que enamoró al jurado de la…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Venom lidera la taquilla

Adiós a la actriz Teri Garr

¡Adiós a Kris Kristofferson!

La despedida de Maggie Smith

Nueva serie de Derbez

Festival de cine con celular

Festival de Cine Latino NY

El Chavo del 8 regresa a TV

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

Sin distinciones de género, virtual y con único filme en español a concurso, estas han sido las señas que han marcado una Berlinale atípica en la que el filme rumano de Radu Jude, Bad Luck Banging Or Loony Porn que retrata los prejuicios sociales a través de una cinta de porno casero filtrada en Internet se ha llevado el Oso de Oro. Mientras que la gran favorita, la japonesa Guzen to sozo, de Ryusuke Hamaguchi, se ha tenido que conformar con el Gran Premio del Jurado -que no está mal.

Entre todos los filmes a concurso fue un curioso documental mexicano, híbrido donde los haya y respaldado por Netflix el que puso el broche de oro a la ceremonia. 

Una película de policías juega con los prejuicios que todos tenemos hacia el nuevo villano institucionalizado, los cuerpos del orden, hasta el punto, asegura su director, el premiado Alonso Ruizpalacios, que la intención es que cuando el espectador vaya al cine le diga a sus acompañantes: “Ah, vamos a ver una de polis”, y se encuentre con algo muy diferente.

Porque va a acompañar a una pareja de policías mexicanos, Teresa y Montoya -Mónica del Carmen y Raúl Briones- a hacer la ronda, compartiendo con ellos todas las dudas, contradicciones y situaciones a menudo peligrosas con las que se topan en su camino. Incluyendo la manera en que sufren y se enfrentan a la corrupción tan arraigada al propio cuerpo policial -uno de los más podridos de Latinoamérica . 

¿Un documental con actores? Sí. Este es uno de los aspectos más experimentales de Una película de policías, ya que combina elementos de la ficción -incluyendo a actores que interpretan a personajes- con personas reales desdibujando los límites, retorciéndolos, y poniendo al servicio de la historia una audaz cinematografía en busca de otras formas de narrar para sortear un dilema: que el cine no puede contar el pasado porque todo es presente en la pantalla. 

“Empecé a escuchar a policías en un proceso de investigación arduo y muy abierto de miras, sin negarme a nada, con la idea de contar su impacto social. Lo hice porque con las productoras pensamos en rodar un documental sobre la corrupción y la impunidad en mi país”, cuenta Ruizpalacios a El País sobre cómo surgió Una película de policías. 

“Después de dos años de investigación y entrevistas con mucha gente y distintos puntos de vista, decidí que era mucho más interesante seguir a un par de policías comunes”, añadió.

Así fue cómo conoció a los Teresa y Montoya reales que más tarde Mónica del Carmen y Raúl Briones encarnarían en la película y cuyos pensamientos e historias sobre su pasado comparten con el espectador, que igualmente vive con ellos la forma en que sus convicciones chocan con la realidad de su profesión y del propio país. 

Un intento de humanizar a quienes han sido demonizados con guiños al cine policíaco de Hollywood de los setenta y que pretende, según Ruizpalacios, “crear una contradicción galopante y retratar el sistema disfuncional en que vivimos”.

Un feroz ejercicio de empatía que no es nuevo en el cineasta mexicano, que ya había hecho algo parecido con Güeros (2014) y Museo (2018), triunfadoras también en la Berlinale, llevándose el premio a la mejor ópera prima y el Oso de Plata al mejor guión, respectivamente. 

En esta edición, el jurado ha premiado ‘Una película de policías’ como mejor contribución artística, subrayando el montaje de Yibrán Asuad, lo que sitúa a la cinta mexicana como una de las joyas del cine mexicano, a la altura de Roma y de la candidata al Oscar de este año Ya no estoy aquí, también original de Netflix. 

La plataforma emitirá la película en todo el mundo en otoño como parte de sus producciones originales, y además toma la delantera apoyando el cine de calidad latinoamericano. ¿Qué otras agradables sorpresas nos traerá en un futuro?